Una ideología de la liberación
La mayor novedad de la Iglesia en el siglo XX, fue sin lugar a dudas la verificación del Concilio Ecuménico Vaticano II, ideado por el Papa Pío XII, convocado e iniciado por el Beato Juan XXIII, y concluido por el Papa Paulo VI, partir del cual se habla mucho de los signos de los tiempos referidos a la teología católica.
Se afirma que una de las grandes intuiciones del Concilio Vaticano II fue la atención prestada a esos signos de los tiempos, es decir a los nuevos fenómenos culturales, sociales, políticos, y económicos, producido en la gran mutación de la era moderna. Nunca hasta entonces se había mostrado la Iglesia tan abierta y receptiva a esos “signos”, calificados otrora de enemigos de la fe.
El Vaticano II, habla de la necesidad de escrutar los signos de los tiempos, lo que quiere decir que no se trataba de rendirse ante ellos sin condiciones, o de aceptarlos sin crítica.
No fue una nueva primavera para la Iglesia, como lo había imaginado su promotor, pero fue una inesperada revolución en todos los sectores de la Iglesia, incluido el campo social (…) Una honda simpatía por la solución socialista e incluso marxista-leninista se imponía en el mundo, que todavía desconocía en su propia carne la cruel experiencia del socialismo real, y fascinaba a intelectuales y estudiantes, sin excluir a los seminarios y al clero más joven. Fidel Castro y Che Guevara eran sus ídolos. (…) Los movimientos que se consideraban y proclamaban «progresistas», fuertemente intelectualizados, apoyados en los medios de comunicación, agudizaron la conciencia revolucionaria («concienciación» era el vocablo entonces divulgado por Paulo Freire). El que no comulgaba con ellos era sumamente descalificado como reaccionario, burgués y conservador (América Latina, Mons. Boaventura Kloppenburg, OFM).
La Iglesia en América Latina
estuvo atenta a esta consigna conciliar de manera escrupulosa y escrutó los signos de los tiempos, tal como se daban en los países subdesarrollados del Continente. Y de entre todos ellos detectó uno, que la parecía a la vez el más significativo y el más escandaloso: los pobres, los marginados del sistema, los sin voz, los no hombres, que vivían en su mayoría en el tercer mundo y de este signo, mira al mundo, relee la historia, juzga a los culpables, interpreta la realidad, reformula el mensaje cristiano y pretende transformar la vida.
En la década de los 1970, un tiempo de agitación y perturbación, irrumpió la «teología de la liberación» (TL), bajo la influencia de la «nueva teología», «principalmente dentro de la corriente que toma la sociedad como objeto de su estudio, mostrando una tendencia hacia el sociologismo dando prioridad a la sociedad frente al hombre»(La «Teología de la liberación», P. Miguel Podarowski), en la que «la palabra redención suele ser sustituida por liberación, la cual a su vez es entendida, a la luz de la historia y de la lucha de clases, como proceso de liberación en marcha. Finalmente es también fundamental hacer hincapié sobre la praxis: la verdad no debe entenderse en el sentido metafísico, pues esto sería “idealismo”. La verdad se realiza en la historia y en la praxis. La acción es la verdad. Por consiguiente, las ideas que llevan a la acción son, en última instancia, intercambiables. Lo único decisivo es la praxis. La ortopraxis es la única ortodoxia» (Informe sobre la Fe, entrevista al Cardenal Ratzinger por Vittorio Messori).
Esa «relectura», de acuerdo al cardenal Ratzinger en el informe citado, nació de dos fuentes: «el marxismo y la hermenéutica protestante racionalista de Bultmann».
