Estimado señor Director, le agradezco la información que nos ha facilitado hoy y la prudencia y preocupación que demuestra tener InfoCatólica en el tan difícil asunto de Radio María. Aunque pueda parecer un “piadoso e irreal", comentario, creo que justo lo que dice el título de su editorial: lo más importante es que Radio María se salve, con las modificaciones organizativas necesarias, pero con la línea, forma y contenido y con el ámbito de emisión que ha conseguido en estos 10 años.
Soy oyente de Radio María desde sus primeros años en Madrid, y después he colaborado como voluntaria en distintos momentos, en programas, en la organización del voluntariado de mi provincia, en contactos con familiares y amigos de otras provincias, en conversaciones sencillas con oyentes y colaboradores voluntarios. ¡Cuántas gracias recibidas, cuántos amigos en la comunión de los santos que es la Iglesia, cuántas horas dedicadas y oraciones compartidas o en silencio, qué buena doctrina, qué hermosas palabras de verdad y vida, cuántos buenos ejemplos y testimonios de santidad de vida, cuánta fe, esperanza y caridad derramada por las ondas! Como tantas veces hemos escuchado, y hemos transmitido a otros, ésta es la Radio de “la Madre” y nosotros somos hormiguitas al servicio de la necesaria tarea de evangelización que necesitamos.
Creo que otras muchas personas como yo, en estos momentos, podrían hacer, por lo que conocemos de Radio María y de su historia, una valoración parecida a la mía, sobre la situación de Radio María. Y por eso me atrevo a pedirle que la haga pública en su página web. “La radio de los que no tienen voz", “la radio de la Madre", “la gracia de una presencia", “la fuerza de una esperanza". No son slóganes publicitarios, son frases que expresan la realidad más profunda de “nuestra” Radio María. Sin desmerecer a ninguna otra de las emisoras católicas que tenemos, Radio María es necesaria en España, y la mejor prueba de ello es que “el Diablo mete la cola", y de qué modo. María, la Reina y Madre, victoriosa sobre el Maligno, remueva todas sus insidias y triunfe sobre las debilidades y pecados que están por medio de esta “difícil situación", que no es sólo cosa de hombres.
Ah, creo sinceramente que todas las comparaciones e intentos de enfrentar a Radio María con otras radios, o en centrar el problema en un conflicto entre diversas “sensibilidades eclesiales” o entre “personalidades de la Iglesia” son ciertamente muy miopes. Nosotros escuchamos Radio María y también escuchamos otras radios, cito sólo la COPE, Intereconomía, EWTN y otras más; ojalá hubiera más radios con programación buena para los católicos españoles. Y nosotros sabemos que en Radio María siempre han tenido y tienen cabida todas las “sensibilidades", parroquias, movimientos católicos y católicos sin grupo, y desde los cardenales y obispos hasta el “último” católico, los niños, los enfermos, los jóvenes y las madres de familia, los obreros… y los “alejados” pero necesitados de Dios hemos podido participar en la Radio de nuestra Madre.
Ahí va mi valoración y opinión sobre qué ha pasado, qué está pasando y qué deseamos que pase en Radio María.
En los últimos cinco años se han producido diversas tensiones entre los responsables de la Radio, con ocasión del crecimiento experimentado en España, tanto en puntos de emisión –desde poco más de una veintena hasta casi doscientos, incluyendo la práctica totalidad de las capitales de provincias–, como en la parrilla de programación –desde unas 6 horas diarias de producción propia redifundida en las restantes horas y días hasta las actuales más de 18 horas diarias de programas no repetidos a lo largo de las 24 horas del día–.
El primer aspecto ha requerido de un esfuerzo de inversión económica, sobre todo para el alquiler, compra y mantenimiento de la emisora en Madrid, pero también para el alquiler y mantenimiento del resto de “antenas repetidoras” de la señal que via satélite emite Madrid. Gracias a Dios, Radio María consiguió la pasada primavera una de las licencias de la Comunidad de Madrid, tras presentarse con todos los requisitos al concurso convocado, y apoyar con una importante campaña de oraciones y de recogida de firmas de oyentes de Radio María –ya que, como radio no comercial, no podía presentar al concurso para la concesión de las licencias datos de audiencia del EGM o algún otro de los “convencionales” medidores. La campaña comenzó y prosigue en todas las comunidades autónomas. En algunas, al no haber sido convocados o resueltos los concursos para la concesión de licencias, o haberse resuelto negativamente para Radio María, ésta continúa retransmitiendo bajo la condición de “alegalidad” que comparte con muchas otras emisoras en España, lo que ha generado en ocasiones la imposición de multas o incluso el corte temporal o total de algunas de las “frecuencias”. Son bastantes los lugares en los que Radio María tiene autorización o permiso extra-oficial, de las autoridades locales o provinciales responsables de telecomunicaciones, en tanto que no interfiere con otras emisoras con frecuencias legalmente asignadas y su programación no es considerada “competencia” respecto de la de las emisoras comerciales. No obstante, a comienzos del pasado mes de agosto, la dirección de Radio María, cambió brusca y completamente la “política” hasta entonces seguida e hizo llegar a los responsables provinciales informaciones de que era preciso “cortar” las emisiones desde su frecuencia, lo que fue posteriormente desmentido, pero que en varias provincias se ha llevado a cabo. Los oyentes y colaboradores de éstas son los principales preocupados por la situación. También los donantes, y los fieles que están esperando que las emisiones lleguen a sus localidades, se ven defraudados en estos momentos, aunque sin desesperar.
