Reparación al Corazón de Cristo y templanza

El Padre James Cullen S.J. se reunió el 28 de diciembre de 1898 en el locutorio de la parroquia San Francisco Javier de Dublín con cuatro mujeres de las más apostólicas y piadosas de la zona, proponiéndoles «una aventura que tenía madurando en su mente desde hacía muchos años», convocatoria apostólica que devino en el movimiento que más tarde sería conocido como «Asociación Pionera del Sagrado Corazón de Abstinencia Total».

Según la concepción del P. Cullen, los pioneros de abstinencia total son «víctimas de amor, oración y reparación» uniendo la oración y el sacrificio a la oración y el sacrificio del Corazón de Jesús con la finalidad de ejercer una «suave violencia en los cielos en favor de los que padecen» el síndrome del alcoholismo.

Cristo -dice el P. Bertrand de Margerie, S.J.- no sufrió para dispensarnos de sufrir, sino para permitirnos asociar a Él nuestros sufrimientos. En la Cruz, Jesús rechazó beber el vino del bienestar y el consuelo y prefirió darnos, entre su propio dolor y sus propios sufrimientos físicos y mentales, el ejemplo de la abstinencia. En el ejemplo irlandés, vemos cómo la consagración y la reparación al Corazón de Jesús ayudan a conseguir las virtudes de la templanza y la fortaleza en el marco de la edificación de la civilización del amor para la Divina Trinidad y para nuestros hermanos humanos

Se podría decir que la génesis de los Pioneros del Sagrado Corazón, arranca el 17 de marzo de 1889, una década antes de su fundación, cuando el P. Cullen redactó lo que llamó «Ofrecimiento heroico» y que el mismo rezó como una promesa vitalicia de abstinencia total:

Sagrado Corazón de Jesús, para tu mayor gloria y consuelo, por amor a Ti, para dar buen ejemplo, para abnegación propia, para reparar los pecados de la intemperancia y para la conversión de los que beben en exceso, yo me abstendré durante toda mi vida de toda bebida embriagante.

Desde los albores del siglo XIX, otros apóstoles de la templanza habían iniciado grandes movimientos de sobriedad para «sacar a sus compatriotas irlandeses, hombres y mujeres, de la esclavitud del alcohol, a fin de llevarlos a la libertad de la sobriedad», lo hizo especialmente el sacerdote capuchino Theobald Mathew, promotor de una de las más extraordinarias campañas de templanza jamás emprendidas, movilizándose «en el nombre de Dios», a lo largo y ancho de la Isla Esmeralda, así como en Escocia, Inglaterra y Estados Unidos, moviendo a cientos de miles de corazones a asumir una promesa de abstinencia total.

Su exitosa campaña llevó al cierre de muchas cervecerías y licorerías en Irlanda, reduciéndose considerablemente la tasa de actividad delictiva grave, empero, tras su muerte el país cayó nuevamente en el fango de la embriaguez, hasta que alguien pudo estar de pie y solucionar el problema del abuso del alcohol.

El P. Cullen, con la ambición de ser otro Padre Mathew fundó la Asociación Pionera, convencido de que un movimiento, enraizado en la devoción al Sagrado Corazón podía lograr un cambio dramático en los hábitos perniciosos de sus contemporáneos. Para el P. Cullen el abuso del alcohol, era uno de esos demonios que sólo se podían expulsar, con una extensa campaña de oración y ayuno (Marcos 9, 28) (cfr. Anuario de la Compañía de Jesús, 2001).

Probablemente –afirmó su biógrafo el P. Lambert McKenna S.J.- el Padre Cullen, será conocido por las futuras generaciones de irlandeses como un gran reformador de la templanza.

Puso en marcha su cruzada de templanza, con la seguridad del cumplimiento de la promesa hecha por el Sagrado Corazón a Santa Margarita María de Alacoque, de que tres efectos especiales seguirían de la devoción al Corazón de Cristo, para beneficio de la familia humana entera, a saber:

- que los pecadores encontrarían en el Corazón de Cristo un océano de misericordia

- las almas tibias se harían fervorosas, y,

- las ya fervientes alcanzarían rápidamente la perfección.

La generosa respuesta al llamado del P. Cullen y el éxito de su movimiento se debió a la base religiosa que él puso como impronta de la asociación enraizándola en la devoción al Sagrado Corazón y en el espíritu ignaciano.

