La visita del Vicario de Cristo
La República Checa ha tenido el privilegio de recibir este fin de semana la visita de Su Santidad el Papa Benedicto XVI. Siendo el país con más ateos y agnósticos de Europa, la mera presencia del Vicario de Cristo tiene un efecto evangelizador notable. El papado de Juan Pablo II, ayudado por la mejora de las comunicaciones a nivel mundial, puso de manifiesto que estamos sin la menor duda ante una nueva era para la Iglesia, ya que los papas podrán viajar de forma mucho más habitual a lo que sus antecesores hicieron durante los 20 siglos precedentes. Imaginemos por un momento lo que habrían podido hacer los apóstoles de haber contado con aviones, radio, televisión e internet. No creo que nadie dude de que habrían sacado el máximo jugo a todas esas “ventajas” para la evangelización.
Creo que aunque la televisión nos acerca a Roma a casa, es bueno que el Obispo de Roma salga a tener contacto directo con los fieles en diversas partes del mundo. La presencia física del Vicario de Cristo va siempre acompañada de una movilización de las iglesias locales, que dan lo mejor de sí para recibir al sucesor de Pedro. Recordemos el testimonio que da san Pablo en la epístola a los gálatas: “…y puestos a prueba por mi enfermedad, no me desdeñasteis ni me despreciasteis, antes me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús” (Gal 4,14). La presencia del apóstol valía tanto o más que una carta enviada por el mismo. Es bueno y necesario que los pastores visiten a las ovejas. Y no olvidemos que el obispo es en cada diócesis vicario de Cristo. No sólo es bueno que viajen los Papas. En la medida de sus posibilidades, y sin por ello pasarse la vida de acá para allá, deben de hacerlo también los obispos en sus diócesis.
Por otra parte, cuando el Papa viaja no sólo se encuentra con los fieles de la Iglesia Católica sino que, como el propio san Pablo en Atenas, entra en diálogo evangelizador con los que viven apartados de la fe católica. Cuando el apóstol de los gentiles se encontraba con los dirigentes políticos de su tiempo, no desaprovechaba la oportunidad de predicarles el evangelio, aunque ellos lo rechazaran. La diplomacia no debe de impedir, o al menos no debería, que los papas hagan lo mismo. Siempre que Su Santidad habla en defensa de la verdad, sea sobre el tema que sea, se cumple en buena medida el mandato que Cristo dio a sus apóstoles para predicar el evangelio en todo el mundo.
Todavía queda bastante para la JMJ de Madrid 2011, pero los preparativos ya están en marcha. España necesita, hoy más que nunca, la savia nueva del evangelio de Cristo. Y quién mejor que el Papa para animarnos a impregnar este país, otrora cristiano, de la gracia que procede del anuncio de la salvación. Pero no olvidemos que la labor fundamental la debemos llevar a cabo los que no venimos aquí de visita sino que vivimos el día a día, semana tras semana, mes tras mes y año tras año. No podemos esperar dos años para hacer lo que hoy es ya un deber. Y una vez que Benedicto XVI, si Dios le da vida para entonces, venga a confirmarnos en la fe, no podemos dejar que esa semilla caiga en terreno yermo. De lo contrario, el futuro de este país será tenebroso hasta unos extremos que hoy ni siquiera podemos imaginar.
Luis Fernando Pérez
12 comentarios
Por cierto, Cristo eligió Doce Apóstoles y uno Le salió traidor. ¿Te atreverás a juzgarle también a Él, Rosa?
