Presupuestos indispensables para la reconstrucción del mundo occidental globalizado

La nada que es la consecuencia última del pensamiento moderno occidental en la que se encuentra gran parte del mundo, expresa la desesperación absoluta que resulta de la negación del ser que ya había sido propuesta por los sofistas griegos[1] y que busca toda clase de paliativos en las cosas más banales y efímeras. De aquí que el mundo actual tenga que vivir narcotizado entre el consumismo y la necesidad de toda clase de drogas para evitar el enfrentamiento con la nada que subyace como ideología más o menos explícita a la organización del mundo.

Cioran afirmaba en 1998 que el ser, es un jamás absoluto, pues nada nos precede, nada coexiste, nada nos sigue, o sea, que nada existe.[2] Esto demuestra que ya para el siglo XX, la Filosofía estaba muy desprestigiada y por ende desterrada de los ámbitos científicos, porque al carecer de objeto, la Filosofía ya no tiene ningún sentido.

De aquí la inevitable necesidad de recuperación de la Metafísica, para la reconstrucción de occidente, porque sólo desde la Metafísica se puede salir del nihilismo y se puede establecer el verdadero sentido de la experiencia de la materia y del conocimiento del ser como acto que nos conduzca a un humanismo auténtico indispensable y que realmente supere el nihilismo en el que se desarrolla el mundo.

El subjetivismo inmanentista  que se ha autodestruido en sus consecuencias nihilistas, exige el del verdadero retorno al ser. No el retorno fenomenológico-existencialista-agnóstico que se proponía desesperadamente a principios del siglo XX con Brentano, Husserl y Heidegger y que ha sido totalmente fallido al reafirmar el nihilismo consecuente a la modernidad.

Aunque parezca trillado, y no me canso de reiterar que el retorno al ser que se requiere es el retorno al ser de la tradición occidental premoderna al que se refiere Santo Tomás de Aquino cuando afirma: “lo primero que cae bajo la aprehensión de la inteligencia es el ser”.[3] Y es que, aunque ese acto de ser se logre a partir de la experiencia sensible, la aprehensión primera del ser es anterior a todo y por lo mismo supone todo. El simple sentido común nos muestra que ningún existente puede ser aprehendido o captado sin el acto de ser como presencia inicial. En efecto, el conocimiento es causado desde su objeto que es el ser y que es aprehendido por el sujeto. En esto consiste el realismo metafísico, que revela al ser como objeto primero que funda la relación cognoscitiva. El pensamiento del ser es lo primero sin lo cual no puede siquiera pensarse, y es exactamente lo opuesto al resultado del inmanentismo moderno que alejado del más elemental sentido común y endiosado de soberbia, partió del ser del pensamiento humano y por esa razón quedó reducido a sí mismo y encerrado en sí mismo. Cuando el pensamiento humano se reduce a un ser contingente separado del ser extramental y por lo mismo del Ser absoluto, se disuelve en la nada. Y es que al reducir el ser al pensamiento de un ente limitado como es el hombre, la participación del ser de un Ser que trascienda al pensamiento queda comprometida en el orden racional, y esto da como resultado la inevitable necesidad de limitarse a un fideísmo sin fundamento y por lo mismo relativista que tarde o temprano desemboca en el vacío de la nada.

Urge recuperar el conocimiento que se subordina al ser del ente que es gratuitamente participado por el Ser, es decir, necesariamente causado por un Ser subsistente por sí mismo, que es Dios y que es alcanzable de manera deductiva por las solas fuerzas de la razón. Esta es la única vía de recuperación del occidente globalizado por absurda que parezca a los criterios actuales del mundo. Pero además, esta recuperación ha de hacerse desde el cristianismo porque hay que ser conscientes de que el humanismo auténtico y pleno no fue posible en el pensamiento antiguo que carecía de la noción de creación o participación del ser.

Es a partir de la Revelación cristiana que se desmitificó el pensamiento griego y que hizo que la Filosofía alcanzara un nivel muy superior. Los filósofos antiguos andaban a tientas y fueron descubriendo la verdad gradualmente.[4] Pero con la Revelación, Cristo ofrece al mundo la plenitud.[5] La fe confirió plenitud al pensamiento antiguo y le revistió del ser nuevo[6], sin el cual, la naturaleza caída quedaba confinada al mundo de la oscuridad y de las sombras. Fue la Revelación (Sagrada Escritura y Tradición), la que posibilitó el desarrollo del hombre al integrar la fe con la razón y la naturaleza con la gracia. Es por todo esto que la reconstrucción de occidente y del mundo no puede encontrar otro camino que el Cristianismo católico que lleva implícitas la Filosofía y la Teología cristianas. Aunque muchos lo nieguen y aunque queramos ser muy plurales, incluyentes y eclécticos, sin la integración de la verdadera fe y de la razón mediante una Metafísica realista y objetiva, resulta imposible lograr la visión y las acciones que se requieren para que el hombre y el mundo se conduzcan a su plenitud.



