«Florecillas» del P. Arregui, ofm: la evolución creadora
En un artículo luminoso del P. José Aguirre, ofm, titulado ¡Gracias, señor Darwin!, este gran teólogo nos revela que la Evolución de la materia es la causa y la explicación de todo cuanto existe.
«¡Gracias, señor Darwin! ¡Qué bien que vino usted hace 200 años y, contra la voluntad de su padre, cambió su carrera de teólogo por la de naturalista observador y viajero!
«Descubrimos mejor a Dios observando y admirando la naturaleza que devanándose los sesos con muchos textos de teología. Darwin hizo más por la teología que todos los teólogos de su tiempo juntos. Naturalmente, no todos lo vieron así ni le dieron la bienvenida. Es lo de siempre.
«Los datos y las hipótesis de Darwin, hoy confirmadas básicamente y reconocidas por todos los científicos, eran entonces demasiado peligrosas, no para la fe, sino para quienes identificaban la fe con los dogmas o sus centenarias interpretaciones. En 1946, Pío XII, gravemente inquieto por las ideas de Darwin, se preguntaba: “Si tal doctrina se difundiese, ¿qué sería de los dogmas católicos inmutables, de la unidad y de la estabilidad de la fe?”
«Pues sería y es tan sencillo y hermoso como la vida misma; simplemente, hay que dejar de pensar en los dogmas como algo inmutable; hay que dejar de pensar en la fe como algo uniforme y estable; hay que entender los dogmas y considerar la fe de acuerdo a la vida siempre cambiante y diversa».
Ya con estos cuatro parrafitos sencillos el P. Arregui suelta en nuestra mente tantos nudos apretados y oprimentes. El libro de la Naturaleza es mucho más elocuente para conocer a Dios que el libro de la Revelación. No hay comparación. Siguiendo los descubrimientos de los científicos vamos hacia una luz siempre creciente. Devanándonos los sesos con los escritos de los teólogos, centrados en las Sagradas Escrituras, cada vez entendemos menos, vamos hacia la oscuridad.
Eso por un lado. Pero por otro, el P. Arregui también nos libera de los dogmas, de un obstinado fijismo en las creencias, causa de guerras y tensiones entre ortodoxos y heterodoxos. Nuestro profeta de este modo pacifica al mundo, y concretamente al mundo cristiano, cuando anuncia y proclama que la fe y los dogmas han de ir modelándose de acuerdo a la vida, siempre cambiante y diversa.
Pero cuánto falta para que la Iglesia reciba de verdad el Evangelio de Darwin.
«Después de 200 años, ¡cuánto le queda aún a la teología por aprender de Darwin! Por ejemplo, que Dios no creó “al principio” o en el Bing Bang, sino que sigue creando –casi diría “creándose”– desde el corazón de la materia, del átomo y de las galaxias. Que todo está relacionado y que todo se mueve y evoluciona, desde las partículas subatómicas hasta las nebulosas de galaxias.
«Que Dios se está encarnando sin cesar en el cosmos y que, si el cosmos es eterno, Dios se está encarnando eternamente, y que seguirá encarnándose en el mundo mucho más allá de esta especie humana, mucho más allá de esta Tierra, hasta que sea plenamente, hasta que lo sea todo en todas las cosas…
«El misterio de Dios se nos hace mucho más transparente en la evolución de la vida tal como Darwin la describe que en la vieja imagen de un Dios que crea la vida, las especies y las “almas” interviniendo desde fuera. Su diseño de la evolución de la vida fue mucho más inteligente que el “Diseño Inteligente” sin evolución…
«Los seres humanos fuimos bacterias, y nos convertimos en células eucariotas y de ahí se siguió todo lo demás… Somos materia, y que nadie se escandalice, porque la materia es santa, llena de Dios, capaz de dar forma a Dios mismo en todo en forma de belleza y palabra y ternura. Es materia cuanto es en el mundo y todo cuanto vive…
«Y nosotros mismos somos materia. Hasta nuestros pensamientos y emociones, e incluso nuestra fe, todo es materia, todo son formas brotadas de la materia el igual que la flor del avellano y el canto del mirlo… Es gozoso sentirse hermano de todos los seres».
