«Florecillas» del P. Arregui, ofm: los ángeles

En un artículo muy interesante del P. José Arregui, ofm, titulado La compañía de Dios, este preclaro teólogo nos revela que los ángeles no existen. Ya a nosotros, los cavernícolas, se nos hacía un poco rara la existencia de unas «criaturas espirituales», es decir, no materiales, no corporales.

Pero obstinados en mantener la doctrina de la Iglesia, seguíamos creyendo en la existencia de estos fantasmas alados. E incluso teníamos mala conciencia porque no nos acordábamos apenas de ellos, y vivíamos como si no existiesen. Esta mala conciencia ha terminado, gracias al P. Aguirre, pues él nos ha enseñado que los ángeles no existen.

Comentando la fiesta litúrgica del ángel de la guarda, él con toda sinceridad nos declara:

«Os confieso una cosa: hace mucho tiempo, a comienzos de los años 70 del siglo pasado […] yo tenía muchas dudas de fe, también sobre la existencia de los ángeles, hasta que dejé de creer en ellos. Y desde que dejé de creer en ellos, celebro esta fiesta con mucha mayor devoción.

«En realidad, me pasa lo mismo con muchas “cosas de fe”, y pienso que sólo se puede creer bien cuando se deja de creer, cuando pasamos de una fe en objetos a una fe en misterios, cuando pasamos de una fe de creencias a una fe de piedad o –me atrevería a decir– de una fe en dogmas a una fe en poemas. Y la mente se inclina gustosamente a la devoción y el corazón empieza a pensar libremente».

Cuántas enseñanzas altamente sapienciales se nos comunican en este preciso texto:

1.-Los ángeles no existen, al menos no existen tal como lo enseña la doctrina católica. La Iglesia declara, en efecto, que «la existencia de seres espirituales, no corporales, que la Sagrada Escritura llama habitualmente ángeles, es una verdad de fe» (Catecismo 328); «son criaturas puramente espirituales, tienen inteligencia y voluntad, son criaturas personales» (330). De esta falsa fe de la Iglesia nos desengaña el P. Arregui.

2.- Pero con esta ocasión nos da una enseñanza aún más valiosa y universal. Nos enseña que sólo se puede creer bien cuando se deja de creer, es decir, cuando se pasa de una fe en dogmas a una fe en poemas. Y que así es como lograremos «mucha mayor devoción» a ese objeto de fe, y que será entonces cuando nuestro corazón «empieze a pensar libremente en él». Y aún se nos da un principio más, de enorme transcendencia para la espiritualidad cristiana:

3.-Abandonando la fe, por ejemplo, en la Eucaristía, dejando de creer que en ella hay una presencia «real, verdadera y substancial» del cuerpo de Cristo, según afirma la enseñanza dogmática de la Iglesia, es como aumentará nuestra devoción eucarística, y entonces comenzaremos a pensar en la eucaristía con un corazón libre. ¿No es un descubrimiento formidable? Dejemos poco a poco todos los convencimientos de nuestra fe –tampoco es cuestión de dejarlos todos a la vez– y en seguida comprobaremos que crece nuestra devoción y nuestra libertad personal para pensar.

«Los ángeles son una bella manera de decir que nunca estamos solos, y que Dios nos acompaña en todo, que Dios es compañía –Compañero y Compañera– y que, a la postre, somos todos los unos para los otros el ángel de Dios en cuerpo y alma […]

«Un ángel bueno te acompaña. Dios se hace cuerpo, voz, mirada de ternura. El agua que llevas a tus labios también es un ángel de Dios. Y es ángel de Dios la llamita vacilante ante la que rezas. Y tú, tal como eres, tú también eres ángel de Dios».

Hemos de reconocer que todas estas grandiosas verdades eran absolutamente desconocidas en la Caverna. Estábamos en la oscuridad más tenebrosa, y «una luz nos brilló». Surgió el Profeta.

Primitivo Rupestre

7 comentarios

  
Bruno
Y pensar que algunos obispos han querido silenciar al P. Arregi por el mero hecho de que tres cuartas partes de lo que dice son contrarias a la fe de la Iglesia.

¡Cuánto oscurantismo entre los obispos! Si es que se creen que tienen la misión de enseñar en la Iglesia...
11/07/10 8:06 PM
  
Benigno Soto
Me uno a la sincera indignación de Bruno.
¿Pero qué se habrán creído estos Obispos, que acaso han recibido de Cristo un carisma especial para predicar y custodiar el verdadero Evangelio, la verdadera fe católica?
Vamos, hasta ahí podíamos llegar.
Arregi, aurrera!
A ver quién puede más, si la doctrina de la Iglesia o tu doctrina personal.
11/07/10 8:41 PM
  
Unga 2
Ayer a las puertas de mi caverna se celebraban los brutales ritos de toros (y vacas) a los que los trogloditas pampilonensis semos tan aficionaus. Cuando en el ruedo la vaca atropella a un patoso humano incapaz de levantarse por el efecto de los vapores etílicos, 20.000 gargantas trogloditas lo condenan (al humano) a la pena de PÚBLICO ABOCHORNAMIENTO gritando todos al unísono aquéllo tan cavernícola de "tooooonto, toooonto, toooonto..." Pues eso, que nuestro franciscano de cabecera va haciendo méritos sobrados para que se institucionalice ya el galardón troglodita al tonto contemporáneo 2010 (sección vapores teológicos).
12/07/10 10:23 AM
  
Isaac García Expósito
¿No será el p. Arregi un descendiente de Guillermina Boema?
12/07/10 10:57 AM
  
Creyente
cuando se pasa de una fe en dogmas a una fe en poemas...

En realidad, sería volver a lo de los misioneros de verdad o la clase de costura de las tardes del cole de monjas, que nos enseñaban el catecismo y el credo cantando rimas ¿no?
12/07/10 12:07 PM
  
Silestone
Esas flores le quedan bien, Cavernícola, sólo espero que no vayan con segundas. Algunos inspirados románticos tardíos bien sabemos que...
12/07/10 12:09 PM
  
Miguel Angel Arteche
Silestone
Esas flores no van con segundas, sino con primera. Van como imagen de las "Florecillas" del P. Arregui. Yo así las entiendo, al menos.
12/07/10 6:58 PM

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