La lujuria es probablemente uno de los pecados que más quebraderos de cabeza nos trae a los hombres, aunque no por ello se convierte en un «coser y cantar» para las mujeres. Un eminente teólogo como es Wojceich Giertych, que sirve a la Casa Pontificia desde el año 2005, explica que la lujuria es el pecado más difícil de superar para los hombres, mientras que para las mujeres sería la soberbia. Así dice el sacerdote católico:
«Para los hombres el pecado más difícil de afrontar es el de la lujuria, después la gula, la pereza, la ira, la soberbia, la envidia y la avaricia, mientras que para las mujeres el más peligroso es el de la soberbia seguido de la envidia, la ira, la lujuria, la gula y la pereza»
No obstante, no hay que temer por el mero hecho de que a unos les genere más problemas que a otros, pues con la gracia y la ayuda de Dios todo se puede superar, y esta dificultad no va a ser una excepción.
En este artículo vamos a ofrecer una serie de consejos para luchar contra la lujuria y poder salir victorioso de esta batalla. Sin embargo, hay que aclarar que, aunque se esté hablando de «salir victorioso» esto no quiere decir que una vez que hayamos adquirido hábitos y hayamos erradicado nuestros vicios no podamos caer nuevamente, al tratarse de un pecado hay que tener muy presente que podemos volver a tener recaídas. Lo que aquí se va a tratar son las formas de eliminar esos vicios y malos hábitos que nos llevan a pecar de lujuria, y la manera de no bajar la guardia una vez ya hayamos arrancado esos malos defectos de nuestro corazón.
Para vencer a la lujuria nos vamos a servir de los consejos de una de las mentes más brillantes que ha dado la historia de la humanidad y Doctor de la Iglesia Católica como es Santo Tomás de Aquino, que en «Meditaciones para el Tiempo Ordinario» expresó algunas de las claves para vencer a pecados como la lujuria o la soberbia. Santo Tomás daba cuatro consejos que los englobaremos en dos partes, los medios naturales y los medios sobrenaturales.
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