Aforismos 6. Antropología Filosófica.
Los siguientes aforismos fueron tomados de un trabajo que consta de aproximadamente 16 000 aforismos que he redactado limitándome a un aproximado de 140 caracteres cada uno, en un lapso de cinco años a partir de agosto de 2011. La mayoría de ellos pertenecen al patrimonio de la Cultura Universal. Algunos de ellos han sido recogidos de la sabiduría de los grandes pensadores de la civilización greco-latina y cristiana-católica de los últimos 2400 años de historia de la humanidad, aun cuando gran parte de ellos han sido modificados. Muchos otros constituyen una aportación personal.
La intención ha sido reducir los conceptos a muy pocas palabras y con la mayor claridad posible para hacerlos accesibles a un mayor número de personas. También incluyen el intento de expresar un mismo concepto de distintas formas.
Este sexto bloque está dedicado a generalidades sobre la Psicología racional o Antropología filosófica.
PERSONA
1. Respetar es reconocer lo que la persona es. Toda persona merece respeto por el valor que representa ser persona.
2. La persona no es persona por sus relaciones sino por su acto de ser proporcionado a su esencia de persona.
3. La consideración de la persona humana como un ser meramente intramundano atenta contra la dignidad del hombre.
4. El constitutivo material de la persona humana es la esencia y el constitutivo formal es el acto de ser.
5. El alma espiritual subsiste sin el cuerpo pero como una substancia incompleta que exige el cuerpo para ser perfecta.
6. El hombre es un ser finito porque tiene un inicio pero está abierto a la eternidad.
7. La persona humana trasciende al tiempo. Por eso debe vivir el presente proyectándolo hacia un interminable futuro.
8. Una visión integral del ser humano siempre debe considerar su carácter trascendente.
9. El hombre, desde lo más profundo de su ser, está ordenado hacia la trascendencia del Ser divino, como meta de plenitud de su ser.
10. La primera dimensión de la persona es la contemplación del ser. Y su culminación es la contemplación del Ser divino, infinita Verdad.
11. Si el ser humano terminara con la muerte, la tendencia natural a la felicidad estaría destinada a la frustración.
12. Ni las acciones intelectuales ni las volitivas dependen totalmente e intrínsecamente de la materia.
13. En el mundo animal el fin es la especie. En la especie humana el fin es la persona humana.
14. El hombre debe perfeccionarse en cuanto al ser, la unidad o integridad, la verdad, el bien y la belleza.
15. De todos los seres materiales, sólo el hombre tiene conciencia de sí y libertad. Por eso es de algún modo dueño de sí.
16. Si en el hombre no domina lo espiritual, acaba peor que en la bestialidad.
17. El hombre no es sólo espiritual sino compuesto de alma y cuerpo y por eso necesita perfeccionar también el aspecto orgánico de su naturaleza.
18. Todos los bienes del cuerpo se ordenan a los bienes del alma como a su fin.
19. La persona no se identifica con la conciencia como han pretendido Descartes, Locke y Kant, sino con la sustancia espiritual.
20. El hombre es cuerpo y alma. Ni el cuerpo solo ni el alma sola. La unidad substancial de ambas en un solo ser.
21. La persona es ontológicamente. incomunicable porque tiene un ser propio aunque participado. Cada persona es única e irrepetible.
22. Las personas humanas comparten una misma esencia pero se distinguen individualmente por la materia y el ser proporcionado a esa materia.
23. La persona humana no puede llegar a su plenitud ontológica sino por la actualización total de sus capacidades o potencias espirituales.
24. Todas las tendencias que el hombre comparte con los seres inferiores deben subordinarse a la realización del hombre como ser espiritual.
25. Que la persona es subsistente significa que participa de un modo más perfecto y propio del acto de ser que Dios le ha participado.
26. El alma es el acto primero del cuerpo organizado que da unidad y vida a todos sus elementos.
27. El alma humana es la más humilde de las formas espirituales.
28. El hombre es el ser más perfecto del mundo material y más imperfecto del mundo espiritual.
29. Actuar sin pensar es reducirse a la mera animalidad. En el hombre, como ser racional, eso produce subdesarrollo, miseria, injusticia y vicios.
30. La Antropología moderna y contemporánea, al separarse de la filosofía realista, se reduce a zoología.
31. La persona es la forma más alta del ser.
32. Hay valores exteriores al cuerpo, valores del cuerpo y valores del alma. Éstos son naturalmente y objetivamente jerárquicos.