La irresistible pasión de su vida era el amor de Cristo, odiaba la intemperancia sobre todo porque ésta le roba a Cristo las almas que anhela su Sagrado Corazón… era ante todo un apóstol del Sagrado Corazón. Su exitosa difusión del amor al Sagrado Corazón y la promoción de la abstinencia total como una manifestación de ese amor, constituyen su mayor título de gloria.

Antes del establecimiento de la Asociación Pionera, ya había conquistado la reputación de celoso y virtuoso sacerdote. Todos los que tenían incluso conocimiento escaso de él, no podían dejar de sentir que era un defensor de la templanza porque en primer lugar era un apóstol cristiano.

Cuando uno ofende a otra persona, particularmente un amigo, es algo natural sentirse avergonzado de lo que ha hecho e intenta disculparse; de esta forma el cometer faltas propias se hace a su vez un motivo para demostrar el amor al prójimo. Esta es una comparación humana, para ayudarnos a entender el misterio de la reparación. Reparar es consolar al Corazón de Jesús y compensarle por los ultrajes que constantemente recibe, con nuestros pecados y con los de los demás. La reparación, en el mundo crucificado por el pecado, es el molde de todas las virtudes.

2 comentarios

  
Roque
Creo que el tema que toca hoy Germán, de forma tan certera, está relacionado con el que trató el otro día sobre las drogas. El alcohol sigue siendo una de las drogas mas mortíferas y dañinas que existen. El problema es que, muchas veces, no existe auténtica conciencia sobre lo horrible que es el emborracharse, e igual se toma como una gracia. Yo creo, y corríjanme si me equivoco, que emborracharse a propósito es un pecado. La gravedad de dicho pecado puede venir aumentada o disminuida según que la persona sea realmente consciente de que así es y de su madurez psicológica, su adicción, etc. He oído hablar mucho de la Asociación Pionera del Sgdo Corazón de Abstinencia Total. Me parece una asociación admirable. La promesa la había leído con alguna variación en las palabras.En vez de "por abnegación propia", "para practicar la abstención" y en vez de "la intemperancia", la frase completa era "para reparar por Tí los pecados de la violencia incontrolada". En el fondo, creo que significan lo mismo. Pienso que, a veces, los católicos, no insistimos suficientemente sobre los peligros del alcohol y como Satanás puede valerse de éste para arruinar vidas y familias, adelantando el Infierno a la Tierra. Realmente el que vive en el alcohol y las drogas, además del daño que causa a su organismo y a su dignidad humana, sin recordar que su cuerpo es Templo del Espíritu Santo, avanza por el camino del envilecimiento y mientras, sus familiares, (hijos, esposa o esposo, padres, hermanos,etc), contemplan, con horror, cómo han perdido a esa persona si no consiguen recuperarla. Que Jesucristo, en su infinita misericordia, se apiade y los vuelva a traer al buen camino, sin drogas ni alcohol. Felicitaciones a la Asociación P. del Sgdo Corazón de Jesús. Saludos y bendiciones.
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GML: Gracias por tus amplios y devotos comentarios. Que el Sdo. Corazón te siga bendiciendo. La traducción en el Manual de la Legión de María es incorrecta, ya hizo el Consejo Central Pionero un reclamo hace dos o tres años, pero siguen imprimiendo la edición en castellano con erratas.
13/06/13 2:25 PM
  
Pepito
No sólo el alcohol sino también el tabaco se suelen consumir con intemperancia. Confieso que yo era un intemperante del tabaco (fumaba hasta dos cajetillas diarias).

Ahora sólo fumo un cigarrillo cada dos horas, con lo cual consigo no fumar más de 10 cigarrillos al día como tope máximo. Pero sería mejor no fumar ninguno y reparar al Sagrado Corazón. Pero soy débil y me cuesta dejar el tabaco del todo.

Sin duda tendré que pasar un amargo purgatorio, si logro salvarme, por no ser capaz de abandonar completamente el vicio del tabaco. !Dios se apiade de mí¡
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GML: Gracias por su comentario. Yo también fumaba una cajetilla diaria, pero cuando me hice Pionero de Abstinencia Total, la gracia de esa promesa puso en mí el siguiente pensamiento: "Igual estoy consumiendo algo intoxicante" así que hace 17 años, cogí la cajetilla, la estrujé y la tiré al basurero.

Quizás si se hace un Pionero del Sagrado Corazón añadiendo una promesa complementaria de no consumir tabaco, la gracia de esa promesa le quitará la adicción al tabaco:

http://www.ptaa-hispanoamerica.blogspot.com/2009/09/folleto-explicativo.html

Saludos en el Corazón de Jesús.
19/06/13 2:37 PM

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