Visión cristiana de la persona frente al helenismo.
En el pensamiento griego siempre se consideró la realidad de lo individual, sin embargo, la madurez del conocimiento de lo individual, sólo se alcanzó con el reconocimiento cristiano de la persona. Los griegos no alcanzaron el nivel verdaderamente metafísico. En los griegos lo más importante no es tanto el individuo como el hombre, la humanidad. Pensemos en la idea de hombre eterna, inmutable y necesaria de Platón. Sócrates aparece como un ser temporal y accidental que participa de la irrealidad de la materia en la que se refleja la idea. Para Platón lo importante es la participación de una realidad común que es un ideal de humano para todos los hombres y que constituye lo verdaderamente real. Hay una diferencia entre Aristóteles y Platón porque en Aristóteles se acentúa la realidad individual. Pero, al final de cuentas, en ambos lo que acaba teniendo peso es lo universal. Es un hecho que en Aristóteles pesa la unidad de la especie sobre los individuos. Los individuos nacen, crecen, se reproducen y mueren para siempre, en cambio la especie permanece. En la visión aristotélica lo individual queda gravemente depreciado.