En 1971, el presbítero Gustavo Gutiérrez publica su obra «La teología de liberación», en la que «pretende, en primer lugar, introducir un nuevo concepto de la teología y, de conformidad con éste concepto, después trata el tema de la liberación del hombre del régimen capitalista, para finalizar su estudio con algunas consideraciones escatológicas muy confusas, en las cuales quiere identificar “el reino de Dios en la tierra” con la sociedad ideal del futuro, edificada por la revolución marxista». Posteriormente (1979) publicó «La fuerza histórica de los pobres», obra que en gran medida«es una repetición de su obra matriz», en una perspectiva ortodoxamente marxista:
No se lleva a cabo sino al interior de la lucha revolucionaria que cuestiona radicalmente el orden social existente y postula la necesidad de un poder popular para la construcción de una sociedad verdaderamente igualitaria y libre. Sociedad en la que se haya eliminado la propiedad privada de los medios de producción, la cual, al permitir que una minoría se apropie del fruto del trabajo de la mayoría, engendra la división de la sociedad en clases y la explotación de una clase por otra.
Es que en Gutiérrez como en Marx, la praxis es lucha de clases, por ende revolución. Según Gutiérrez, la«praxis», o lucha por un régimen social justo, es la esencia misma del cristianismo.
El comentario del cardenal Ratzinger respecto de aquellos que «ya no leen la Palabra de Dios con los ojos de la Iglesia, sino de acuerdo a la última moda “científica"» se coloca precisamente en la definición citada.
La teología es la ciencia de Dios. Luego de ninguna manera puede ser una exposición política. Es sincero Gustavo Gutièrrez que dedica todo el primer capítulo de su TL a justificar su propio concepto de «teología», a saber «la reflexión crítica sobre la praxis» (La evaporación de la teología, Juan Gutiérrez Gonzáles).
La Iglesia ha enseñado de tantas maneras la primacía cronológica pero sobre todo ontológica de la conversión personal respecto del cambio estructural, como la explanó Paulo VI:
la Iglesia considera ciertamente importante y urgente la edificación de estructuras más humanas, más justas, más respetuosa de los derechos de la persona, menos opresivas y menos avasalladoras, opero es consciente de que aún las mejores estructuras, los sistemas más idealizados se transforman pronto en inhumanos si las inclinaciones inhumanas del hombre no son saneadas, si no hay una conversión de corazón y de mente por parte de quienes viven en esas estructuras o las rigen (Evangelii nuntiandi, nº 36).
Reafirmada por Juan Pablo II:
El pecado, en sentido verdadero y propio, es siempre un acto de la persona, porque es un acto libre de la persona individual, y no precisamente de un grupo o una comunidad (…) No se puede ignorar esta verdad con el fin de descargar en realidades externas –las estructuras, los sistemas, los demás –el pecado de los individuos (Reconciliatio et paenitentia, nº 16).
En contraposición a la Doctrina social de la Iglesia, el planteamiento de dicha «teología de la liberación» es el siguiente: Cristo vino al mundo para liberar al hombre; el cristianismo es el instrumento de esa liberación; el hombre es un esclavo del capitalismo, pues el capitalismo es un régimen de explotación opresor; la revolución marxista es la única fuerza capaz de liberar al hombre.
Es cierto que Gutiérrez pulió sus escritos de acuerdo a las indicaciones de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, eliminando las referencias a Carlos Marx, empero «no ha rechazado el concepto de lucha de clases ni la llamada ortopraxis», por lo que «esta concepción totalizante impone su lógica y arrastra las ” teologías de la liberación ” a aceptar un conjunto de posiciones incompatibles con la visión cristiana del hombre».
11 comentarios
Su éxito en reemplazar "liberación" por "redención" se explica por el auge del Antropocentrismo, como muy bien lo explica Juan Ignacio en el blog "Mater et Magistra": las categorías antropocéntricas hacen inentendible la idea de "redención", mientras que la idea de "liberación anticapitalista" ha sido ampliamente instalada por el marxismo en todo el mundo.
Otra de las razones de su lamentable éxito reside en la tibieza de muchos pastores, que son proclives a bautizar hasta las realidades más anticatólicas.