Aparte de apreciaciones personales, impresiones, gustos y demás… Lo único que podemos hacer es aplicar la consigna del Señor: “por sus frutos los conoceréis”. También a nuestro Señor lo buscaron para coronarle y hacerle rey, pero Jesús huyó a un monte, a la soledad. Cuando fue a predicar a su ciudad, casi terminan por despeñarlo. Se niega a hacer de bufón: “esta generación perversa y adúltera busca una señal y no se le dará otra que la señal de Jonás…”, y su presencia es más signo de condenación que de gloria: “y tú Cafarnaún, ¿acaso será exaltada hasta el cielo? ¡Hasta los infiernos vas a descender!”. Juan Pablo II se dedicó a ser “mensajero de la paz”, del entendimiento entre los pueblos y las religiones, de los encuentros ecuménicos, del beso al Corán, las visitas a las sinagogas, de la oración en común con los diversos credos y religiones, del relativismo que estamos padeciendo… La “dictadura del relativismo” que señalaba Benedicto XVI tiene raíces muy profundas dentro de la misma Iglesia. Creo que un poco de juicio “evangélico”, o sea, según el Evangelio y no el buenismo que se entiende ahora, no nos vendría nada mal.
“Atenienses, veo que sois sobremanera religiosos".
Creo que eres un hombre inteligente, y creo que te tengo el suficiente aprecio (perdona el tuteo), y mucho agradecimiento por tu labor: tus escritos y el portal mismo. Pero tengo algo contra ti, creo que pecas de excesivo “buenismo”. ¿Cómo es posible que conociendo la situación de España y de la Iglesia Católica puedas poner algún tipo de esperanza en la JMJ de Madrid? No deja de ser no ya algo cómico sino trágico.
¿Ha experimentado Canadá, Francia, Australia… algún repunte en su fe o en la práctica cristiana después de las celebradas Jornadas? Mucho me temo que todo quedó en turismo religioso. Y además, peligroso. Los padres responsables no deberían dejar ir a sus hijos a ese tipo de encuentros. Está documentado el peligro que corren. Una investigación norteamericana indicaba que el promedio de los jóvenes que se reúnen en esos encuentros apenas saben responder a un cuestionario sencillo sobre la fe católica. Se sabe de infiltraciones de sectas evangélicas y otros tipos de organizaciones anticatólicas que utilizan estos encuentros para sembrar confusión y hacer “apostolado” entre nuestros jóvenes. Las jornadas de oración y vigilia se traducen en muchas ocasiones en oportunidades que los jóvenes aprovechan para “conocerse” bíblicamente hablando, como si de un “vulgar” viaje de estudios de fin de curso se tratara. Se sabe del consumo de drogas y alcohol en esas explanadas en donde “se preparan” para la Santa Misa con el Papa al día siguiente. Muchos de los jóvenes se quedan “durmiendo la mona” y no alcanzan a llegar. No importa, porque la masa de asistentes está garantizada, unos pocos más o menos no se va a notar. Comulgan casi todos sin confesarse. La Santa Comunión la entrega cualquier persona en cestas de mimbre o en cajas de cartón… Un testigo presencial me contaba que se podían encontrar innumerables Hostias por el suelo, él consumió las que pudo pero muchas eran pisoteadas por la inmisericorde multitud que le apretujaba… En fin un espectáculo dantesco.
Podemos realizar un espléndido Show donde haya de todo: música rock, entretención, animaciones, turismo, atractivos varios… menos vida cristiana auténtica… No sé que puede tener todo eso con nuestra fe. El que pueda que me lo explique.
Haría usted mejor, Luís Fernando, en poner sus esperanzas en el Señor. Hay demonios muy difíciles de expulsar, recuerde, sólo con la oración y el sacrificio, estos encuentros, por el contrario, los congregan.
Esas JMJ sirven para confirmar y alentar en la fe a la juventud católica, conseguir un aumento importante de Gracia santificante en muchísimas almas y nuevas vocaciones al Sacerdocio y a la vida consagrada y seguro que ayudan también a gente que no es católica.
Un apunte: Juan Pablo II jamás rezó conjuntamente con los líderes de otras religiones. Los convocó a todos en Asís para rezar por la paz, pero cada uno por separado, conforme a su propia creencia. No hubo sincretismo alguno en aquella convocatoria. Y acusar a Juan Pablo II de ser "mensajero" del relativismo moral me parece una infamia. Más le valdría a usted informarse mejor y desprenderse de las toneladas de mala fe que anidan en usted. No conoce para nada a Juan Pablo II.