Por otro lado, el incremento de horas de “producción propia ininterrumpida y no repetida” de programación en Radio María motivó también la necesidad de aumentar el pequeño número de “asistentes”, como se llama a quienes, con contrato laboral, trabajan en la emisora en la redacción y locución de los informativos y otros programas, asegurando la continuidad de los programas grabados o en directo, atendiendo los equipos de la emisora, formando y atendiendo a los voluntarios que realizan sus programas desde los estudios del Paseo de Lanceros o desde tantos lugares de España, en fin, asegurando la Radio a tiempo completo -y más, pues todos ellos se consideran no sólo contratados sino también voluntarios-. La selección y coordinación de estos asistentes, la “captación” de las casi 400 voluntarios de programación, junto con las gestiones para conseguir ubicar estos estudios en unos locales más apropiados a las características y volúmen de la Radio, todo ello a cargo del padre Esteban, pero imposible sin las cuantiosas donaciones, pequeñas y grandes de sus oyentes, ha sido también ocasión de algunas fricciones internas.
Además, la creación y formación de equipos de voluntarios en las diversas capitales de provincia y localidades, ha requerido también de impulsos y gestiones con innumerables personas, y ha concitado apoyos sí, pero también algunas diferencias y problemas, no siempre bien solucionados. Uno de ellos fue la sustitución del querido José Antonio Monroy, quien fuera muchos años responsable del voluntariado, de los equipos y casi también de la programación de la entonces creciente Radio María, en los tiempos en que era director el también querido padre Julio. Aquella crisis probablemente se cerró con heridas no curadas, y que vienen a juntarse ahora, cuando más daño pueden hacer. Elena Navarro sustituyó a Monroy, conservando y acrecentando, en proporción al crecimiento de antenas repetidoras, los equipos de voluntarios y consolidando el modo de hacer de éstos, eficaz, discreto y cada vez con mayor competencia.
Al parecer, todos estos elementos de una “crisis de crecimiento” en Radio María, han ido confluyendo en una situación en la que se imponía una renovación en la propia organización que sustenta la radio, la Asociación Radio María, para consolidar los logros mencionados, en programación y en audiencia, y para corregir las deficiencias de estructura que en estos años no han sido convenientemente acometidas. Tras negociaciones llevadas en los últimos meses del pasado año, y los primeros de éste, Olegario Díaz y el resto de miembros de la Asociación Radio María parecían estar dispuestos a dejar sus puestos, procediéndose a una renovación de los mismos, continuando tanto el director el padre Esteban Munilla, como el resto de responsables del voluntariado y de las cuestiones técnicas. Así se anunció en el encuentro de Responsables y Voluntarios de Programación y de Promoción y Difusión celebrado el pasado mes de abril en Salamanca, durante el cual el propio presidente, don Olegario Díaz, comunicó su decisión de dimitir y alentó a los responsables y voluntarios a continuar al servicio de Radio María con el mismo entusiasmo y dedicación.
Posteriormente las cosas parecen haberse “torcido”, hasta el punto de que, desde comienzos del mes de septiembre, aunque la programación continúa y no ha habido nuevos cortes en frecuencias locales, varios de los responsables de la misma, comenzando por el propio padre Munilla y por la responsable nacional de los voluntarios, Elena Navarro, han sido destituidos y los miembros de la Asociación estarían contraviniendo incluso las indicaciones provenientes de Radio María Italia, designando sustitutos para los responsables depuestos. En la semana pasada dicen que se ha logrado recomenzar las negociaciones entre una y otra parte, con la ayuda de abogados y la mediación del Presidente de Radio María Italia, Emmanuele Ferrario, así como del propio Arzobispado de Madrid, de quien depende el nombramiento del Director, según los estatutos de Radio María.
Si ser responsable provincial o local de un equipo de voluntarios, o estar a cargo de algunos de los cientos de programas variados requiere unas virtudes grandes, no puedo casi imaginarme lo que es ser responsable de toda la programación, de todos los voluntarios, o de toda la infraestructura económica y técnica. Todo es don de Dios, milagros de su omnipotencia y bondad para con nosotros. La radio, sus responsables, los voluntarios… y los oyentes. Que Dios asista a quienes están en esas negociaciones para que, libres de todo error y sentimientos o afectos interesados o dañados, puedan llegar al mejor acuerdo posible, para el bien de Radio María y de la Iglesia.
Mientras tanto, seguiremos multiplicando las llamadas y la petición de información discreta pero veraz, así como las oraciones para que esas negociaciones deriven en el pronto restablecimiento de las emisiones en todos los lugares de España en que hasta el mes de agosto se venía escuchando.
Atentamente
MariCarmen, “hormiguita” de Radio María España