[1] Cfr. Gorgias y Sexto Empirico.

[2] Cfr. Breviario de los vencidos, p.50, trad, de. Garrigós. Tusquets, Barcelona 1998. Apud. Caturelli, Alberto. La Iglesia Católica y las catacumbas de hoy. Ed. Gladius, Buenos Aires, 2006, p.118.

[3] Cfr. Aquino, Tomás de. De Veritate, 17, 1.

[4] Cfr. Aquino, Tomás de. S.Th., I, q.44, a.2.

[5] Cfr. Mt 5, 17.

[6] Cfr. 2 Cor 5, 17.

8 comentarios

  
Néstor
Cabe preguntarse si en ese caso, que Dios quiera que llegue, todavía habría necesidad de hablar de "globalización". Al menos querría decir algo muy distinto de lo que quiere decir ahora.

Saludos cordiales.
23/09/16 6:07 PM
  
Tito Livio
Excelente esquema de la situación y del problema. Y también la solución:
integración de la verdadera fe y de la razón mediante una Metafísica realista y objetiva. Recuperar la fe y la razón, la metafísica, la filosofía integrándolo en Cristo, para que el hombre y el mundo se conduzcan a su plenitud.
Ahora le propongo desarrollar en un próximo artículo este punto, esta solución.
Saludos y adelante con la labor que está realizando.
23/09/16 6:28 PM
  
josep
volver a Dios.
23/09/16 8:18 PM
  
miriv
Para reconstruir el edificio del mundo occidental, agrietado y maleado desde sus cimientos, por el materialismo, el secularismo y el ateismo etc.. habrá que comenzar por llevar a cabo "la nueva evangelización", anunciada, promovida e iniciada por S.Juan Pablo II. La restauración del mundo de Ocidente no es sino volver a sus raíces cristianas. Tarea casi imposible para los cristianos actuales, sin una ayuda extra de Dios y María.
24/09/16 1:23 PM
  
Tulkas
Estimado profesor Ocampo:

No sé si usted conoce una polémica reciente en España sobre el cierre de las facultades de Filosofía o su fagocitación en otras, quedando reducidas a un departamento.

Mi opinión es:

1.-es LÓGICO: pocas cosas pueden causar más desconfianza que la filosofía que en los tres últimos siglos se ha dedicado a poco más que a la negación. Se le niega a la razón el acceso a la realidad, a la realidad se le niega la existencia (o se afirma una mera existencia dialéctica que es lo mismo que negarlo todo igualmente), a la ética se le niega ser razonable, al hombre muchas veces la dignidad. Yo creo q hay un cierto hastío de filosofía de este tipo.

2.-no es malo, puede ser un síntoma de una crítica aún solapada a los sistemas de los tres últimos siglos, cuya primera manifestación es precisamente el hastío y rl desonterés

3.-es una oportunidad para la Iglesia, si es que ésta se tomara en serio la función intelectual de los seminarios (cosa que NO hace, y basta como muestra que los curas salen sin hablar latín y sin haber leído la Summa). ¿Se imagina usted un país en el que las únicas facultades de Filosofía fueran los seminarios?
I N T E R E S A N T E


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Destierran la Filosofía, y en donde la hay es puro nihilismo.
Saludos:
Manuel Ocampo Ponce.
24/09/16 2:56 PM
  
El Indalecio
Es difícil el asunto. Porque para que se consiga el fin del artículo es necesaria la vida de Fe católica. Eso loo primero. Luego que se enseñe que el cristiano necesariamente tiene que manejar la razón dentro de la Fe. Pero yo veo el panorama muy negro. No veo unos cristianos intelectuales con garra que influyan en la sociedad. Los veo con filosofías raras pero con la filosofía tomista que s la que le da al entendimiento una fuerza y mordiente tremendos. Hoy todo se aguachina con pensamientos maás o menos lindos no más, sin fuerza y sin garra que atraiga.
24/09/16 10:09 PM
  
Pepito
Como dijo Aristóteles "el ser de define por la existencia." Por lo cual me parece que si queremos volver a la filosofía del ser, será preciso ante todo definir qué es o qué entendemos por existencia. ¿Que es la existencia? ¿Qué es existir?
26/09/16 11:13 AM
  
Ismael
El pensamiento premoderno no va a volver, más que nada porque las eras premodernas ya pasaron. Intentar vivir en el mundo presente o futuro bajo planteamientos filosóficos premodernos no sólo sería bastante absurdo, sino que conduciría a una peligrosa "esquizofrenia" entre la vida privada y toda interacción realista efectiva con el resto del mundo. Eso es insostenible en el medio-largo plazo. El mundo no va a girar al revés para volver atrás y darnos gusto a nosotros. Intentar encajar ahí un modelo de pensamiento apto en otras épocas sería totalmente desadaptativo y no nos induciría más que resentimiento y desesperación mientras el resto del mundo seguiría girando hacia el futuro sin dedicarnos más que, quizá, alguna mirada compasiva con suerte.
28/09/16 6:46 AM

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