Visión general de las universidades actuales y su función sociocultural
Lamentablemente vemos que los sistemas actuales como el liberalismo y el socialismo promovidos durante décadas en toda clase de universidades, tecnológicos, politécnicos… con sus grandes avances científicos y tecnológicos, han ido dejando un saldo negativo en lo que se refiere al medio ambiente y a la situación personal y social. Y es que es un hecho que la libertad que implica cultivo, es aquella que no está esclavizada por el error y el mal. Por esta razón no se ha podido desarrollar auténticamente la cultura ni ha podido haber auténtico desarrollo porque la libertad no ha sido sometida a la verdad y al bien.
Hay que reconocer que los sistemas que están implícitos en todas las asignaturas de las áreas científicas, técnicas, de negocios, ingenierías, humanidades… de la gran mayoría de las universidades y centros educativos y que son el liberalismo y el socialismo han sido una de las causas de este déficit social y ambiental. Y es que el liberalismo que invoca una “cultura” que va contra el orden absoluto, natural y sobrenatural de la verdad y del bien y de sus normas morales acaba promoviendo la incultura en la que la “libertad” sin control, queda esclavizada por las pasiones y va en contra de la verdadera cultura.
El liberalismo o capitalismo que pone la verdad y la escala de valores en función del libre mercado y sus sistemas educativos materialistas y relativistas en sus principios, como el constructivismo y el construccionismo que sostienen que el hombre es el artífice de la verdad que puede sostener la cultura y que son los pilares de la malentendida democracia, han acabado por promover la anarquía, el caos, el atropello a los derechos humanos, la injusticia, la devastación ambiental, oponiéndose radicalmente a la cultura.
Por su parte, el colectivismo de izquierda o marxista socialista que lleva el maquiavielismo hasta el extremo, destruye la cultura al afirmar que la única realidad es la materia en evolución necesaria y que a través de la sociedad la materia engendra el derecho, la filosofía y la religión subordinando la persona al estado considerándola como medio para la producción y para el estado.
Definitivamente estos dos sistemas: liberal o capitalista y marxista o socialista por ser materialistas, son intrínsecamente incapaces de lograr el orden social, la paz, la justicia y el auténtico desarrollo.
Esto nos lleva a reflexionar sobre el papel que han tenido en todo esto las Universidades, ya que las Universidades auténticas deberían ser el órgano superior de la cultura con la misión de investigar la verdad en todos sus aspectos, pero sobretodo en la unidad superior de la sabiduría filosófica y en el caso de las universidades católicas o de inspiración cristiana, más aún, desde la sabiduría filosófica y teológica. Todo parece indicar que se ha perdido la conciencia de que la Universidad es el lugar donde se debería proyectar el orden y la organización de la vida humana, individual y social en todos sus aspectos.
Y es que el agnosticismo, el racionalismo, el empirismo, el idealismo, el escepticismo, el materialismo, el existencialismo y sus distintas aplicaciones a la política, la economía, la psicología, la pedagogía, la administración… en sus formas de liberalismo, comunismo, constructivismo, construccionsimo, relativismo, etc., todos estos errores de la Filosofía no pueden ser sino la negación de la misma, ya que llevados a la práctica resultan ser destructivos del hombre y de todo lo que le rodea.
Por esto también, las Universidades que carecen de una Filosofía realista, o que obedecen a estos sistemas, han perdido su carácter universitario y han quedado desarticuladas en un conjunto de escuelas independientes, sin el carácter unificador e integrador de todos los sectores de la verdad en la unidad de la verdad total y superior, y han quedado sólo artificialmente y extrínsecamente unidas por una administración común y burocrática que acaba por devorarlas, ya que la academia queda arrodillada al servicio de los sistemas administrativos.
Pero además, el cultivo de los aspectos particulares de la verdad, privados de una verdad sapiencial o filosófica realista que los unifique, carece de carácter cultural porque de ese modo no se contribuye al perfeccionamiento del hombre y de todo lo que le rodea produciendo anticultura en lugar de cultura. Todo esto podemos corroborarlo en el contraste que tenemos entre los grandes avances científicos y tecnológicos y deterioro social y ambiental junto con la injusticia de un mundo polarizado en el que pocos tienen acceso a todos los avances, mientras tres cuartas partes del mundo se encuentran en la miseria.
8 comentarios
Como cuestión colateral, aunque no de poca importancia, debo señalar que las categoría utilizadas en el presente artículo responden más a los tópicos acuñados por el liberalismo que al pensamiento meramente cristianismo.
Por ejemplo, identificar "liberalismo" con "capitalismo" ("El liberalismo o capitalismo que pone la verdad..."), es un error de impronta liberal. El Capitalismo es una doctrina económica sostenida por casi todas las corrientes liberales: Capitalismo Individualista (promovido por el liberalismo de derechas) y Capitalismo de Estado (promovido por el Liberalismo de Izquierdas, socialista o comunista).
Pero el Liberalismo en sentido lato es una doctrina filosófica con connotaciones claramente teológicas, fundamentado en las ideas del Iluminismo y que se proyectó en la Política a través de la Francesada, su ícono.
Sigo en estas consideraciones semánticas al P. Iraburu, porque entiendo que aportan claridad para identificar al Enemigo, a estas alturas muy mezclado con la propia tropa. Por lo cual urge adoptar una terminología común que permita aventar toda posible confusión de las ideas.
Y así aunque conozcamos muchas cosas verdaderas, saldremos de la Universidad desconociendo la mejor y más fundamental de todas las verdades y de la que dependen todas las demás: Dios. Y trataremos de solucionar los problemas del mundo con sólo verdades de segundo orden cuando lo que al mundo le hace mas falta es conocer a la Primera Verdad, amarla y dejarse guiar por Ella para solucionar sus grandes problemas.
Así pues, yo pediría a los universitarios que ante todo fuesen a la Universidad poseídos de un deseo o afán sincerísimo de conocer la verdad. El que tenga tal deseo se encontrará con la Verdad, ya que como dice el Libro de la Sabiduría "Ella misma busca por todas partes a los dignos, y en los caminos se les muestra benigna y en todos sus pensamientos les sale encuentro", así como que "el que la busca temprano no tendrá que fatigarse, pues a la puerta la hallará sentada", pues "facilmente se deja ver de los que la aman, y hallar por los que la buscan, y aún se anticipa a darse a conocer a los que la desean."
En resumen, si nos falta el bíblico deseo sincerísimo de conocer la Verdad, estaremos intelectualmente perdidos por muchos títulos universitarios que logremos.
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