Qué se debe hacer y quién lo debe hacer, en la música de la liturgia (II)
Como continuación del artículo anterior, en este trataré de lo que establece la Instrucción General del Misal Romano respecto a la música. Como verán, en diversos apartados se establece la distinción entre quiénes deben cantar la parte en cuestión, y qué deben cantar. El orden de aparición de las opciones, según me fue confirmado por personas de autoridad, indica el orden de preferencia e importancia. Es decir: la opción 1 es a priori preferible a la 2, la 2 a la 3 etc.
Verán citados repetidamente el Graduale Romanum y el Graduale Simplex, por lo que procede una explicación siquiera breve.
El Graduale Romanum es el libro de canto oficial de la Misa según el rito romano. Contiene las melodías gregorianas pertenecientes a este rito, asignadas a cada momento de la celebración. Existen dos versiones del Graduale. Por una parte, la correspondiente a la forma tradicional o extraordinaria del rito romano. Por otra, la ordenación conforme al Novus Ordo Missae de Pablo VI. Esta versión actualizada apareció en 1974, y a ella se refiere lógicamente la Instrucción General del Misal Romano. Aunque lo ideal es disponer de un ejemplar en papel, pueden descargar aquí la versión en .pdf del Graduale Romanum (1974).
El Graduale Simplex es una colección de cantos gregorianos más sencillos para ser usados en la Misa allí donde falten cantores capaces de utilizar el Graduale Romanum. Ésta es su ventaja: la sencillez de las melodías. En contrapartida, se pierden todas las melodías tradicionales del Propio de la Misa, introduciendo en su lugar breves antífonas alternadas con salmos, procedentes del Oficio Divino. No es por tanto la opción ideal, pero mientras no contemos con una buena musicalización de los textos del Propio en castellano, considero que es preferible a los cantos habituales. Pueden descargar aquí la versión en .pdf del Graduale Simplex.
El canto de entrada
Actores:
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1 alternancia cantores-pueblo
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2 alternancia cantor-pueblo
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3 todo por el pueblo
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4 todo por los cantores
Repertorio:
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1 Graduale Romanum
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2 Graduale Simplex
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3 Otro canto aprobado relacionado con el momento y el día.
Personalmente creo que la opción de “u otro canto aprobado” ha supuesto en la práctica un desastre. La profundidad y variedad de los cantos tradicionales recogidos en el Graduale Romanum es difícilmente superable, y su riqueza no es alcanzada ni siquiera por los menos numerosos del Graduale Simplex. Los cantos nuevos, dentro de su diversidad de tipo y calidad, suelen estar muy lejos de esto. Además, ha habido un empeño en que fueran siempre suficientemente simples como para ser cantados por la asamblea, y recurriendo a textos casi siempre desconectados de las fuentes litúrgicas, seguramente por derivación de los cantos devocionales acostumbrados durante las misas rezadas de la liturgia tradicional. En lo musical, el empeño popular a ultranza ha neutralizado su potencial artístico, y los ha congelado en un estado de simplicidad o simpleza, según se mire.
Está pendiente el elaborar y publicar una correcta musicalización de los textos del Graduale en las lenguas vernáculas de España. En los últimos años se está desarrollando una muy interesante tarea de musicalización del Graduale en inglés, con un estilo impecablemente litúrgico que sigue muy de cerca los modelos gregorianos. Esta es la enseñanza tradicional, recordada por el Vaticano II en Sacrosanctum Concilium y por San Juan Pablo II en su Quirógrafo de 2003.
Los Kyries
Ordinariamente debe ser cantado por todos, pueblo y cantores, “por ser un canto con el que los fieles aclaman al Señor e imploran su misericordia”
Cada aclamación se repite dos veces, pero no se excluyen más veces, teniendo en cuenta la índole de las diversas lenguas y también el arte musical o las circunstancias. (IGMR, 52)
Este es el caso de diversos kyries gregorianos que tienen 3 invocaciones, según la manera tradicional.
La alternancia cantores-pueblo no aparece en la IGMR, pero se da por supuesta dada la naturaleza de todos los kyries, salvo los polifónicos pensados para ser cantados sólo por el coro.
El Gloria
Lo incoa:
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El celebrante
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Un cantor
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El coro
Continúan:
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Todos
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Alternancia de cantores y pueblo
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Sólo cantores
Esta es la única parte del Ordinario en que se recoge la posibilidad de que sea cantado sólo por los cantores. Esto permite que algo del abundantísimo patrimonio de música sacra compuesta para el Ordinario de la Misa tenga cabida legítima y habitual en las celebraciones según el Novus Ordo.
