Sr. Director:
Hoy se cumplen los 50 años de la constitución sobre la sagrada liturgia, Sacrosanctum Concilium. Se trata del primer documento aprobado por el Vaticano II , el 4 de diciembre 1963, y es una de las cuatro grandes constituciones del Concilio.
Nunca antes, en la historia, había recibido la liturgia un tratamiento tan generoso por parte de ningún concilio: contenía un ambicioso programa de reforma de la liturgia, que por su envergadura no tiene paralelo en el pasado, y todo un proyecto de acción pastoral para renovar la vida litúrgica de la Iglesia.
Si bien es cierto que supuso notables mejoras, también se sucedieron abusos e interpretaciones erróneas, que se apartaban de la tradición y del sentir de la Iglesia. Poco a poco se van corrigiendo los errores. Este aniversario puede ser una buena oportunidad para animarse a leer el texto, que apenas tienen 20 páginas. Apuesto a que el lector quedará sorprendido con su contenido, que en muchas ocasiones ha pasado desapercibido para el gran público.
Como se afirma en el texto, «la liturgia es fuente y cumbre la vida cristiana». Efectivamente, allí donde se estudia, se cuida y se vive, la fecundidad del Espíritu Santo es manifiesta.
En este aniversario deseo rendir un homenaje a Dom Manuel Garrido Bonaño, fraile de la comunidad benedictina de la abadía Santa Cruz (Madrid). Ingresó en el monasterio de Santo Domingo de Silos en 1946, pasando al del Valle de los Caídos en 1960. Estudió en el Ateneo Anselmiano de Roma y fue consultor del Vaticano II y de la Sagrada Congregación de Ritos.
Fue uno de mis profesores de liturgia. Insistía en que la liturgia supone una seria preparación, y que era menester meditar muchas veces la doctrina que la Iglesia nos ofrece en sus documentos y en los mismos textos litúrgicos. De esa forma, poco a poco, vamos penetrando más hondamente en el rico contenido espiritual de la sagrada liturgia y estaremos en mejores disposiciones para captar el sentido de las fórmulas y ritos litúrgicos. Dom Manuel fue autor de treinta libros y de más de mil artículos. De sus publicaciones, deseo destacar tres, a parte de los artículos del Centro de Pastoral Litúrgica (CPL) de Barcelona: «La liturgia de las horas a través de los siglos», «La liturgia en la vida cristiana», y «Grandes maestros y promotores del Movimiento Litúrgico» (Editorial BAC, 2008), donde trata de 29 figuras relevantes del siglo XX.
Falleció en la noche del pasado 14 de septiembre, celebración de la Exaltación de la Santa Cruz –festividad de su abadía- y aniversario del motu proprio de Benedicto XVI, «Summorum Pontificum», sobre la nueva reglamentación para el uso de la Liturgia Romana vigente en 1962. ¿Qué mejor fecha para entrar en la casa del Padre? Espero que su ejemplo sea estímulo para los profesores de liturgia, de los que hoy tenemos tanta necesidad.
Gabriel Cortina
Galapagar, Madrid)