Una opinión un tanto heterodoxa sobre la cuestión de los símbolos religiosos
Entiendo, y en buena medida he compartido, los argumentos a favor de dar la batalla para el mantenimiento de los símbolos religiosos, mayormente católicos, en colegios e instituciones públicas de nuestro país. Pero estoy cambiando de opinión. La Constitución no dice ni deja de decir nada al respecto. La aconfesionalidad del Estado no debería de implicar la laicidad del mismo, pero si algo está claro es que la supresión de los símbolos religiosos no va en contra del texto constitucional, el mismo que gran parte de los obispos en tiempos de la Transición aplaudían, mientras que unos pocos -relegados a un segundo plano y acusados de preconciliares y fachas- señalaban aquello que, punto por punto, se ha ido cumpliendo. Ahora, claro, ya es tarde para arreglar el desaguisado. De nada vale ya reconocer que tenían razón. Sólo queda emprender una nueva aventura de la que hablaré, Dios mediante, en mi post de mañana.
La Constitución deja las puertas abiertas para que un gobierno como el de Zapatero acabe con una simbología que puede representar lo que ha sido la identidad y la historia de España, pero que ya no sirve para identificar a esta nación. En un país donde tan sólo son católicos practicantes menos del 20% de la población, donde el aborto campa a sus anchas, donde el concepto de familia se aleja de la ley natural, donde la degeneración moral recibe como premio altas cotas de audiencia en televisión, no tiene mucho sentido pretender que la presencia de los crucifijos en los ámbitos públicos sea otra cosa que un gran acto de hipocresía nacional. Porque vamos a ver, ¿hay alguien a quien no le repatee ver a Zapatero prometer su cargo al lado de un crucifijo y de una Biblia? ¿pinta algo la cruz allá donde se pisotea la moral evangélica? Incluso voy más allá, ¿tiene sentido seguir manteniendo el nombre de advocaciones marianas o de santos en hospitales públicos donde se practican abortos? Imagínese el lector esta conversación: “¿Dónde has abortado, Rosita?“, dice la una. “En Nuestra Señora de Begoña“, responde la otra…. ¿Y bien? ¿hemos de aceptar que se profane lo sagrado de esa manera?
Si la mayoría de los españoles insisten en votar a un partido que ya ha demostrado llevar en sus genes el laicismo anticlericalista decimonónico, creo que no sólo no es condenable que se retiren los símbolos religiosos de los lugares públicos, sino que es recomendable. Evitaremos muchas profanaciones, muchos actos blasfemos, mucha infamia contra lo que representa algo que ellos no merecen y desprecian. Lo dijo Cristo: “No deis lo que es santo a los perros ni arrojéis vuestras perlas a los puercos, no sea que las pisoteen con sus pies y, revolviéndose, os destrocen” (Mt 7,6). Espiritualmente hablando hay muchos perros y puercos al frente de la nación. No permitamos que nuestros símbolos más sagrados sean pisoteados por ellos. Seamos nosotros los que tomemos la iniciativa de retirarlos. Están mejor escondidos en nuestras casas y nuestros templos que expuestos allá donde los enemigos de la cruz hacen la guerra contra Cristo y su Iglesia.
Luis Fernando Pérez Bustamante
75 comentarios
Puede que tengan la ley de su parte. Nunca, jamás, podrán hacer eso en justicia.
La parte que alude a la constitucionalidad de la medida no tiene nada de heterodoxo. Heterodoxos eran y son quienes siguen sosteniendo que tales medidas son inconstitucionales.
La parte que propone la eliminación de símbolos religiosos bajo argumento de que ya no significan nada para nadie no es ni ortodoxa, ni heterodoxa. Se trata de una materia opinable, pero con un enfoque desacertado, creo yo.
Ya hace un par de años L'Osservatore Romano propuso que se eliminara la Navidad como fiesta civil, debido a que su sentido no se respetaba en las sociedades occidentales.
En mi opinión, la presencia de símbolos o nombres que recuerden a Dios en la vida social siempre tiene un efecto benéfico, independientemente de que el sentido conque se colocaron haya quedado oscurecido.
Además, esos símbolos son el testimonio que queda de que la sociedad española aún se alimenta de unas raíces no arrancadas, aunque la savia ya llegue con extraordinaria dificultad a las ramas y tallos. Eliminar esas raíces es una solución mucho peor que la enfermedad en sí.
Si se quitan los símbolos religiosos sucederán dos cosas: 1) Lo que se ponga en su lugar (porque se pondrá algo en sustitución, eso seguro) será, no sólo peor, sino que será perverso, tendrá sentido contrario. 2) Volver a colocar un símbolo donde antes se ha consentido su eliminación es mucho más difícil.
Por eso, durante el s. XIX y durante la II República en que se dió esta misma situación, la actitud de los católicos nunca fue la de consentir en su remoción, por mucho asco que les diese la medida, completamente legal, en la II República.
Recuerdo el caso de un maestro carlista de un pueblo que, cuando le dijeron que iban a quitar la Cruz de la Escuela, acudió allí entrabucado, diciendo que lo defendería hasta el último aliento. Cuando ya no pudo, dimitió de su cargo.
Porque si bien para mucha gente puede no significar nada un crucifijo, nosotros somos la prueba viviente de que en España el Crucifijo no sólo significa algo, sino que constituye su ser y su piedra fundamental. Y que nos digan lo contrario.
Y si no son capaces de cumplir sus promesas delante de Cristo quienes deben cumplirlas, a causa del régimen, pues a la m. con el régimen y sus desgobernantes. No será ni la primera ni la última vez que cae un régimen.
En cuanto a quitar los crucifijos de los colegios, dónde a la mayoría no les molesta, pues más de lo mismo: al desgobernate y el régimen que le apoya a la m.