1. El 27 de octubre de 1995 la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede, solicitó al Pbro. Gustavo Gutiérrez Merino que redactara un artículo sobre la eclesiología inherente a sus escritos, en el cual señalara la necesidad de corregir ciertos abusos pastorales que se habían verificado a partir de una teología de la liberación mal entendida.
2. El P. Gustavo Gutérrez, respondiendo a la Congregación para la Doctrina de la Fe, envió el artículo “La Koinonía Eclesial” el 3 de octubre de1998.
3. Este artículo es enviado por la Congregación para la Doctrina de la Fe a la Comisión Episcopal de Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal del Perú, el 14 de noviembre de 1998 para su examen.
4. El 15 de enero de 1999, la Comisión Episcopal de Doctrina del Episcopado Peruano envió a la Congregación para la Doctrina de la Fe el resultado del examen de dicho artículo.
5. La Congregación para la Doctrina de la Fe, el 27 de mayo de 1999 solicitó al P. Gustavo Gutiérrez una segunda redacción de su artículo, teniendo en cuenta las observaciones realizadas a la primera redacción, ya que según la Comisión Episcopal de Doctrina de la Fe del Episcopado Peruano concluía que si bien el artículo “no contenía errores doctrinales, tampoco respondía a las razones por las cuales el mismo le fue solicitado al autor”.
6. El 29 de mayo de 2004, el R.P. Gustavo Gutiérrez envió a la Congregación para la Doctrina de la Fe la segunda redacción de su artículo titulado “La Koinonia Eclesial”.
7. Este artículo fue enviado nuevamente a la Comisión de Doctrina de la Fe del Episcopado Peruano el 21 de junio de 2004 para su examen correspondiente y esta Comisión notificó el resultado a la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede, el 18 de agosto de 2004.
8. El 15 de septiembre de 2004, la Congregación para la Doctrina de la Fe envió al R.P. Gustavo Gutiérrez Merino las conclusiones del examen realizado por la Comisión de Doctrina del Episcopado peruano, según la cual no había objeción teológico-pastoral a la segunda redacción del artículo “La Koinonía eclesial” y recomendaba su publicación
9. El artículo “La Koinonía Eclesial” del R.P. Gustavo Gutiérrez Merino fue finalmente publicado en el volumen 81, fascículo 4, de la Revista ANGELICUM del año 2004, dando así por concluido el camino de clarificación de los puntos problemáticos contenidos en algunas obras del autor.
10. Este artículo ha sido publicado igualmente en la Revista Páginas en el No. 200 del mes de agosto de 2006, del Centro de Estudios y Publicaciones, Lima-Perú.
Lima, 1º de septiembre de 2006
In Domino
+ MIGUEL CABREJOS VIDARTE, OFM
Arzobispo de Trujillo
Presidente de la Conferencia Episcopal del Perú
__________________________________________________
El 17 de diciembre del año 2004, el mismo Papa Benedicto XVI escribió una carta al dominico argentino Carlos Alfonso Azpiroz Costa –en ese momento Maestro General de la Orden de los Predicadores– en la que «daba las gracias al Altísimo por la satisfactoria conclusión de este camino de aclaración y de profundización», como cuenta Gianni Valente en un artículo de la sección Vatican Insider del diario La Stampa.
Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible...
.
(No se muy bien, como es eso del bosque y el árbol;cuál no deja ver a cual...)
.
A nada que miremos la inmensidad del universo, la creación y lo maravillosa que es la tierra -donde estamos-; en su pequeñez.... Sólo se precisa observar; con honadez intelectual.
.
¿Se puede pensar que Dios (Los cristianos sabemos o deberíamos saber, que Cristo es Dios y Hombre) no hubiera podido erradicar la pobreza y el malo de la tierra...?
.
Es nuestra tarea merecer (por llamarlo de alguna manera)el Paraiso. Nos ha dado suficientes ayudas para lograrlo.
.
