Avanza la droga
A finales de octubre de 2012, me encontraba en Bogotá para establecer la Asociación Pionera del Sagrado Corazón de Abstinencia Total. Con la señorita que me conducía de una parroquia a otro sector, tuvimos que cruzar un campus universitario a cielo abierto, cuando el aire comenzó a envolvernos de un fuerte olor a droga, que no terminó hasta que dejamos la zona. Me impactó ciertamente la experiencia.
En países como Uruguay, Chile, México, Colombia, la legalización de las llamadas «drogas blandas» es la punta de lanza de grupos y sectores políticos que han puesto el tema en debate.
Durante hartos años, muchos estados han quedado dormidos respecto al problema de la drogadicción. Los países productores de la hoja de coca por ejemplo, afirmaban y continúan afirmando, que son países productores de la «sagrada hoja de la coca» y basta. Eso es dormir el sueño de los justos sin ni siquiera sospechar que el producto final de la hoja de coca, la cocaína, es alarmantemente objeto de interés como droga.
De repente los MCS nos despiertan de nuestra fatídica siesta con títulos como éste «Creció de manera alarmante el consumo de alcohol y sustancias». Ha sido el Observatorio Interamericano sobre Drogas (OID) de la OEA, que en su «Informe sobre el consumo de drogas en las Américas durante 2002-2009» ha puesto el dedo en la llaga, lanzando el temeroso aviso, patentizado en las estadísticas, y más recientemente el «Informe sobre el problema de las drogas en las Américas» de la OEA, presentado el 17 de mayo de 2013.
Francisco Cumsille, titular del OID, dijo:
«Se pueden observar patrones diferenciales por regiones y subregiones, además de diferencias al interior de cada país, lo que requiere políticas públicas específicas que respondan a las diferentes realidades que viven nuestros países».
El informe señala que el alcohol es la droga de mayor consumo en casi todos los países; sin embargo, los países con mayor prevalencia de consumo de alcohol no necesariamente son los mismos que presentan altos niveles de consumo riesgoso de esta sustancia. También indica que existe una preocupación especial por las altas cifras de uso de alcohol entre la población escolar de 13 a 17 años.
La marihuana es la droga ilícita más consumida entre los estudiantes de secundaria de la mayoría de los países, aunque en algunos de ellos el consumo de inhalables (se refiere a las sustancias químicas respirables que producen efectos sicoactivos -tipo solvente, por ejemplo- y son accesibles en el mercado abierto) supera el consumo de marihuana en la misma población. Además, algunos países que han realizado estudios entre la población universitaria han observado que el uso de inhalables entre las mujeres supera el uso de marihuana en ese grupo.
«El consumo de cocaína se ha generalizado en casi toda América Latina y el Caribe. Ya no es una droga solamente exportada hacia el norte, por ejemplo, aproximadamente el 27% de los consumidores de cocaína del hemisferio se encuentran en America del Sur».
«Por otra parte, la pasta base de cocaína, una droga usada casi exclusivamente en América del Sur, si bien su consumo es relativamente bajo, tiene un impacto sobre la salud mucho más nocivo que otras drogas, convirtiéndola en un problema al que los países afectados ya le están prestando mucha atención», advirtió Cumsille.
Por el contrario, en aquellos países con mayores niveles respecto de percepción sobre facilidad de acceso a drogas ilícitas, son aquellos países donde las cifras de consumo son también mayores.
El hecho ha sido comprobado, son el alcohol, los inhalantes, la mariguana, la cocaína y la pasta base que están de moda sobre todo entre los jóvenes.
No se trata de una falsa alarma, nos hallamos sentados sobre el cráter del volcán, ya que los países productores de la hoja de coca, no necesitan, pasar por sus fronteras, la materia de la producción, la producen en su territorio, y se extiende con facilidad por los rincones de nuestras ciudades. Existe una sobre oferta, se trafica mucha cocaína, pero siempre quedan excedentes suficientes como para aniquilar a su población.
La drogadicción comienza o por curiosidad o por búsqueda de un placer momentáneo, pero cuando llega a exigir dependencia es difícil por no decir imposible de dejarla en la mayoría de los sujetos que han probado la experiencia.
Hay que vigilar en torno: las autoridades porque frecuentemente se sabe quien vende la droga y dónde, pero siguen actuando impunemente, sobre todo si son fáciles en cerrar la boca de las autoridades con las propinas que ofrecen los narcotraficantes.
Hay locales de expendio de bebidas a las que se añade la droga, y que llevan meses y años vendiéndola como si se tratara de una inocente golosina.
Hay establecimientos escolares cuyos docentes conocen las actividades delictivas de sus alumnos, pero se cruzan de brazos, y dejan que la serpiente se extienda.
Hay padres de familia que toman con glacial indiferencia la existencia de sospechas en la conducta de algunos de sus hijos, de los que han recibido confidencias, pero que prefieren no actuar, por no molestarse.
Bien está, muy bien, que la OEA como autoridad bien enterada, haya lanzado un detonante grito de alarma. Todos los ciudadanos debemos conocer la procedencia y la dimensión de uno de los enemigos más destructores de la actual civilización: la droga.
3 comentarios
Estoy absolutamente convencido que, sea por vía de la droga, de la violencia (guerras), de la enfermedad (Sida y resistencia a los antibióticos) o del agotamiento de recursos (hambre), esta "civilización salvaje" (como gustaba llamarla Castellani) va a desaparecer. Y no dentro de mucho tiempo. Salvo, claro está, voluntad divina en contrario. Pero si nos atenemos exclusivamente a lá lógica natural de este proceso de degradación creciente, lo que se viene está cantado. Y si nos atenemos a la lógica sobrenatural de este proceso (rechazo desafiante a Dios y a su Iglesia), también.
Creo también que los gobiernos van a ir cediendo gradualmente frente a la droga, como lo han hecho ante el gaymonio, el aborto, la corrupción y la violencia. Es que los gobiernos demócratas no son fuente de moralidad y rechazan a la verdadera fuente, Dios. Entonces frente a la debacle sólo atinarán a administrarla cuidando el "concenso", lo que en la práctica ha de significar que el mal campe a sus anchas. ¿O no lo hemos visto tantísimas veces?
Maranatha!
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