Desde luego, quitar por mi propia iniciativa los crucifijos, vamos, antes me ato a él y que nos quiten en conjunto. De eso nada.
Es en realidad:
"... la actitud de los católicos nunca fue la de consentir en su remoción, por muy legal que fuese la medida, y por mucha falta de fe y de comprensión que hallasen en sus semejantes".
Tenemos mucho que aprender de nuestros padres.
Que en España se aborte a mansalva, que muchos bautizados no acudan a la Eucaristía, que por nuestros pecados nos gobierne ZP y su cuadrilla, o que la TV sea una mierda, no son causas para rendirnos ante el enemigo y ceder a la legislación laicista. ZP, posiblemente el gobernante más mediocre de la larga historia española, no puede salise con la suya. Debemos plantear siempre la batalla porque "el que persevere hasta el final se salvará" dice el Evangelio. El derrotismo no casa con el cristianismo.
1.- La «Constitucionalidad» no es un criterio de verdad, ni de bien, ni de belleza. No es sólo cuestión de iusnaturalismo, es mucho más.
2.- La presencia de símbolos religiosos no "choca" con la Constitución, ni la separación Iglesia-Estado, ni la aconfesionalidad (lo de laicidad es para mendrugos progres que no saben distinguir). Hay muchos ejemplos de derecho comparado en USA, Canadá y más recientemente en Italia, cada uno con una sensibilidad distinta.
3.- La laicidad es anticonstitucional.
4.- Poner símbolos religiosos sí podría considerarse una intromisión. Quitarlos también es anticonstitucional, ya que es una acción positiva. La única opción es dejarlos. Eso para los que les guste el papel de fumar.
5.- Desde un punto de vista sociológico los símbolos son importantes, y así lo entienden todas las culturas, e incluso las ideologías (lo de civilizaciones es para tonto-progres). ¿Alguien piensa que abatir al portaestandarte es una tontería?, pues entonces no entiende de qué van las guerras, y esta lo es.
6.- La argumentación de la Presencia Real de Nuestro Señor en la Eucaristía, que se "arriesga" al desprecio, la blasfemia y la indiferencia, también de nosotros, puede trasladarse mutatis mutandi al resto.
Bueno, si tengo tiempo me extiendo. No me machaquéis demasiado, que hoy no puedo estar muy pendiente.
O.K.
LF
"El que esté libre de culpa que tire la primera piedra"
No siempre puede elegirse entre un bien y un mal,en muchas ocasones solo podemos elegir el mal menor.
Muchos ateos,hasta la hora final, han muerto besando la foto de la imagen de la Patrona de su pueblo,que llevaban escondida en la cartera.
"Misericordia quiero y no sacrificios.
A ver, lo de que desaparezca la Semana Santa no tiene nada que ver con este tema. Ahí hablamos de la libertad de culto y de profesión religiosa.
No he dicho que la presencia de símbolos religiosos choque contra la Constitución. De hecho, es que en este tema me importa un carajo lo que el texto constitucional diga. Si permite el aborto, ¿qué más da lo que pueda permitir o no permitir sobre nuestros símbolos?
Tampoco tiene esto que ver con la clase de religión, que forma parte del derecho de los padres a elegir el tipo de educación de sus hijos.
Lo que digo es que los símbolos los debemos portar nosotros y nada más que nosotros. Es decir, no se trata de arriar la bandera y bajar la cabeza sino de no entregársela en manos del enemigo para que la pisotee. En otras palabras, fuera símbolos religiosos de las instituciones de un Estado que se ha convertido en una aberración a los ojos de Dios, y más símbolos en nuestros coches, en nuestra forma de vestir, en nuestros comercios, en nuestras casas, en dondequiera que vayamos y estemos. Aquí no se trata de perder una batalla sino de presentarla allá donde vamos a ganar.
Y como esos ejemplos, más.
Es el caso de las iglesias que -en Rusia o en el 36- fueron utilizadas como almacenes, corrales, etc. Conservaban la apariencia de templo, con su campanario, su planta de cruz, etc. La arquitectura también fabrica símbolos, quizás los más visibles.
Y, luego, cuando la Historia providencialmente pendula (cuando se deja de abortar en Juan XXIII), no hay que andar re-nombrando hospitales, calles, colegios...
Menos mal que no voy a ser el único que va a disentir del Director de Infocatolica.
Llevado, Luis Fernando, por una fe que entiende que no valen hipocresías ni comportamintos ajenos al verdadero sentido de la misma, opina lo que opina porque cree, eso creo yo, que es la mejor forma de preservarla.
Sin embargo, para ser consecuente con lo mucho que he escrito sobre el tema de los crucifijos no voy a ser yo quien diga que está bien que el laicismo los quite. Donde es sí que sea sí y donde es no que sea no que dijo el Maestro.
A mí no me gusta que desparezcan los símbolos religiosos aunque comprendo y sé que, en muchas ocasiones, la hipocresía es lo que, en general abunda.
Sin embargo, yo prefiero ver a Zapatero prometido su cargo junto a un crucifijo porque representa la tradición de nuestra patria que no puede olvidarse ni esconderse, aunque pudiera ser con razón, bajo el celemín.
Y, además, prefiero verlo así para que se fastidie y soporte, sobre su cerviz, lo que los españoles somos y queremos porque tanto daño está procurando hacerle a la fe en Jesucristo que no está mal que no se olvide, viéndolo, de que existe.
Esconder los símbolos religiosos no puede ser una solución a la hipocresía. Sería mejor corregir la hipocresía.
Y que conste, que mi opinión la he escrito después de la Juanjo Romero, jejeje.
