Cristo es el centro de la historia
Indudablemente la vida del cristiano es un tránsito hacia el gozo supremo de la Verdad. Y es que nuestro ser creado y mutable depende del Ser y de la Verdad, del Verbo inmutable por el que todas las cosas son y por el que todas las cosas han sido creadas. Tanto las cosas que fueron como las que serán están en su unidad porque en Él están reunidas todas las cosas en cuanto en Él son inconmutablemente simultáneas. En sentido estricto, en el Verbo las cosas no fueron ni serán, sino que simplemente son en su presente. Porque en el Verbo todo lo que es, es unidad y todo lo que es, es vida. Y por eso mientras más perfecta sea la unidad, más perfecta es la vida porque en la suprema unidad que es Dios las cosas son vida participada de Él.
Por otra parte, todo lo que es mutable, todo lo que dura, es como nada en cuanto está inmerso en la miseria entitativa, pero al mismo tiempo todo lo cambiante, por ser participación del Verbo, participa de la eternidad. De hecho las cosas reflejan la Verdad en cuanto participan de ella. Todas las cosas creadas dependen metafísicamente de la Verdad inmutable y eterna sin la cual se confundirían con la nada. De modo que toda la creación participa del Verbo, y en su orden es divinizada por Él y en Él hasta el punto de que toda la creación espera participar en alguna medida de su inmutable eternidad.
Sin embargo, la creación corpórea en cuanto sumida en el tiempo, en la mutabilidad y en la casi nada, padece de una radical miseria de la que sólo el hombre puede ser consciente. De hecho el conocimiento de su propia miseria hace posible al hombre el conocimiento de la Verdad y del verdadero sentido de la Historia. Y es que por obra del pecado, la participación de la vida del Verbo se diluyó haciendo al hombre indigno de participar de la vida del Verbo, y es por eso que sólo por el Verbo el hombre ha podido ser purificado.[1] El Verbo participante se hizo lo que somos naturalmente y lo que no somos debido al pecado y así igualó la desigualdad de nuestra iniquidad porque Dios se hizo partícipe de la miseria humana para que el hombre caído participara de su divinidad.
En efecto, la Encarnación del Verbo era el medio idóneo para salvar al hombre de su iniquidad, porque siendo limpio de todo pecado, el Verbo llevó los pecados del hombre manifestándonos la infinitud de su amor.[2] Por eso la misión ad extra del Verbo, es la misión por excelencia de la Trinidad porque en esa misión, las tres personas de la Santísima Trinidad se manifiestan una por unión hipostática con la naturaleza humana alcanzándose así la máxima unidad posible, entre Dios y la creación. Cuando el Verbo asume la naturaleza humana, ocupa el centro de la creación asumiendo todo el linaje humano y con el linaje humano la creación entera. Por eso el Verbo ocupa el centro de la historia de la humanidad y sin el Verbo la historia no tiene ningún sentido.
El hombre es el centro de la obra creadora participando del mundo material y del mundo espiritual. Y cuando Verbo se encarna, se sitúa en el ámbito de lo material y de lo espiritual como Cabeza de toda la creación. De aquí que el Verbo no sólo sea el centro de la historia, sino de toda la creación, es decir, de todas y cada una de las cosas creadas. El Verbo es el punto de referencia del devenir de la humanidad y de la creación entera, y por eso gracias a Él la historia tiene sentido.
Cristo es el centro de la historia antes y después de su Encarnación porque toda la historia anterior y posterior a su Encarnación se centra en Él, siendo la Encarnación el momento supremo de la historia. Con la Encarnación se corta el tiempo de la historia y se instaura la plenitud del tiempo histórico. Por eso nada tiene más importancia histórica que la Encarnación. Porque todo lo anterior a la Encarnación y todo lo que le sigue hasta el último día, tiene sentido por ella. Cristo es la luz del mundo[3] porque sólo ante la visión directa de la Verdad que Él es, ya no será necesaria la fe y la muerte será superada. La Encarnación del Verbo determina la plenitud del tiempo[4], porque cuando el Verbo toma sobre sí nuestra mortalidad sin despojarse de su eternidad, establece una unidad real con el hombre y con la creación de modo que por la Encarnación todo gira en torno a Él. Todo lo anterior manifiesta como Cristo es el centro de la historia sin el cual, la historia no tiene ningún sentido.
6 comentarios
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Muchas gracias y saludos fraternos.