Recuerdo aquí una idea que ya expuse en el artículo anterior. Para que la asamblea participe actuosamente sumándose de corazón a lo que canta el coro, es necesaria una formación litúrgico-espiritual que no se ha hecho suficientemente. Se sigue pensado que participar es hacer algo externo, aun con riesgo de tener la cabeza y el corazón en otra cosa. Así, nos encontramos con un énfasis cansino en la participación gutural, creyendo erróneamente que lleva asociada automáticamente la participación interior.
Las lecturas
¿Es un ministerio musical? En la forma tradicional o extraordinaria está previsto que las lecturas se canten, y Musicam Sacram da por hecho que ésta es la primera opción (nº 31). Incluso el Graduale Romanum de 1974 conserva las entonaciones tradicionales para las diversas lecturas. Contra lo que se suele creer, estas entonaciones pueden usarse sin ninguna dificultad en castellano.
Ahora bien, la IGMR no especifica nada en cuanto a la proclamación de cantada o no de las lecturas. ¿Era la costumbre de cantarlas sólo una solución ante la falta de megafonía? ¿O más bien era la necesidad de corresponder a la dignidad las palabras sagradas, dado que la música trata de poner lo que falta a la debilidad del lenguaje y entendimiento humanos? Yo creo que es lo segundo.
Es cierto que recuperar la proclamación cantada de todos los textos litúrgicos, incluso las lecturas, requiere un cambio de actitud ante la celebración, una mayor apertura hacia su carácter sagrado y sobrenatural, un mayor separarse de lo cotidiano. Algo muy lejos de lo que se ha venido fomentando frecuentemente desde el postconcilio.
Ahora, con la mera lectura ante el micrófono, creo que tiende predominar psicológicamente un aspecto de transmisión de información o propuesta de reflexión, ambas con centro en el hombre, frente a escuchar a Dios que habla. ¿Y cómo habla Dios? ¿Acaso el canto no se acerca mucho más que el lenguaje hablado a la voz de Dios? No olvidemos que ya en la tradición veterotestamentaria las Escrituras solían proclamarse con entonaciones rituales.
La proclamación cantada de las lecturas de la Misa aporta un carácter de objetividad y grandeza al texto sagrado que corresponde mucho mejor al tipo de escucha que se le debe. Eso sí, requiere una cierta conversión del oyente, un reajuste de su actitud en la escucha. Repito de nuevo que las entonaciones tradicionales para las lecturas pueden ser utilizadas sin dificultad en las lenguas vernáculas.
El salmo interleccional
A diferencia de las lecturas que sí han de ser proclamadas desde el ambón como altar de la Palabra, la IGMR recoge la posibilidad de que el salmo sea cantado “en otro sitio apropiado”, aunque se mantiene la recomendación de cantar desde el ambón. Esto es de no poca utilidad cuando la persona capacitada para cantar el salmo no puede desplazarse hasta el ambón, por ejemplo por hallarse junto con el resto de cantores en el coro alto, tan frecuente en las iglesias españolas.
El salmo ha de ser cantado por un solista, que puede ser “el salmista” o “el cantor del salmo". El pueblo “de ordinario” participa con la respuesta, esto es lo recomendado, pero también el salmo se puede cantar in directum, es decir, sin respuesta.
Es un abuso sustituir el salmo por otro canto. Caso distinto y recogido por la IGMR (nº 61), es cantar en lugar del salmo el responsorio gradual que aparece en el Graduale Romanum. Esta práctica se realiza actualmente en la liturgia del Papa en diversas ocasiones. También puede cantarse el salmo que aparece en el Graduale Simplex.
La aclamación antes del Evangelio
La IGMR no especifica si lo canta la asamblea o sólo el coro. Sólo dice que “lo inician los cantores o el cantor”. En todo caso, “el versículo es cantado por los cantores, o por un cantor”.
El versículo puede tomarse del Leccionario o del Graduale Romanum. No especifica si esta segunda opción es sólo para cuando se canta el Aleluya del Graduale.
Conviene recordar que la no obligatoriedad del canto del pueblo en el Aleluya permite, por ejemplo, la conservación de los aleluyas gregorianos, que suelen ser mucho más “aleluyáticos” y jubilosos que muchas escuetas melodía actualmente en uso, incluyendo el venerable alleluia gregoriano de la comunión de la Vigilia Pascual, que ha alcanzado tanta popularidad en las últimas décadas.
El Credo
Si se canta, ha de serlo por todos, juntamente o en alternancia de pueblo y coro.
El Ofertorio
Actores:
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1 alternancia cantores-pueblo
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2 alternancia cantor-pueblo
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3 todo por el pueblo
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4 todo por los cantores
Repertorio:
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1 Graduale Romanum
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2 Graduale Simplex
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3 Otro canto aprobado relacionado con el momento y el día.
La Instrucción sobre música sacra de 1958 recoge la posibilidad de añadir a la antífona del ofertorio los versículos del salmo correspondiente. La práctica habitual era, y es en muchos sitios, añadir un motete polifónico, o música de órgano solo.