Cuando empezó la polémica, hace unos cuantos añitos estaba a favor de la retirada.
Actualmente me opongo, dado que esta batalla no está en un plano religioso sino cultural e identitario.
España, al igual que Europa, se ha formado al amparo de los valores evangélicos, que a día de hoy se pisotean y rechazan, lo que me parece una postura legítima, quien se quiera suicidar allá él. Lo que ya no me parece correcto es tergirversar la historia, eso es propio de totalitarismos.
Si a los señoritos agnósticos de 2009 les fastidia y repatea que sus abuelos asistieran a las procesiones del Corpus, participarán en Novenas, y recibieran los últimos sacramentos...pues que vayan a escupirles a sus tumbas, pero que no nos vengan con la monserga del oscurantismo, inquisición, fanatismo y demás falacias para subnormales.
Este país se ha batido por la acción del catolicismo, no gracias a los celtas, Star Trek o el Tomate.
Los crucifijos, las imagenes de la Virgen, etc. están donde el hombre quiere que estén. De unos años para acá, es muy común observar colegios en los que junto al crucifijo podemos ver simbolos sintoístas, budistas, y medio pensionistas. ¿Por qué nos centramos en el crucifijo? Por la ideología que representa. Mientras lo otro es moldeable, el catolicismo no lo es y, en condicones normales, planta cara a la imposición totalitaria. Quieren retirar el crucifijo por lo que representa.
Yo soy de los que cree en la libertad del individuo, y es el individuo el que tiene que decidir que simbolos le acompañarán, no el gobierno de turno.
Y si, puedo llegar a comprender a LF, pues muchas veces he reflexionado sobre si no sería mejor que dejaran de profanar la Cruz, pero, ¡qué demonios! Dios no abandona ni a los que le aborrecen.
O sea, no se trata de que ellos quiten el crucifijo por lo que éste representa, sino de que nosotros les quitemos el crucifijo por lo que ellos representan.
Perdón por mi parte si malinterpreté lo que en verdad querías decir.
Completamente de acuerdo con lo que apostillas, y, por eso he dicho yo que los crucifijos, las imagenes de la Virgen, etc. están donde el hombre quiere que estén. Somos nosotros los que hemos de decidir dónde queremos que sea visible materialmente el Señor, para evitar ofensas y desprecios.
Pero carece de fundamento. Desde el punto de vista del derecho, y desde el punto de vista de la fe aún más.
Además, aderezas el artículo con una serie de frases clonadas totalmente demagógicas:
"acabe con una simbología que puede representar lo que ha sido la identidad y la historia de España, pero que ya no sirve para identificar a esta nación" !?!?!?
"no sólo no es condenable que se retiren los símbolos religiosos de los lugares públicos, sino que es recomendable."!?!?!!?
"¿hay alguien a quien no le repatee ver a Zapatero prometer su cargo al lado de un crucifijo y de una Biblia? ¿pinta algo la cruz allá donde se pisotea la moral evangélica?"!?!?!?
Creo que el hilo argumental de:
"es más consecuente, en un pais como España dónde se viene realizando una persecución cada vez más despiadada contra la Iglesia, que el gobierno y las instituciones que la promueven, ultimen sus actos eliminando los símbolos sagrados de esta fe."
es lo que hay de fondo de tu artículo.
Pero la blasfemia contra la cruz no se soluciona metiendo la cruz en el cajón o quemándola. Es otra forma de blasfemia.
Nunca la fe, y obviamente sus símbolos, se han recogido en la oscuridad de la privacidad para evitarle el ultraje.
¿O es que junto con el crucifijo, he de reservarme mis manifestaciones de religiosidad -rezar el rosario, llevar el crucifijo o la medalla, ...- en público?
¿No será más bien, que lo que se requiere es que envalentone para dar testimonio de nuestro Señor, con la vida -la mía, obviamente- si fuera necesario, antes que renegar, u ocultar la Verdad?
No sé, me resulta difícil de tragar un argumento en el modo y forma en el que lo has desarrollado.
Estoy de acuerdo, que lo lógico, para Zapatero, es retirar, como último acto de profanación, los crucifijos de todas partes. Luego vendrán, prohibir cualquier manifestación en público de la religiosidad. Y culminará con la usurpación del derecho incluso en el ámbito privado (parroquia, casas, salones, ...).
No hablamos de derecho, de leyes, hablamos de la lucha de Satán contra el reino de Dios.
Por favor, no nos amilanemos.
Un abrazo en Cristo.
El escándalo es el aborto, la inmoralidad, la traición a una historia y a una educación, pero nunca el nombre.
Me enorgullece que haya barrios y calles con nombres cristianos, aunque en ellos vivan malos cristianos como yo mismo. Y me enorgullece que haya gente en misa que no comulga.
No me termino de explicar, pero si permitimos que se quiten los crucifijos de los lugares públicos, que se cambie el nombre a las instituciones y lugares públicos, estaremos de un plumazo renunciando a que se recuerde el verdadero ser de las cosas (sea un hospital, una cárcel, una plaza o lo que sea): los nombres hablan de lo que son las cosas, de sus orígenes, de los ideales de los que las crearon y nombraron.
El Estado es aconfesional, la sociedad no. Eso es lo que le falta expresar a la constitución, como apuntas.
De ahí a decirme que quite el Corazón de Jesús del dintel de mi puerta, porque lo ve la gente que pasa por la calle, hay un paso. De ahí a exigirle a los sacerdotes que no vistan como tales, para no ofender los sentimientos de los que no son católicos, el paso es corto. Saludos,
Y desde luego en ningún caso digo que debamos quitar los símbolos de nuestras casas. Todo lo contrario.
