Algo sencillito, como el evangelio según Pagola
Aunque no lo parezca, los cavernícolas también leemos. Nada muy complicado, claro, sólo cosas sencillitas. Y, para demostrarlo, en multi-Religión Digital, me he zampado en sólo 4 días un artículo de D. José Antonio Pagola, presbítero.
Era uno de sus comentarios sobre el Evangelio de los domingos, en este caso el Evangelio en que Cristo manda a los discípulos a evangelizar. Uno de los párrafos me ha impresionado:
«Cuando entréis en un pueblo… curad a los enfermos y decid: está cerca de vosotros el reino de Dios». Ésta es la gran noticia: Dios está cerca de nosotros animándonos a hacer más humana la vida.
Dos palabras: Im-presionante. Tantos siglos de Teología, tantos santos, tantos Padres de la Iglesia, tantas encíclicas, tantos sermones… llega Pagola y, en una sola frase, resume todo lo que anuncia la Iglesia. Si llevara sombrero me lo quitaría. Por fin sabemos lo que es el Evangelio, es decir, la Buena Noticia: que Dios está cerca de nosotros animándonos a hacer más humana la vida.
Claro que para ese viaje no hacían falta alforjas. Que Dios quiere que seamos buenos ya lo sabían los filósofos de la antigüedad griega. Y también los paganos. Y mis amigos cavernícolas de unos cuantos de miles de años antes de nuestra era. Incluso lo saben los ateos, aunque digan “conciencia”, “espíritu humano” o “virtudes cívicas” en vez de Dios. Es más, que hay que ser bueno lo sabe cualquier ser humano, a poco que piense en ello.
Por eso mismo, para anunciar que hay que ser buenos, no parece que haga mucha falta el celibato sacerdotal. Quizá por eso hay tantos que piden que se elimine. Ni tampoco hacen falta dogmas, sacerdotes y sacramentos: podríamos eliminarlos y quitarnos tantos líos y problemas. No necesitamos que el Papa nos diga que hay que ser buenos, porque ya lo sabemos. Y, por supuesto, de la Biblia nos sobra todo lo que se salga de ese mensaje fundamental: así que milagros, encarnaciones, sacrificios, nacimientos virginales, profecías y resurrecciones no son más que mitos prescindibles.
El mismo Cristo resulta un poco redundante. ¿Qué sentido tiene que Dios se encarne, predique, muera en la cruz y resucite, sólo para decirnos algo que ya sabíamos antes de que lo hiciera? Nos basta con un profeta galileo, seguidor del Bautista, meramente humano y que, como todos nosotros, intentara ser lo mejor posible. Es decir, alguien sobre el que podamos proyectar nuestras propias ideas, para que tengan un barniz de religiosidad. Por supuesto, siempre que su imagen quede bien en las camisetas, como la del Che.
Y, en realidad, tampoco haría falta una Iglesia, basta una buena ONG. No me extraña que el propio Pagola diga de sí mismo en su blog que es uno de los “los presbíteros que nos ordenamos para convertir la Iglesia al Evangelio”. A su Evangelio, se entiende. Y es que, en efecto, a lo largo de dos mil años de historia, la Iglesia nunca ha enseñado eso que dice Pagola que es su mensaje. Hasta que ha llegado D. José Antonio, claro, para enseñarnos lo que es ser cristiano.
Arqueológico Brutote
12 comentarios
Hay que denunciar y sacar a la luz, para que los católicos aprendamos y no nos desviemos, todas las herejías y barbaridades que se puedan decir por ahí. Pero hacerlo sin motivo aparente y faltando a la caridad no me parece bien, quizás sea porque los cavernícolas son eso, cavernícolas o , quizás, porque yo no alcanzo a ver en esa frase de Pagola ninguna barbaridad, si simpleza, pero no barbaridad.
Y que de ahí, convertidos a Jesús, surge una nueva vida donde ya no somos nosotros sino que es el mismo Cristo el que vive en nosotros (Gal. 2,20).
Y que como consecuencia de lo anterior, en efecto, identificamos nuestras vidas con el mismo servicio de amor y entrega de Cristo, volcándonos hacia los demás hasta el fin, de modo que la vida se vuelve más humana, más acogedora, caritativa y habitable para todos.
La afirmación no es meramente una simpleza. Si un niño de cinco años dice que esa señal roja con una raya blanca en el centro es una gran piruleta para adornar las calles, se trata de una (simpática) simpleza. Si lo mismo lo dice, en serio, un guardia civil o el Director de la DGT, se le expulsa de su cargo inmediatamente, porque su comentario denota una ignorancia incompatible con ese cargo.
Del mismo modo, un teólogo que piensa que el mensaje fundamental de la Iglesia es el que menciona Pagola, está mostrando una ignorancia injustificable para un teólogo, que escribe constantemente libros y textos de espiritualidad para los fieles.
En cuanto a lo del sacerdocio, la Iglesia, etc., si no recuerdo mal, da la casualidad de que Pagola afirma en su último libro que Cristo no pensaba fundar una Iglesia, ni crear un sacerdocio, ni hacía milagros más allá de lo puramente psicológico, ni resucitó más allá de la fe interior de los discípulos, señala que todo lo referente a la infancia, incluyendo el nacimiento virginal, es algo mítico o inventado, dice que Cristo no daba un sentido sacrificial a su muerte, explica las profecías como añadidos a posteriori... Es decir, saca precisamente las consecuencias que yo he señalado de su idea de lo que es la esencia del cristianismo.
Fíjese si la cosa da de sí.
:)
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