Estaba dudando entre la indignación y partirme de risa...y todavía no sé qué hacer. Además, usted mide los "resultados" de una JMJ según ¿vea un repunte en su fe? ¿Es usted capaz de saber cuánta fe tiene la gente? ¿Ha ido usted a Canadá, Australia, etc. después de las JMJ para hablar con los que allí están y preguntar?
A mí me parece muy bien que no le gusten, tampoco la hemos echado de menos, pero oiga...no consiento que usted llame a mis padres irresponsables (no le exijo una rectificación porque no soy nadie pero le puedo aconsejar que se lo replantee).
Tampoco voy a consentir (en el sentido de que no se queda sin respuesta) que usted diga lo que ha dicho de las drogas (en mi vida he probado una) ni del sexo (gracias a Dios tuvimos un GRAN PAPA que habló mucho y muy bien de eso, y somos algunos -no diré muchos para que nadie diga nada- los que seguimos las directrices de la Iglesia).
En fin, siento decepcionarla: iré a Madrid con muchísimos más jóvenes de mi parroquia para escuchar una palabra del papa, sin tomar drogas, sin conocer a nadie bíblicamente (no hay días en el año para hacerlo como para tener que hacerlo los 2 días que estamos con el santo padre) y, si Dios me lo concede, para rezar por usted.
Antes hacerme adulto, asistí a cinco JMJ, empezando por la desarrollada en el Monte do Gozo en 1989. Ni una sola de las descripciones que ha dado son ciertas (alcohol, drogas, sexo, sectas,...), pero es que la IGNORANCIA es muy atrevida.
Allá cada uno con sus hijos, pero unos padres, si tienen que decidir si permiten la asistencia a uno de sus hijos, deberían plantearse si va a quitarle la oportunidad de encontrarse con el Señor en uno de esos encuentros. Soy testigo de CIENTOS de esos encuentros (y no estoy exagerando). Yo mismo soy uno de ellos (gracias Juan Pablo II MAGNO).
Por supuesto, ese brote en la FE debe ser cuidado y regado en la vivencia de fe cotidiana, pero desde luego, su potencia de conversión es desconcertante.
No puedo estar más de acuerdo.
Y para que veáis que no me invento nada:
http://www.catholic.com/projects/world_youth_day.asp
Hay infinidad de videos de estos encuentros, parece que cada uno ve lo que quiere ver. O lo que decía el zorro de Saint Exupéry: "sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos". Aquí ha habido un cambio en el "corazón" de la Religión Católica.
Si su opinión se basa en vídeos de YouTube entonces ya me ha resuelto la duda que tenía antes: ni me indigno ni me parto de risa, me da usted un poquito de no sé qué (¿pena?). No pretendo resultar ofensivo pero sus argumentos (vídeos de YouTube) son una ofensa a la inteligencia.
Brevemente: el 2º link habla de lo que ciertos grupos (no sé si homosexuales o no, tampoco me importa) quieren hacer aprovechando la JMJ. ¿Usted deduce de eso que los jóvenes vamos a las JMJ a fornicar? Cada vez me da usted más ese poquito de no sé qué.
El 1º es para verlo: no les gusta que en un encuentro organizado para cientos de miles de jóvenes haya un concierto de rock (yo en mi vida he ido ni iría pero vamos...no sé cuál es el motivo del escándalo); no les gusta la forma de bailar de los neocatecumenales, imágenes que mezclan cuando dicen que el espíritu de estas JMJ es cualquiera menos católico; pretenden que después de 14 días (como nos pasamos algunos) en un autobús, vayamos a misa...¿vestidos de chaqueta?; y así unas cuantas.
En fin, con estos argumentos en contra, uno se queda más tranquilo cuando va a ver al papa.
Por último pedir perdón a LF por si nos hemos desviado mucho del tema, que no sé si pretendía que nos centrásemos más en la misión de los obispos.
A más ver.
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