Ciertamente, ningún precepto constitucional defiende de manera expresa la presencia de símbolos religiosos en los colegios públicos, pero el art. 16. 3 establece que "Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones".
Todavía, España sigue siendo mayoritariamente católica, por lo que retirar los crucifijos podría contravenir lo dispuesto en el art. 16.3 de la Constitución.
Pues no le falta razón, don Luis Fernando...
Pero no sé si son dos temas distintos:
- Una cosa es que la Iglesia retire sus símbolos de lugares que ya no son dignos de tenerlos.
- Y otra que el gobierno obligue, por narices, a retirarlos.
Porque, igual que retirarlos no va contra la Constitución, mantenerlos tampoco.
¿De verdad alguno de Vds ha pensado sobre esto antes, es decir, antes de que el laicismo sacara el tema?
El que los obispos no sean capaces de poner orden ni en su cámara privada no es un argumento congruente con lo que estamos hablando aquí.
Y, Juanjo Romero, "laicidad" en castellano no significa ni por asomo lo mismo que "laicitá" en italiano, por ejemplo, ni tiene las mismas connotaciones. Por lo que el "Derecho comparado" que arguyes -y que deberías concretar, no sirve en este caso.
Por otro lado, no acabo de comprender que sientes correctamente que la Constitución no es ningún criterio de verdad, y acto seguido dediques tres puntos a establecer lo que es o no constitucional.
Hace años la Iglesia en España, medio avergonzándose de un pasado del que no se tenía que avergonzar, renunció a defender una confesionalidad de Estado que, incluso a día de hoy, sigue presente en países europeos, tanto católicos como protestantes. Pero si ahora toma la iniciativa en este tema en vez de dejar que el poder saque pecho quitando aquello a lo que no tiene derecho a quitar, les habremos dado una lección.
Y eso no era renunciar a la soberanía social de Cristo.
Pues hoy el ataque es de otra manera. No es militar, pero sigue siendo un ataque contra todo lo que representa la cruz en la historia de este país. Los rojos de hoy no son esencialmente diferentes de los rojos que sembraron España de mártires. Son hijos del mismo padre. No permitamos que profanen nuestros símbolos. Deberíamos retirarlos antes de que lo hagan ellos.
Los crucifijos están para que el hombre piense en Jesús, en su inocencia, en su injusta ejecución, en como la Justicia de su época con testigos falsos y comprados e intereses políticos lo mataron injustamente.
Esta injusticia, esta denuncia del poder injusto que abusa... ¿no merece recordarse?
Incluso si no eres cristiano... ¿no vale la pena dejar ese símbolo de que el Hombre tiene dignidad y el poder político NO DEBE aplastarlo, tratarlo como un gusano?
Entiendo lo que dice LF, pero mientras haya crucifijos, podemos hablar de ellos, explicarlos; ellos "dicen algo" (poco, si no se explican). Una vez retirados, el crimen de Pilatos, Caifás... y mil tiranos más de ayer y hoy... pasa al olvido.
(Y esto, sin entrar en la Redención y la Salvación... por ahora, apunto simplemente a la solidaridad de los hombres de cualquier credo que creen en la justicia).
Considero que los símbolos religiosos deben quedar dónde están, sobre la base de nuestra cultura y tradición, independientemente de la inclinación laicista que sufra el Estado. Daño no hacen a nadie y, sin embargo, sí que se intuye acción maliciosa de quiénes promueven su retirada, apoyados en el “me ofenden” o en una simplona intención de reclamar una absurda libertad, pues los símbolos religiosos no coartan bajo ningún concepto la libertad de nadie o ¿es qué se dan por aludidos?
Desde luego no colaboraré nunca a la retirada de ningún símbolo religioso. Muy al contrario, defenderé como pueda su continuidad en el lugar y, en casos concretos, su nueva incorporación. No considero deban quedar guardados en nuestros hogares o nuestros espacios particulares porque a un gobierno que le ha tocado la potra de gobernar, le dé la gana. Y ¿qué haríamos ante otro gobierno? ¿Ponerlos otra vez? ¿Y quién lo decidiría?
Entiendo que todo esto es una moda, un criterio soltado y que ha hecho mella. Una forma de asentar una imposición política.
Y le diría a pepiño: Lo mismo digo yo...hasta que a uno no se le ocurrió decir que había que retirar los símbolos, nadie les daba importancia. Ahora, “ofenden” a la vista, a los sentidos, a......Y no es que se nos ocurra hablar ahora de esto, es que debemos defender lo que intentan atacar pero no escondiéndolo.
En serio. A veces he empezado a pensar lo mismo pero la realidad — por no decir el Espíritu— me saca del estupor.
Responderé Luis Fernando sólo a estas dos preguntas” ¿hay alguien a quien no le repatee ver a Zapatero prometer su cargo al lado de un crucifijo y de una Biblia? ¿pinta algo la cruz allá donde se pisotea la moral evangélica?
1) Pues a mí no me repateó ver a Pepe Luís Zapatonto frente al Crucifijo , al revés me hizo recordar que aunque lo dudemos a veces, el Señor está al control. Eso sí me requetepateó el hígado hasta la nausea simplemente de ver a Zapatero, pero eso es cosa aparte.
2) Precisamente la cruz pinta más allá donde se le pisotea, te remito que al Gólgota.donde se erigió el Santo y vivo crucifijo. Que exceptuando por nuestra Madre —desde entonces— las otras mujeres y San Juan no podía la Cruz haber sido rodeada por el epitoma concentrado de la vileza.
Son si lo quieren quitar ellos que lo hagan, no se atreverán.. No voy a hacer como aquel maestro carlista del que cuenta Javier, pero vamos me confieso ser algo como aquellos hermanos hijos del trueno...