33. El carácter social del hombre se desprende de su naturaleza corpórea y racional.
34. Por ser de naturaleza racional, la persona humana debe hacer uso racional de los bienes inferiores evitando abusos y actos de barbarie.
35. Para llegar a la plenitud ontológica, la persona humana debe cultivarse.
36. El alma humana no sólo es una en número y tiempo; es una esencialmente; una substancia simple e indivisible aunque incompleta sin el cuerpo.
37. La percepción indivisa que los humanos tenemos de las cosas materiales se explica por la simplicidad del alma.
38. El alma puede replegarse sobre sí misma para conocerse por reflexión en sus actos gracias a que es simple.
39. El alma humana es espiritual porque, aunque se sirve del cuerpo, ejerce sin órgano sus funciones superiores de inteligencia y voluntad.
40. La unidad, la simplicidad y la espiritualidad del alma le hacen tener la capacidad de existir, aunque de manera incompleta, sin el cuerpo.
41. Las operaciones de la inteligencia y de la voluntad, en sí mismas, es decir, intrínsecamente no dependen del cuerpo.
42. El cuerpo no es causa sino condición de las operaciones de la inteligencia y de la voluntad humana.
43. La inteligencia por las ideas, conoce inmaterialmente las cosas corporales y su acto, que no tiene nada de material ni de cuantitativo.
44. El alma humana no es espíritu puro. No es sino incompletamente espiritual porque depende extrínsecamente de los órganos corporales.
45. El alma es una forma substancial incompleta destinada a estar unida a un cuerpo formando con él una sola substancia compuesta.
46. El alma y el cuerpo humano son co-principios correlativos que juntos constituyen un sólo ente compuesto. Por eso es imposible la reencarnación.
47. El alma sin el cuerpo subsiste de manera incompleta e imperfecta hasta la recuperación de su cuerpo… no de otro cuerpo sino del suyo.
48. La unión del alma y del cuerpo no es indisoluble: llega un día en que se rompe, sin embargo, podemos demostrar que el alma es inmortal.
49. La inmortalidad es una propiedad en virtud de la cual un ser no puede dejar de ser o de existir.
50. El alma humana es naturalmente inmortal porque su inmortalidad deriva de la naturaleza misma del alma.
51. La inmortalidad natural exige tres condiciones: seguir existiendo, conservar su individualidad y consciencia, y sobrevivir ilimitadamente.
52. La inmortalidad panteísta es errónea porque sostiene que el alma humana constituye con Dios una sola e idéntica sustancia.
53. En la inmortalidad panteísta, al morir el alma se junta con el todo perdiendo su individualidad y consciencia de sí misma. Por eso es falsa.
54. La inmortalidad panteísta es un abuso de palabras, porque la verdadera inmortalidad excluye absolutamente el aniquilamiento de la personalidad.
55. La inmortalidad exige, para ser verdadera, una sobrevida individual que conserve la facultad de conocer y de amar, la conciencia e identidad.
56. Es necesario demostrar la inmortalidad del alma de derecho y de hecho.
57. De derecho y de hecho el alma humana es inmortal y exige la recuperación de su cuerpo con una inmortalidad personal y sin fin.
58. El alma es inmortal intrínsecamente por su simplicidad. No puede perecer por ser simple y por realizar funciones sin el cuerpo.
59. El alma es inmortal porque la justicia exige que la virtud y el vicio reciban las sanciones debidas, lo cual en esta vida es insuficiente.
60. La justicia exige que cada uno sea tratado según sus obras, y esto sólo es posible por la inmortalidad del alma.
61. El alma humana es inmortal porque está inclinada a conocer la Verdad absoluta, a amar el Bien supremo y a obtener la Felicidad perfecta.
62. El alma humana es inmortal porque está inclinada a gozar de objetos que están sobre el tiempo.
63. El alma humana en esta vida nunca está satisfecha de verdad, de bien, de belleza y de felicidad.
64. La inmortalidad del alma humana sería una palabra vana si en su sobrevivencia no conservara la consciencia de sí y no pudiera operar.
65. El alma humana persevera en su ser, mantiene su consciencia de sí, y su sobrevida sin fin es necesaria para ser verdaderamente feliz.
66. El alma humana es inmortal porque no hay fuerza exterior que pueda aniquilarla puesto que sólo el que crea puede aniquilar.