El Agnus Dei
En la traducción española, al menos en la versión digital que aparece en la página de la Santa Sede, una coma furtiva da lugar a confusión. El original latino es:
Supplicatio Agnus Dei a schola vel a cantore, populo respondente, de more cantatur. (IGMR 83)
Y la traducción española aparece así:
La súplica Cordero de Dios se canta según la costumbre, bien sea por los cantores, o por el cantor seguido de la respuesta del pueblo.
Pero creo que resultaría más claro y fiel al original latino así:
La súplica Cordero de Dios se canta, según la costumbre, bien sea por los cantores o por el cantor, seguido de la respuesta del pueblo.
No parece que IGMR desee incluir expresamente una interpretación a cargo sólo de la schola. Aunque en la práctica ésta es la forma en que están compuestos los Agnus Dei polifónicos de la tradición musical católica. En todo caso, el carácter litánico de este canto lleva de modo natural a la alternancia de cantor-schola y pueblo.
La comunión
Actores:
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Coro solo
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Coro con el pueblo
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Cantor con el pueblo
Repertorio:
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Gradual Romano con salmo opcional
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Graduale Simplex con su salmo
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Otro canto adecuado
Constituye un caso único en la IGMR esta prioridad absoluta de la schola, así como la eliminación del pueblo como responsable exclusivo de este canto. Interesante también que, en el caso de tomarse la antífona del Gradual Romano, el salmo sea opcional. Efectivamente, en las comuniones el salmo no aparece en las fuentes antiguas, seguramente porque ya no estaba en vigor la comunión frecuente y durante la misa cantada. El Graduale Romanum de 1974 propone unos salmos ad libitum por su mayor relación con la antífona en cuestión, o con el carácter del día. Por el contrario, el salmo desde siempre aparece en los introitos.
La cuestión del canto de comunión reclama ciertas reflexiones, que espero traer a colación una vez concluida esta mini-serie de artículos sobre el quién y el qué en la música litúrgica.
4 comentarios
Hay una forma de introducir muy fácilmente el canto de los Propios incluso en lengua vernácula: usando uno de los ocho tonos de recitación, como en los salmos. Al menos así, se puede disponer de unos textos muy antiguos y valiosos. Su supresión (que ocurre en el 99,999% de casos) es un desastre litúrgico.
Aprovecho para dar mi testimonio: soy organista y gregorianista. Dirijo una pequeña schola que canta para la Forma Extraordinaria. No tendría ningún problema en dirigir una schola para el Novus Ordo, pero no encuentro sacerdotes "novus ordo" interesados realmente en el gregoriano, ni tampoco fieles, como sí ocurre en el Vetus (lo de los fieles, sin duda, por falta de conocimiento y formación). Si el Novus Ordo se celebrara mejor, se cuidara la liturgia, se le diera solemnidad, se siguieran las rúbricas y se cantara música adecuada, quizás muchos no nos interesaríamos tanto por la Forma Extraordinaria (aun cuando considero que es mucho más rica y profunda en la mayor parte de aspectos).
Lástima que muy pocos lo leerán y muy pocos lo aceptarán como lo que es: la ENDEBLE pero cierta realidad de ese sistema litúrgico inventado en los setenta.
Muy importante post.
Lamento decirlo porque no quiero halagar al autor, pero es lo más CLARO e IMPORTANTE sobre liturgia que he leído en esta página y en otras desde hace años.
En seguir estas normas está parte, gran parte de la cura de la enfermedad de la Iglesia.
Es muy poco problable que el pueblo pueda cantar junto con la Schola (recomendación número 1) los cantos del Graduale (recomendación número 1). En el fondo, el Novus Ordo es una exclusión tàcita pero EFICAZ de los Propios gregorianos.
En realidad la solución es que se cante, por ejemplo en los Introitos, la antífona según el Graduale, por la Schola y en latín, y el Salmo por el pueblo, con el tono de recitación adecuado y en vernàcula. Pero claro....
¿Como puede decirse que un "canto" aprobado para tal ocasión reemplace al propio de la misa? ¿que el introito (justamente la oracion liturgica que "introduce" al caracter sagrado de la celebración y al mismo tiempo a su caracter particular -por ejemplo la conmemoración de un santo, de la ssma. Virgen o de Navidad-) pueda ser cambiado a piacere?
Si la respuesta es que solamente se cambia la musicalización, pues bueno, sobran los documentos que dicen que debe hacerse en gregoriano, similar al gregoriano, o parecido al gregoriano, como primeras y casi exclusivas opciones.
Si la respuesta es el idioma, de nuevo, hay multitud de documentos que hablan de la importancia de la lengua latina y su preponderancia en la liturgia respecto a la vernácula.
Si la respuesta que se puede cambiar la oracion misma, el texto, entonces ya apaque y vámonos.
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