De todas formas , si sólo un niño, o no tan niño, mirando a un crucifijo en un instante tiene una revelación yo no voy a meter el crucifijo en uno de esos armarios que se han quedado tan vacíos hoydía.
Volviendo al Gólgota ¿Qué fue lo que “el buen ladrón” sintió mirando a Cristo Crucificado?
Concuerdo con Ioachim, pero sobretodo en que “No hablamos de derecho, de leyes, hablamos de la lucha de Satán contra el reino de Dios.” Y el que está en retirada es Satán no el Reino de Dios.
Por estar en la vanguardia, Gracias Luis Fernando.
LF: "No se trata de colaborar para una retirada ordenada por una ley inicua. Se trata de adelantarse y retirarlos por dos razones: porque no son dignos de esos símbolos y para que no se den ellos el gustazo de hacerlo."
A ver si ahora lo entienden los duros de mollera y los amantes de la discusión.
A mí me produjo asco la boda entre Felipe y Letizia oficiada en una catedral por un cardenal.
Por supuesto que es una renuncia a la Soberanía Social de Cristo, cuya objeción acerca de que no tiene que ver con la realidad legal en España no entiendo, puesto que tu argumento no gira en torno de la realidad legal en España. Precisamente eso que dices de "Menos crucifijos en sus instituciones y más colgados de nuestros cuellos" es renunciar a la Soberanía Social de Cristo.
Y desde luego que "adelantarse" no va a significar que disminuya a los enemigos de Cristo del gustazo de ver que se le retira de su pública exhibición, sino al contrario, bien contentos que se pondrán de que les ha costado menos trabajo del esperado.
Pero la boda de Felipe y Leti es un sacramento, sobre el que si los contrayentes cumplen todos los requisitos (yo creo que no los cumplían, pero Rouco dijo que sí) no se les puede negar.
Promiscuo planeta siempre en litigio: Una vez más el dilema se presenta en que no queremos admitir que los moradores de este planeta -que no es lo mismo que decir los hombres- somos individuos heterogenéos viviendo en una sociedad de pluralismo antagónico por herencia genética.
Y que mientras esta heteropraxis mental de artificio -como dice Luis-. Pues, siempre estaremos, como hasta la fecha, de babilonios ladradores; ladrándose.
Solución: Dividanse los que son hombres y descienden de la genealogía humana; Y,..los gentiles.
¿Cómo? :esto ya es otro cantar. Que si lo digo me cierran.
Lo que propongo es algo parecido a lo creo que Cristo quiso decir en este pasaje de los evangelios:
... y si un lugar, no os recibe ni os escucha, al salir de allí sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos. (Mc 6,11)
En todo caso, quede claro que acataré la postura que adopte la Iglesia en este asunto una vez que salga la nueva ley de libertad religiosa.
Y no me vale decir: -Pues porque allí, o así de esta forma murío Jésus el Cristo. Porque a esta respuesta yo añadiría:
¿Y porqué no murió Jesús apedreado, o ahorcado como Judas; o cortada la cabeza como Juan el Bautista,..?
La retirada anticipada sí que puede formar parte de una decisión y debe ser meditada, sin entrar en discusión, de buen rollito, Pedro F. Barbadillo.
Por otra parte, coincido en que deberíamos llevar más crucifijos colgados, pero no confundamos el sentimiento de llevarlos con una apariencia de publicidad, en la que se corre el riesgo de incurrir.
Y hay muchas otras cosas que podrían recuperarse y no permitir su degeneración o adulteración, pero creo que se habla de retirada de símbolos religiosos.
Javier:
Ya somos tres: A mi tampoco me pareció muy claro eso de la boda. Pues entiendo que como dice el CIC (c.1364):
"Hereje es el católico que no sólo de hecho (materialiter) sino de forma explícita (formaliter) niega su asentimiento a una o varias verdades de fe defendidas por la Iglesia".
Y dado que quien casándose por lo civil disiente pública, notoria, formal y materialmente del sacramento del matrimonio. Cae en delito de heregía y por lo tanto en pena de excomunión. Y que ningún excomulgado puede acceder a las funciones de autoridad de la Iglesia. Pues el resto,..
Eso sí, debemos aceptar con total claridad que España no es hoy un país católico. No lo es oficialmente, pero menos aún -si cabe- en la realidad. La España "metafísica" en la que creo siempre será católica, pero la sociedad española de hoy es profundamente pagana y materialista. Y decididamente, en su pensamiento, no cristiana. No hay que engañarse sobre esto.
Niego que el actual Sistema político sea democrático. Pero reconozco que es en buena medida un producto de la sociedad española de hoy. Y ésta es, en enorme medida, producto de la actitud del episcopado y el clero en el último medio siglo. Que ya está bien de que siempre se vayan de rositas. La sociedad cristiana de los años cincuenta se ha transformado en el erial de hoy, y los obispos siguen sacando pecho por haber ayudado en la "Transición a la Democracia" (ja, ja, ja). Han arrasado el Catolicismo español y los signos de arrepentimiento y sobre todo, rectificación radical, no se ven por ningún sitio.
Y eso si, en nuestro cuello , en nuestra casa , en nuestro coche , en nuestro trabajo ( no en una oficina en general en la que hay mucha gente , pero yo por ejemplo lo tengo ( y a la Virgen ) en el despacho en el que trabajo ), el Sagrado Corazón en nuestra puerta etc sin caer en presunciones ni en apariencia de publicidad - como dice Barbadillo-
Por que no se trata en este caso de pecadores - todos lo somos - como ha dicho algún comentarista , se trata en muchos casos de gente que lo odia , se burla y quiere eliminarlo de la sociedad
Yo no he tenido nada que ver con la renuncia del Reinado social de Cristo, que yo sepa él no ha renunciado ni yo he votado por su renuncia. A mí me han arrebatado, o mejor intentado arrebatar, lo que era mío y a eso me atengo. Nadie me consultó. Sigue siendo mio. Como dice el salmo “ Bienaventurada la Nación cuyo Dios es el Señor...” esa Nación quiero y pido a Dios ser parte de ella. Un Cambio de maldita a bienaventurada.