Una pregunta
"las tres personas de la Santísima Trinidad se hacen UNA por unión hipostática con la naturaleza humana alcanzándose así la máxima unidad posible, entre Dios y la creación"
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Gracias por su comentario.
Así es. Por la unión hipostática del Verbo que asume la naturaleza humana, se alcanza la mayor unidad de Dios con la creación entera. Y no solo del Verbo que tiene la misión de la Encarnación sino a través de esa misión, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo porque la Encarnación es del Hijo, en el Padre y por el Amor que es el Espíritu Santo.
Me pregunto por los ángeles caídos y todos aquellos seres humanos que después de esta vida les acompañan.
Gracias por su artículo.
Saludos.
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Muchas gracias por su comentario:
Toda la creación es ad extra. Es decir, hacia afuera de Dios. No hay confusión entre Dios y las creaturas porque son realmente distintos aun cuando Dios participe su Ser a las creaturas y las conserve en la existencia proveyéndolas de todo lo que necesitan. Esto aplica también para los ángeles caídos y para los condenados.
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Ciertamente; Toda la Creación es sostenida, alimentada y por ende participa del Verbo -Dios- creador, y en su orden, EVOLUTIVAMENTE JERARQUIZADA es divinizada por Él hasta el punto de que toda la Creación, en la medida que por Él es alimentada espera ser PLENAMENTE integrada en su inmutable eternidad.
Por otra parte no veo que Cristo sea el centro de toda la Historia; Ya que si, por una parte, la Historia que en definitiva es tiempo que pasa; el Cristo y su reino es, ciertamente, eterno que no pasa.
Bien que Cristo sí sea la cabeza como máximo exponente gracioso de la creación de Dios.
"Y es que nuestro ser creado y mutable depende del Ser y de la Verdad, del Verbo inmutable por el que todas las cosas son y por el que todas las cosas han sido creadas." MENOS EL PECADO o la oscuridad y la muerte que se hace a sí mismo.
Dios no creó este Mundo, Universo, ni nada que dependa del mismo para justificarse ente Dios. Sea esto porque este Mundo Universo es un todo en continuo movimiento egocéntrico de luz y de vida -que de Dios procede-; y otro de oscuridad y de muerte -que como pecado en rebeldía del Ángel Caído- de Dios no procede.
Este Mundo, Universo -que así como tuvo su principio tiene su final- lo creó el llamado Ángel Caído Satanás._
Según el Principio del Movimiento Continuo o Control de la Energía Libre Ilimitada; que reza de la siguiente manera: Toda energía libre -luz y vida que de Dios procede- sometida a otra igual en grado y potencia -la oscuridad y la muerte que en pecado de rebeldía de Dios no puede proceder-. Experimenta una tercera energía, libre negativa y de carácter liberalizadora -la masa o mundo universo- igual a la potencia de la primera por la potencia de la segunda por infinito.
Esta tercera energía, el Mundo Universo y todo lo que en éste es población, está en relación de proporción directa al tiempo que pasa más su naturaleza sometida -el pecado y pecador-; e inversa al tiempo que pasa más su naturaleza libre -la gracia del creado y creador (Jesús Cristo)- en
Un articulo muy bueno.
Una pregunta
"las tres personas de la Santísima Trinidad se hacen UNA por unión hipostática con la naturaleza humana alcanzándose así la máxima unidad posible, entre Dios y la creación"
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Las tres personas de la Santísima Trinidad no se hacen, simplemente son Unidad por obligada y mutua función copulativa de amor de entre el Dios padre hacia el Dios Hijo ; y viceversa del Dios Hijo hacia el Dios Padre.
Quienes como dos, Padre e Hijo, individualmente, siendo infinitos, a su vez morando en una única dimensión espacial infinita; de esta obligada y mutua integración copulativa de mutuo amor, es generada una consecuencia, a su vez infinita, llamada Espiritu Santo.
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Muchas gracias por su comentario. En realidad se manifiestan. Pero puse "hacen" porque se integran en una unidad más perfecta con la creación.
En la pregunta que le hice a Manuel es por lo mismo que luego ambos aclaran ,resalté lo de UNA del texto del artículo, ya que no se hacen UNA y Manuel me contestó "se alcanza la mayor unidad de Dios con la creación entera". y eso es correcto
Rastri SI, en Dios hay Unidad de esencia sustancia y naturaleza y distinción de personas Padre, Hijo y Espíritu Santo .
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Así es, creo que así queda mejor la redacción.
Muchas gracias,
Manuel Ocampo Ponce.
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