No puede uno menos de reconocer en el P. Arregui una reencarnación superlativa de San Francisco de Asís, el autor del Himno al Hermano Sol. Todas las criaturas del mundo somos hermanos, porque todos somos materia, materia santa, capaz de dar forma a Dios mismo, materia configurada en grados y formas diversos, según el dinamismo de la santa Evolución, que todo lo va desarrollando a lo largo de millones de millones de siglos.
La mayoría de los cavernícolas, cuando escuchamos este Evangelio de la santa Evolución, lo recibimos con gran alegría, pues venía a ser la expresión más perfecta del pensamiento de nuestros sabios antiguos. Glorificamos a su profeta, el P. Arregui, y lo nombramos Chamán supremo de los cavernícolas. Para celebrar el descubrimiento, o mejor, el redescubrimiento de la verdad, organizamos una gran fiesta.
Pero les cuento lo que sucedió. En lo mejor de nuestros jolgorios y orgías, apareció un hombre con barbas llamado Misionero, que condenó todas nuestras creencias renovadas, diciendo que eran puro panteísimo y un materialísimo graso –o craso, según entendió alguno–, más alejado aún de la verdad que la doctrina del mismo Telar de Chardón –ninguno supo de quién hablaba–.
Los principales sabios cavernícolas trataron de discutir con él, pero muy pronto comprendieron que el diálogo era perfectamente inútil, por la simple razón de que él afirmaba sus convicciones como dogmas indiscutibles, de cuya veracidad estaba tan cierto, según dijo, que daría la vida por afirmarla. Nosotros, entonces, le tomamos la palabra –eso de dar la vida por su verdad–, lo echamos en una gran olla, lo cocinamos convenientemente al fuego, y nos lo comimos. Con eso se acabó el problema.
Aunque no del todo. Un pequeño resto de cavernícolas se preguntaba todavía si las palabras del gran Chamán Arregui no estarían quizá vacías de toda verdad.
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Hasta aquí hemos llegado. Me lo temía, me lo esperaba. Acabo de recibir un e-mail de nuestro Director, y la serie de “Florecillas” del P. Arregui va a tener que finalizar inesperadamente. La larga mano de la Censura eclesiástica, la misma que acosa al P. Arregui, me ha llegado a mí también. Contra «los poderosos» de la Iglesia (que muy probablemente están detrás de la intervención del Director)… no hay nada que hacer. Lo siento.
Pero seguiré escribiendo sobre otros temas.
Primitivo Rupestre
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Estimado Primitivo,
ya sabes cuánto apreciamos la gran calidad de tus colaboraciones en La Caverna, pero vamos a tener que poner fin a esa serie de “Florecillas” del P. Arregui. Me han llegado informaciones de que en no pocos cavernícolas, a causa de tus elogiosos artículos sobre ese autor, van prendiendo más y más sus errores. Así no podemos seguir, pues InfoCatólica quiere mantenerse siempre en la ortodoxia católica.
Incluso me han indicado algunos que el final trágico del Misionero podría ser también el tuyo, y que, después de los trámites que no describo, podrías tú recibir cristiana sepultura en el estómago de algunos cavernícolas ultra-ortodoxos. Ya sabes cómo son. Por eso, mirando el bien de InfoCatólica, el de los cavernícolas y el tuyo personal, doy por terminada la serie.
Con el afecto de siempre, un abrazo
Luis Fernando Pérez Bustamante
Director de InfoCatólica
12 comentarios
Cualquier científico serio sabe que Darwin, aunque acertó al describir un proceso, se equivocó al definir sus causas. La genética todavía estaba en mantillas... y lo sigue estando hoy en día en buena medida. Y de hecho lo que ahora es dogma es el neodarwinismo.
Me encantan los límites de la ciencia, esas cuestiones en las que fallan las teorías habituales, que obligan a aceptar sus límites y a seguir buscando.
Pero he de reconocer (a riesgo de acabar en el puchero cavernícola) un fruto bueno que he sacado de todas estas cuestiones: antes veía la creación como algo estático, un "paf" que hace Dios, como una pintura en la pared de la caverna; con algo de vida, pero que requería retoques posteriores, como si el cuadro estuviera mal hecho.