La Cruz al cuello está bien , pero si miramos alrededor ya hay quienes la llevan... Las madonnas, los punk rockers, los Gothics y la llevan el cuello y tatuada y taladradas boca arriba y boca abajo en las orejas y en los tobillos.
Antes de retirar preventiva y voluntariamente crucifijos de NUESTRAS instituciones, “tuyas y mías”, debiéramos redoblar los esfuerzos de evangelizar a los adormecidos o hipnotizados bautizados —contrariamente a lo natural de bautizar a los evangelizados— que tenemos también que hacer. Para que nadie les pueda de nuevo engañar con cantos de sirenas ni flautas encantadoras.
Javier López, dice bien no somos un País Católico — a simple vista añado yo— y no tengo duda que la cada vez más numerosa ciudadanía protestante y evangélica aplaudirá la sugestión de remover “los crucifijos fuentes de idolatría”, el demonio empuja por todos los costados. Pero no me rindo tan fácilmente mientras esté rodeado de hermanos como vosotros con los que juntos siento correr hacia la “meta”
No es tiempo aun de catacumbas, Un abrazo Luis Fernando, a por esas coronas.
Por lo tanto, todas las iglesias y templos cristianos deben ser destruidos o transformados (quitándoles cruces y demás)
A ver, seguro que tú puedes escribir un comentario que no sea una mera falsificación de mi propuesta.
A mi me parece irrelevante si se dejan los crucifijos y se sigue degenerando la enseñanza,como se ha degenerado hasta la nausea.Para los chicos que tendrán 20 años dentro de 20 años la familia verdadera será un residuo marginal,el sexo, en caida hacia los infiernos se degradará hasta la cuasipedofilia (Hace poco veía el avance de una serie donde una niña de apenas 16 años hablaba del "polvo de su vida" con un fotógrafo de 40), llegaremos a la legalización de matrimonios entre hombres y animales ya que de la desaparición del genero se irá hacia la igualdad con otras especies (proyectos simios...etc)y lo religioso será un mero objeto de modas sin profundidad (rosarios como collares, virgenes en las camisetas...etc)y si no nos ponemos las pilas volveremos a las catacumbas en el mismo instante en que a un político estilo Llamazares, Cayo Lara, caiga en el Psoe con opciones a presidir el Gobierno y tenga los bemoles que no tiene nigún político católico a sensu contrario, para muy democráticamente con la mayoría del congreso, sacar de la legalidad a la Iglesia católica. En otras palabras: Cualquier manifestación de lo católico se equiparará a manifestarse simpatizante de ETA y de un grupo terrorista.Y se pondrá fin a las relaciones con la Santa Sede declarando genocida al Papa(Alguno me llamará exagerado, pero hace 20 o 30 años alguien imaginaba la situación actual?; pero si hasta ponían rombos a las pelis y todo un pais se escandalizaba por el pezón de Sabrina y ahora te ponen fornicio y perversión hasta en los textos escolares).
Un viejo sacerdote italiano de los de verdad, me dijo no hace mucho que este invierno moral de occidente nos lo tenemos muy merecido y que detrás de todo ataque maligno a la Iglesia está la providente y amorosa permisión de Jesucristo para regenerar a su esposa.Y que esta regeneración es más necesaria ahora que nunca. Y que cuando Dios permite que Satanás ataque a su amada Iglesia lo hace hasta el extremo de sacar del máximo mal más santos y mártires.Y todo ello para sanarla, porque sólo Dios puede sacar extrema santidad, de extrema maldad, para "reirse" del Padre de la mentira y del crimen que es el diablo, para que éste se retuerza más y más. Pero para ello ha de dejarle que crea que la victoria sobre los hijos de Dios y de María Santísima está casi asegurada. Es necesario que muerda el calcañar y eso duele.Por eso, me vaticinó que el sufrimiento de la Iglesia en Occidente no acaba nada más que empezar y que si Dios lo permite debemos de tener confianza, pero que Dios lo permitirá hasta el extremo de sacar santos y mártires, de eso podíamos estar seguros.
Pero míralo desde otro punto de vista: los símbolos religiosos ya no son testimonios visibles de una fe mayoritaria, ahora se han convertido en una forma de evangelizar. Allí donde haya un crucifijo, o una imagen, o un nombre religioso, siempre habrá algún agnóstico o desconocedor de la fe cristiana (que hay muchos más d elos que parece entre menores de 20-25 años) que se pregunte el porqué.
Y en cuanto a las blasfemias que se cometen a la vista de símbolos religiosos, pues recuerda como los judíos se mofaban e insultaban a Cristo en el Calvario, por tanto eso no es nuevo. tampoco caigamos en la idolatría de pensar que Dios sólo está allí donde están sus símbolos, por mucha carga que estos tengan. Del mismo modo que la oración vale lo mismo si se hace en una capilla o en el dormitorio, igual es la blasfemia a Dios, haya un crucifijo presente o no.
Lo malo sería que esas blasfemias se hiciesen en nombre de Dios. Eso sí. Pero mientras haya un signo de fe cristiana público, el catolicismo público no habrá desaparecido.