67. Sólo Dios podría aniquilar al alma, lo cual es contrario a su esencia, a su sabiduría y a su bondad.
68. Dios no da al alma una naturaleza inmortal para luego reducirla a la nada.
69. Sin la inmortalidad del alma humana, las más ardientes y profundas aspiraciones del hombre quedarían insatisfechas.
70. Sin la inmortalidad del alma humana, ésta quedaría frustrada en sus tendencias esenciales, corriendo una suerte peor que la de las bestias.
71. Sin la inmortalidad del alma humana, el hombre nunca alcanzaría su fin y caería en la desesperación, lo cual contradice la bondad de Dios.
72. La recuperación del propio cuerpo no implica la recuperación de las moléculas que van cambiando, sino de la materia como co-principio del alma.
73. Por haber sido elevada a un plano sobrenatural, la persona humana sólo puede alcanzar la felicidad perfecta en ese orden sobrenatural.
74. Que el alma humana es inmortal puede demostrarse filosóficamente a partir de las operaciones más altas del hombre: intelecto y voluntad.
75. El hombre es capaz de errar y desviar su propia actividad y su ser de su verdadero bien y con eso desviar la actividad y el ser de las cosas.
76. El hombre requiere cultivar la inteligencia para adquirir los hábitos, para descubrir de modo permanentemente recto la verdad y el ser.
77. La dignidad de la persona humana se funda en su ser participado, incomunicable, subsistente e individual.
78. El hombre experimenta una tendencia a la felicidad y al infinito.
79. El hombre lucha por alcanzar una serie de logros y sin embargo, no puede descansar en ellos definitivamente.
80. El hombre experimenta la finitud en todo lo que consigue, y sufre por ello de una insatisfacción perenne.
81. La insatisfacción que experimenta el hombre con la finitud le hace plantearse el problema de su felicidad en términos de Infinito.
82. El hombre contemporáneo trata casi obsesivamente de comprar la felicidad.
83. La perfección de cada facultad debe apreciarse por la naturaleza de su objeto.
84. La inteligencia humana es una facultad espiritual del alma espiritual humana.
85. La voluntad humana es espiritual; tiende al bien inmaterial e infinito, desea los bienes espirituales, va tras la ciencia y la virtud.
86. El cuerpo humano es un constitutivo bueno, pero en cada hombre el alma debe dirigir al cuerpo.
87. La materia se ordena a la vida vegetativa. La vida vegetativa se ordena a la vida sensitiva y la vida sensitiva se ordena a la espiritual.
88. El apetito sensitivo tiende al fin concreto sin descubrir la razón de fin en su objeto.
89. La sexualidad humana es específicamente distinta a la de los animales porque es racional y libre.
INTELIGENCIA Y VOLUNTAD
90. Por la inteligencia, el hombre llega a la posesión de su Último Fin.
91. La inteligencia humana es capaz de descubrir los bienes o valores que corresponden a los distintos aspectos del ser y de la vida humana.
92. La primera y más noble actividad del espíritu es la de la inteligencia.
93. Toda verdad es asimilable por la inteligencia en razón del ser y sus primeros principios que, iluminándola por dentro, la hacen inteligible.
94. La inteligibilidad o verdad y la apetibilidad o bondad son propiedades trascendentales del ser que rigen toda la actividad espiritual humana.
95. Todo acto de inteligencia, incluido el que intenta negar o devaluar su objetividad, implica un objeto trascendente al acto.
96. El acto del entendimiento se apoya y tiene sentido gracias al ser en cuya inteligencia descubre toda la realidad.
97. La inteligencia capta de una manera inmediata, evidente y necesaria el ser y sus principios ontológicos que lo gobiernan.
98. Sin el ser, la actividad de la inteligencia carece de sentido y de objeto y se autodestruye aun como puro pensamiento.
99. Un acto de inteligencia sin un ser sobre el que versa, es no sólo imposible, sino impensable.
100. Ante la conciencia, es el ser el que determina y gobierna a la inteligencia y no viceversa, como ha pretendido el idealismo.
101. Toda la acción práctica del hombre depende del entendimiento. Próximamente del entendimiento práctico y remotamente del entendimiento teórico.
102. Entendimiento o intelecto teórico y práctico no son dos intelectos, sino dos funciones del único intelecto humano.
103. La vida intelectual consiste en el perfeccionamiento y desarrollo de la inteligencia.
104. El objeto de la inteligencia: el ser como tal -esencia y esse- es siempre inmaterial.
105. Donde encontramos orden, es que hay inteligencia.
106. El orden lógico es el orden del pensamiento; el orden ontológico es el orden del ser que incluye al pensamiento.
107. La inteligencia humana no sólo se apoya y aprehende el ser, sino que es el único medio que tenemos de captarlo.
108. La persona humana sólo posee una ventana abierta al mundo trascendente, y es la inteligencia.
109. Todo nuestro movimiento inteligente y volitivo se sostiene y se desarrolla sobre el ser.
110. El realismo reconoce la capacidad del intelecto humano para conocer la naturaleza y la realidad objetiva de las cosas.