Por tanto; a pesar de tanto sabio, se puede decir: EL QUE SE SALVA SABE Y EL QUE NO, NO SABE NADA.(Se trata únicamente de eso)
Están tan cerrados que ya resienten a los neo-marxistas que hoy se ocupan de la lucha de las civilizaciones. Estos ya no recurren a Marx,ya se sirven de la lucha de clases. Sus órganos informativos son Al-Jazeera, la teosofía y la ideología de género, que aunque tiene raíces marxistas, las nuevas sacerdotizas ya se han afiliado a la cultura de la muerte y operan en foros internacionales como la ONU.
--------
GML: Muchas gracias Gregory, evidentemente los dos documentos de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe son: "Instrucción sobre algunos aspectos de la "Teología de la liberación" del 6 de agosto de 1984, y la "Instrucción sobre libertad cristiana y liberación" del 22 de marzo de 1986, siendo Prefecto de la misma el entonces cardenal Ratzinger, hoy Papa emérito Benedicto XVI.
"18. El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos
19. y proclamar un año de gracia del Señor."
Y su madre, la Virgen María, proclama en ese maravilloso himno que es el Magnificat:
"51 Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
52 derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
53 a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos."
-----------
No creo que Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen María sean peligrosos rojos herejes.
-----------
GML: Señor Antonio, he sido bastante tolerante no eliminando sus comentarios.
1. No, nuestro Señor Jesucristo y María Santísima, no son "peligrosos rojos herejes". Son los relectores de la Palabra de Dios, los que los sitúan en esa categoría, colocando a nuestro Señor Jesucristo como el "Juan Bautista de Marx", y comprometido políticamente como un luchador contra la dominación romana. Son los relectores del Evangelio los que le dan a la sagrada persona del Salvador, la categoría de "subversivo de Nazaret".
2. La "mariología marxista" de Leonardo Boff, al lado de la "cristología marxista" de Gutiérrez y Sobrino pretende descubrir, "analizando el Magníficat" -que Usted ha colocado como prueba de la validez de la TL- que la única "virtud" marxista de la Santísima Virgen María, es la de ser "revolucionaria y modelo de mujer rebelde". Razonamientos que se hallan, no en la lógica de la doctrina de la Iglesia, sino dentro del esquema de la lógica marxista como Usted bien lo sabe.
"La nueva hermenéutica inscrita en las ´teologías de la liberación´conduce a una relectura esencialmente política de la Escritura" (Instrucción 6-6-1984).
"Al saludo de Isabel, la Madre de Dios responde dejando prorrumpir su corazón en el canto del Magníficat. Ella nos muestra que es por la fe y en la fe, según su ejemplo, como el Pueblo de Dios llega a ser capaz de expresar en palabras y de traducir en su vida el misterio del deseo de salvación y sus dimensiones liberadoras en el plan de la existencia individual y social" (Instrucción, 22-03-1986).
Es el ex presbítero Leonardo Boff, citando al "hermano protestante" Max Thurian quien afirma: "María, la primera cristiana es también la primera revolucionaria dentro del nuevo orden" (Ensayo Mariología marxista pág. 32).
(Consulte Usted los "trabajos teológicos" en el libro titulado "Evangelización en América Latina en torno a Puebla" de la CLAR).
Los seductores son los los propagadores de la doctrina marxista que transtornan los nobles deseos de justicia del hombre para ofrecer un mundo justo y maravilloso pero Sin Dios. Para lo cual deben en nombre de los pobres "Oprimir a opresores y oprimidos con impunidad" De esta forma el amor y la caridad a los pobres es reemplazado por la envidia, el odio de clases, la violencia, la mentira, el abuso, el pillaje alcanzando la perversidad. Matando todo lo nobleza y dignidad del corazon del hombre y transformandolo en un animal domestico que depende de las migajas que le den sus nuevos amos que le ofrecieron abundancia.
Los comentarios están cerrados para esta publicación.