Ojalá los cristianos estuviesemos tan consumidos por el amor a Dios que pintásemos cruces con sprays de pintura, y colgáramos pancartas proclamando nuestra fe y venerando nuestros inconos, y llevásemos cruces, y detentes y sagrados corazones, no en el cuello, sino bordadas en nuestras camisetas, y hablásemos de Cristo allí donde fuéramos. Una fe viva deja símbolos externos, como hicieron nuestros padres. Si la fe está muriendo, resucitémosla, en vez de eliminar sus símbolos. Tal vez estos símbolos nos ayuden en esa tarea.
Dudo que los laicistas sean capaces de entender bien el sentido real de una medida así.
La única excepción serían los símbolos religiosos en actos o instituciones públicas (edificios de ministerios, misas oficiales, crucifijos en tomas de posesión). Pero si los quieren retirar los ateos, que los retiren ellos, yo no voy a ayudarles nunca a sacar todo aquello que recuerde o represente e mi Creador y a mi fe de la vida pública. Muy al contrario, me opondré siempre. Los enemigos de Cristo nunca cederían un palmo de terreno voluntariamente, nosotros no debemos hacerlo tampoco.
Yo quiero un crucifijo en todas las escuelas, y además que éstas ofrezcan una enseñanza INTEGRALMENTE cristiana a mi hijos. Quiero el crucifijo porque les enseña precisamente de donde venimos y quiénes somos, a pesar de la losa mediática asfixiante que hemos sufrido durante 30 años para conseguir lo contrario.
Quitar los crucifijos, probablemente contra el sentir de la inmensa mayoría de los padres, es precisamente ayudar a todo lo planificado desde hace 30 años.
Primero alejar a la gente de la fe, a la mayoría, sobre todo esparciendo la inmoralidad, luego decretar oficialmente el laicismo, que no es otra cosa que la imposición totalitaria del ateismo en la esfera pública.
No te quepa duda, mientras más se descristianice el espacio público, más perdidos estaremos y más difícil será que nuestros hijos sean fieles a la fe de nuestros antepasados.
Con este artículo tuyo, tan desafortunado, ya tendrán más argumentos los laicistas para quitar los crucifijos y todos los símbolos de nuestras raíces.
¿De verdad te crees que ahí se va a acabar todo y que no hay pasos posteriores previstos?.
El Santo Padre clamando porque Europa recupere sus raíices cristianas y tu ¿ayudando en su plan? . LF, Por qué no quitamos también las Iglesias de las calles para que las prostitutas no las "manchen" con sus pecados?
¿Le da yuyu al Señor estar rodeado de pecadores?.¿Ya no somos la sal de la tierra?.
¿A nadie se le ha ocurrido plantear que sean los padres, aula por aula si hay o no crucifijos en las aulas?
Por supuesto creo que hay que recuperar las raíces cristianas de Europa. Pero hay que saber desde donde se parte. Y partimos de una realidad inequívoca: Europa, al menos esta generación, ha dejado de ser cristiana.
___
Luis, amar al enemigo, amar al pecador, no era retórica vana del Señor.
Luis F, no sé qué te ocurre. Zp, y cualquier otro, está ahí por una única causa: Dios así lo permite porque está en su plan de salvación para los suyos.
Mira la historia con los ojos de Dios, todo se desenvuelve precisamente según sus planes.
Los Zapateros del mundo trabajan para Dios, para sus planes, aunque ni lo sepan ni lo entiendan. Nosotros nos ocupamos, sin preocuparnos, de anunciar lo bueno y denunciar lo malo, sin desfallecer.
Es bueno, buenísimo, no importa el nivel de pecado que campe alrededor, que los niños vean un crucifijo en lo alto. Es malo, muy malo, que no lo vean.
Hoy estoy imaginando liderar un grupo ONG encargado de "limpiar" las cárceles de símbolos religiosos, para que "esos" pecadores, blasfemos, etc. de presos abominables no "manchen" la pureza de nuestra Santísima Madre y la dignidad de Nuestro Señor.
Pero bueno...¿no queda nadie cuerdo alrededor?
Pues chapó, esta generación ha dejado de ser cristiana, y como hay que preparar la siguiente, pues vamos a quitar los crucifijos para que nuestros hijos no los vean. Pero sobre todo, para que rabien los laicistas. "Nos hemos adelantado a vosotros " !
Menudo plan, eres un crack como estratega.
:-)
Cuando lo errado alcanza su punto álgido, se convierte en algo normal.Y ahora, cada vez que se entra en un establecimiento público se tiende a comprobar la existencia de símbolos religiosos con el fin de retirarlos como si ése fuere el mal.
Pues entiendo que no debemos apoyar, opinar o como lo quieras llamar Luis Fernando a que tal práctica sea efectiva sin una defensa adecuada.
Es cierto que puede repatear ver el crucifijo al lado del presidente del gobierno pero me repatea más ver al presidente al lado del crucifijo. El primero es efímero, el crucifijo debe permanecer siempre, no hay que retirarlo.
"Al Reinado Social de Cristo se renunció cuando se aceptó la no confesionalidad. Y si se explica bien el porqué se toma la iniciativa de retirar nuestros símbolos de donde ellos gobiernan, no se pondrán tan contentos."
Luis F., tienes que acotar el sujeto en torno al cual gira tu argumento. El sujeto en tu argumentación inicial era el "nosotros debemos quitar de las instituciones", sobre cuya concreción podríamos hablar largo y tendido, pero que para resumir, digamos que somos los cristianos, y no sólo bautizados.
Cuando te he objetado que una actitud así implica la renuncia a la Soberanía Social de Cristo, cambias el sujeto, y dices "Al Reinado Social de Cristo se renunció cuando se aceptó la no confesionalidad."
