El aplauso de Dios o el aplauso del mundo, o, ¿por qué no es noticia la buena teología?
Decía en una ocasión el Papa Benedicto XVI que el teólogo debe buscar el aplauso de Dios y no el aplauso del mundo. Lamentablemente, a pesar de que son mayoría los teólogos que realizan un inestimable y fiel servicio a la Iglesia, parece que sólo encuentran eco en los medios de comunicación los teólogos que manifiestan distancias con la doctrina de la Iglesia. No hace falta citar nombres de la larga caterva de personajes que son aplaudidos por el mundo porque, en su condición de teólogos, discrepan en mayor o menor medida del Magisterio de la Iglesia. No es preciso mencionar las flagrantes injusticias cometidas en algunos lugares en que se ha vetado la docencia en Facultades Teológicas a teólogos por el simple hecho de saberlos fieles al Magisterio de la Iglesia.
Y ¿por qué no destacar, al menos alguna vez, la labor silenciosa y eficaz de los teólogos fieles a la Iglesia?
La pasada semana, del 2 al 5 de septiembre, participé en Madrid en la LX Semana de Estudios Marianos, organizada por la Sociedad Mariológica Española. 16 ponencias serias y trabajadas sobre “María y la palabra de Dios". No ha aparecido en los titulares de los periódicos. Y, sin embargo, la Sociedad Mariológica Española (SME) es una institución con casi setenta años de historia, 75 volumenes de la Revista Estudios Marianos que son indispensables para un estudio serio de la Mariología Española Contemporànea y medio centenar de téologos que trabajan, nunca mejor dicho, por “amor al arte". Miles y miles de horas de estudio y trabajo que son luz ( ¡y no humo!) para el Pueblo de Dios.
En las jornadas de este año han disertado teólogos como Alejandro Martínez Sierra, Miguel Ponce Cuellar, Lucas Francisco Mateo Seco, Luís Díez Merino, Gonzalo Gironés, Juan Miguel Ferrer (que pasa a ser Subsecretario de la Congregación para el Culto Divino) y muchos otros autores que no aparecen en los medios de comunicación pero que representan a la verdadera y buena teología que que contribuye a la edificación de la Iglesia.
Hemos tenido este año el gozo de incorporar a la SME a Mons. Francisco del Cerro, Obispo de Cáceres Cória, que disertó esplendidamente sobre el tema “María, Palabra de Dios, en el Sínodo de los Obispos".
El Presidente de la SME es actualmente el P. Enrique Llamas, OCD, Profesor Emérito de la Pontificia Universidad de Salamanca.
Sean estas breves líneas un homenaje a todos los teólogos que ejercen con fidelidad y sin estridencias su trabajo al servicio de la Iglesia. Y si alguién quiere conocer un poco más la SME le invito a entrar en la web de la Institución (www.sociedadmariologica.com).
11 comentarios
Por definición, la noticia implica novedad, y algo que afecte a muchos. No sé, algo así como "tal versículo llevó a fundar miles de escuelas para niños pobres, que en otras culturas no existen" o "el 90% de los que creen en el infierno tienen una salud mental excepcionalmente buena" o algo así...
Decir "Dios es bueno" de formas enrevesadas y teológicas, ni es interesante ni es noticia. Ya lo sabemos, y quien no lo viva, no lo hará a base de leer teología...
Por otra parte, si el Magisterio fuera más justo y más discreto en su manera de corregir los siempre posibles errores de quienes están jugando en terreno descubierto, habría sin duda menos escándalo público.
mejor aburrida que descarriada, ¿no? Aunque en lenguaje de las Escrituras cuando una oveja se pierde y tiene unas actitudes como el joven que se marchó de casa, de humildad, de reconocimiento de dónde está el verdadero amor pues se puede acoger el perdón, el amor. De lo contrario no se está preparado, ¿no cree?
¿Cómo se podría desde tal perspectiva realizar una teología sana y acertada?. Tristemente es cada vez mas habitual observar a teólogos buscar el reconocimiento humano contrario al divino. ¿Podrán estos comprender el enriquicimiento espiritual proveniente de los estudios Mariológicos?.
Si se busca el reconocimiento humano, no es posible recibir la complacencia divina del Padre ni de María, tal posicionamiento impide recibir tanto el entendimiento como el reconocimiento divino.
a los protestantes.
Cuando no decir barbaridades sobre Ella.
Mucho me temo que ni en lo social, ni en lo teológico las buenas noticias vendan más que las de escándalo.
Como ejemplo de esto podriamos citar a una persona que parece que tiene cierta fama, al menos en alguna web de religión, y que su preocupación parece ser criticar de forma persistente a los obispos.
Podriamos poner como ejemplo igualmente, a ese tipo de periodistas, que en lugar de buscar la parte positiva de una noticia, buscan, rebuscan y hasta retuercen los hechos con el fin de crear escándalo.
Por otro lado qué pocas veces oimos hablar de personas, religiosas o no, que trabajan, que llevan una vida sencilla, que cumplen con sus obligaciones de ciudadano, de profesional. Antes bien a eso se le denomina como una vida anodina.
Lo dicho lo importante, lo que vende, con lo que algunos se hacen famosos, es con la crítica desmedida y con escándalo, aunque este no tenga fundamento.
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