Al aceptar cierta capacidad auto-organizativa de la materia y de la vida, veo que esa pintura tiene mucha más riqueza, está más "viva", es más eficaz. Y eso me lleva a maravillarme mucho más del pintor: ¡cuan admirables son sus obras!
De todos modos, por ser ingeniero, no me queda más remedio que aceptar que el espíritu no puede salir de la materia. Eso requiere un 2º brochazo (o un simple soplido) sobre la primera pintura.
Me voy corriendo, que ya huelo el fuego de la cazuela...
El evolucionismo es un dogma de fe anti-científico. La teoría de Darwin no sólo no ha sido probada, sino que parece en un callejón sin salida. De las aproximadamente 12000 publicaciones especializadas en biología que hay ahora en el mundo sólo 12 tratan sobre evolución, y sólo 6 exclusivamente. Eso es menos del 0.1%; parece que el evolucionismo es una vía muerta que obtiene su vigor en tanto que es dogma de la religión materialista.
En cualquier caso, el evolucionismo trata sobre procesos en la materia. Pretender que de ahí se obtiene la explicación de todo lo demás es de un atrevimiento espantoso. Es querer sacar lo más de lo menos, reducir las cuatro causas aristotélicas a sólo la causa material, que es la más débil, y por si fuera poco basándose en mutaciones aleatorias producidas por causas desconocidas. Eso no es ciencia.
Y no quiero entrar en los detalles de lo que dice el "franciscano". ¿Para qué? Probablemente está ya perdido.
Sobre el tema Creación y evolución, en un tratamiento más serio y lúcido, pueden verse varios artículos recientes en el blog infocatólico de Daniel Iglesias Grèzes.
Me voy al Atrio a montar una lista de adhesiones, Primi, no te preocupes, que todavía no se han ido de vacaciones. Lo menos 587 firmas te consigo en 15 días. Y las mandamos por las redes a pescar algún monseñor despistado y luego a la congregación de diálogo inter-eclesial. Lo menos nos mandan una delegada para consensuar florecillas con el jefe... o igual una prefectura apostólica para estos menesteres.
Ya te informo, mientras voy a abrirte un blog en la colectividad de los del NewYorkTimes ¿sabes inglés vardad?
muchas gracias.
Con 3.836 como tú, quizá podríamos hacer algo para detener la prepotencia del Director (y de "los poderosos" que están detrás de él).
Aunque a veces uno se ve tentado de tirar la toballa.
Primitivo.
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Bueno, lo de que seamos "solo" materia... la verdad es que no es lo que la Iglesia enseña, para qué vamos a decir otra cosa. Pablo VI confiesa que Dios es Creador "en cada hombre, del alma espiritual e inmortal" (Credo del Pueblo de Dios 8). Pero, ya se sabe: siendo el Papa, ¿qué va a decir? La doctrina de la Iglesia de toda la vida.
Primitivo
Y menos mal que no ha triunfado.
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Tulkas, te equivocaste colega de tronki (parece):
No acertaste en ningna de las dos frases:
El 30 de junio de 1968, clausurando el Año de la Fe, S. S. Pablo VI hizo una solemne Profesión de fe, conocida (él mismo le dió el nombre) como el Credo del Pueblo de Dios. Fue ciertamente un acto de suma autoridad apostólica, como Sucesor de Pedro.
Alocuciones posteriores (3 y 10 de julio 1968, 30 octubre 1968: "es una repetición, amplificada con referencias explícitas a algunos puntos doctrinales [especialmente necesitados en esos años de confirmación en la fe], del Símbolo de Nicea".
A menos que fueses tú, el mismísimo Tulkas, el que escribió para Pablo VI esa solemne Profesión de fe y luego te hayas arrepentido. Que todo puede ser, viniendo de Tulkas, el depósito pleno y auténtico del catolicismo.
Hace no muchos meses un post de este mismo portal trataba de él, te lo pongo así de fácil para que no tegas que recurrir ni a l Wikipedia.
http://infocatolica.com/blog/historiaiglesia.php/1002211149-historias-del-postconcilio-vi
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No es recomendable entrar en LA CAVERNA si no se tiene sentido del humor.
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