111. El conocimiento natural más universal lo proporciona la Filosofía realista. Sin Filosofía realista no hay auténtica universidad.
112. La voluntad humana tiene dos modos de obrar: está determinada respecto al Bien Absoluto y es libre respecto a los bienes particulares.
113. Por la voluntad y el orden práctico, el hombre se encamina a su Último Fin, mientras que por la inteligencia llega a su posesión.
114. La voluntad educada goza al realizar actos buenos.
115. La voluntad se va perfeccionando en el tiempo, conformándose el humano que se quiere formar.
116. La voluntad debe orientar y moderar las pasiones y la vida emocional del hombre.
117. La voluntad se mueve siempre por el bien, ya sea real o aparente. Por eso hay que formar la conciencia para elegir de lo bueno lo mejor.
118. La voluntad tiende naturalmente a la felicidad. La voluntad posee una inclinación natural al bien en general.
119. Todo lo que quiere la voluntad, lo apetece porque es bueno. Aunque a veces no sea un bien real o no sea el mejor bien para su naturaleza.
120. La naturaleza y la voluntad difieren como causas porque la naturaleza está determinada y la voluntad es libre.
121. La voluntad opera bajo la dirección del entendimiento práctico y es causa eficiente del obrar.
122. La voluntad natural y electiva no son dos voluntades superpuestas sino dos aspectos de la misma voluntad.
123. Todo lo que quiere la voluntad, lo apetece porque es bueno. Aunque a veces no sea un bien real o no sea el mejor bien para su naturaleza.
124. La inteligencia es el medio para que la voluntad ame, pero no su causa.
125. El Sumo Bien es el Fin Último de la voluntad y por lo mismo es el único bien que la sacia por completo.
126. La voluntad y la libertad no son dos facultades espirituales distintas porque la libertad es una modalidad de la misma voluntad.
127. La voluntad se complace por la presencia del Fin o del Bien Absoluto en la Inteligencia.
128. La voluntad es la facultad por la que en esta vida, el hombre se orienta y tiende libremente a alcanzar su fin dirigido por la norma moral.
129. Ni el conocimiento intelectual ni el deseo de la voluntad dependen intrínsecamente de la materia.
130. La inteligencia es la causa formal del acto humano cuya causa eficiente es la voluntad.
131. La inteligencia es la facultad que descubre el objeto verdadero y bueno de la voluntad.
132. La voluntad humana ha de decidirse a adquirir los hábitos intelectuales y a ajustar su actividad libre a las exigencias de su naturaleza.
133. El apetito espiritual o voluntad tiende al fin concreto bajo su razón de fin.
134. En el acto voluntario necesario, la voluntad se determina agotando el poder de determinarse.
135. El mal es aprehendido como bien por la inteligencia y por eso la voluntad se equivoca.
136. La voluntad humana no puede querer nada sino en cuanto que está orientada esencialmente al Bien infinito, al bien en sí o felicidad.
137. El objeto de la voluntad humana es y debe ser siempre el bien.
138. El objeto formal específico de la voluntad es el bien en sí, el bien en general.
139. El objeto de la voluntad es el bien y por eso el mal sólo puede ser apetecido bajo la razón de bien, lo que se llama bien aparente.
140. Para alcanzar el bien en sí, la voluntad debe renunciar a otros bienes que son incompatibles con él.
141. La indeterminación del acto humano permite la libre determinación de la voluntad.
142. La inteligencia y la voluntad no pueden conocer ni amar ninguna verdad ni bien, sino en virtud de su orientación a la Verdad y Bien en sí.
143. Toda actividad, tanto de la inteligencia como de la voluntad se funda y se desempeña en el ser.
144. La universalidad de la voluntad en su querer, nace de la universalidad de la inteligencia hecha para la verdad en sí misma.
145. De la capacidad del conocimiento universal de la inteligencia proviene la universalidad de la voluntad con libertad frente a bienes finitos.
146. La inteligencia es la única facultad humana capaz de captar y poseer el Bien Supremo bajo la propiedad de Verdad.
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