A mí me dan igual las renuncias de los demás, cuando las hicieran en su momento, porque tu tesis gira en torno a nuestra posición, y no se refiere al "se" impersonal, ni a la posición de los demás.
Y sobre tu última apostilla acerca de que seguirás la posición de la Iglesia cuando se promulgue la ley de restricción religiosa, como la Iglesia española en este sentido no es de fiar, te remito a la doctrina perenne de la Iglesia Universal y a la propia Historia de España, donde este asunto de la retirada de símbolos religiosos ya se dió durante la I y II Repúblicas, con tomas de posición muy claras por parte de la Jerarquía española y de los seglares conscientes, como los carlistas.
Hay que reconocer que la situación a veces es tan dramática, que este argumento adquiere gran atractivo.
Yo en su momento me planteé lo mismo, sólo que no adopté una postura definitiva, hasta que volví a comprobar lo que he podido comprobar toda la vida: que la presencia de símbolos religiosos en instituciones públicas, de festividades religiosas adoptadas por el calendario civil, etc. tiene un efecto benéfico "per se", además de tener un profundo significado en el campo de lo contingente, político o histórico, y más si cabe en el caso de España, debido a la íntima trabazón existente entre Fe Católica y devenir político e histórico en el caminar de nuestro pueblo.
Por otra parte, cuando se propone que seamos "NOSOTROS" mismos quienes los retiremos, ¿a quién comprende ese "NOSOTROS"? ¿A la totalidad de los católicos? En todo caso deberían tomar esa iniciativa los afectados directamente por la medida, por ejemplo, los diputados católicos en el caso del crucifijo del Congreso, los alumnos católicos del colegio X, etc. Hay una diversidad de situaciones, por lo que no sería justo tomar una decisión que afectase por igual a todos los ámbitos.
Si yo estuviese en el colegio, me opondría radicalmente a que se retirara el crucifijo de la clase, por mucho que en ésta se impartiesen doctrinas contrarias a la fe. Ya no sólo porque creo que es lo mejor para la Religión sino porque, como católico, esa medida debilitaría enormemente mi posición en el aula.
Pero ni "ellos" ni "nosotros" vamos al cole. Hay que mirarlo exclusivamente desde el enfoque nosotros-nuestros hijos. Y "ellos" quieren ponerles la mano encima a todos.
Don Francisco Echeverría era un oficial del Ejército del Rey Don Carlos VII, superviviente en 1932 de la tercera guerra carlista y que vivía su ancianidad retirado en el pueblo de El Pueyo, próximo a Pamplona. La Segunda República mandó retirar el Crucifijo de la escuela pública del pueblo, contando con la sensata colaboración de los Judas del mal menor locales. Éstos organizaron una pequeña procesión de "desagravio" para llevar a la iglesia el Crucifijo que descolgaban de la escuela. Pero en una esquina del trayecto se toparon con la figura erguida, alta y delgada del vecino don Francisco Echeverría que vestía un uniforme de pana marrón con botones plateados y que desenvainando y blandiendo un enorme sable de época gritó: "¡Atrás! ¡Donde haya un voluntario de Carlos VII no se quita el Crucifijo de la escuela". Los Judas del mal menor se asustaron, volvieron grupas, repusieron el Crucifijo en la escuela y asunto terminado.
Don Amadeo Marco Ilincheta era en 1932 alcalde de su pueblo, próximo a Ochagavía. Empezó a recibir reiterados oficios del Gobernador Civil ordenándole quitar el Crucifijo de la escuela del pueblo. No hizo el menor caso. Hasta que un día llegó a la puerta del Ayuntamiento un automóvil con tres paisanos que se identificaron como policías y que iban a retirar los crucifijos de la escuela. Don Amadeo llamó a grandes voces al alguacil y a otro, y les dijo que subieran al desván a por unas cuerdas que había allí y las bajaran para ir al río a colgar a aquellos visitantes. Éstos, en cuanto oyeron esto, sin articular palabra, volvieron a su automóvil y huyeron. Asunto terminado. Poco después, Amadeo fue capitán de Requetés del Tercio de Montejurra y ganó la Medalla Militar Individual. Hacia el final de su vida fue Vicepresidente de la Diputación Foral de Navarra. Todo esto me lo contó él mismo comiendo, por cierto que estupendamente bien, en Casa Otano.
Hay una graciosa forma de analizar a los demonios, éstos no tienen ninguna virtud, ni la Perseverancia, ni valentía ni nada... están desasistidos de ellas. Cuando se les planta cara, se arredran, no importa cuanto ladrasen y cuántos aspavientos precedieran la actitud, al final se arredran.
Lo mismo que pasa con los demonios, pasa con los hombres. A los malvados, si no se les hace sentir un sano temor - "ojo, que vas a cobrar porque te lo estás buescando"- seguirán, seguirán, y seguirán.
Por eso, humanamente, debemos igualmente inspirar un sano -y justo- temor. Si no, te comerán.
A veces hasta creo conveniente recordarles a estos fanáticos laicistas, qué les pasa luego de arremeter contra todo, crecidos porque nadie les planta cara hasta ultimísima hora. Mirando la historia reciente...
Tengo para mí que una de las causas de la guerra civil fue el aplatanamiento de la Justicia en los años antes de la guerra. Cuando no se hace Justicia, los malvados, todos, se crecen y acaban empeorando tanto la situación que el desastre se hace inevitable.
Un par de carlistas a las puertas de un colegio, una cámara de televisión bien colocada, y a mandar un sano mensaje de temor. Que la gente vea que si se agrede a unos, la cosa no queda en que "nada pasa".
Así se fuerzan, mediáticamente, otras soluciones. Por ejemplo, que sean los padres directamente en cada escuela los que decidan estas cosas.
Dejar un comentario