Contra el acoso a Santa Catalina Labouré
La Parroquia Santa Catalina Labouré empezó su andadura en la capilla de los institutos públicos Calderón de la Barca y Emperatriz María de Austria de la calle Antonio Leyva de Madrid.
En el año 1988 El Ayuntamiento de Madrid realiza una expropiación denominada «Glorieta Elíptica 11.3», desde la calle de la Vía hasta la calle Arroyo Opañel y de la calle Mercedes Domingo hasta calle Antonio Leyva. En los planos de este proyecto aparece una parcela destinada a «Equipamiento Alternativo» con una superficie de 3865 m2. Dentro del Plan General de Urbanismo Municipal se contempla como equipamiento la construcción de un centro religioso.
El 23 de junio de 1992 se realiza una permuta entre el Arzobispado de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid. En esta parcela se construirá la nueva Parroquia de Santa Catalina Labouré, situada en la calle Arroyo de Opañel número 29. Un año después, el 20 de mayo de 1993 se firman las escrituras.
En el primer anteproyecto se pensó en construir una iglesia con un seminario, después se modificó para hacer salas, salón de ancianos, vivienda para los sacerdotes, campanario y otros espacios. En estos años se empiezan a pedir donativos por fases para la construcción de la nueva parroquia, en concreto la primera fase: capilla, salón de ancianos, salas, biblioteca, viviendas sacerdotes, almacenes y otros.
Después de unos años, se informa en la revista parroquial «Duc in altum» de otro anteproyecto para la tercera fase, en el que se construiría un polideportivo. Para este anteproyecto no se empiezan a recoger donativos, ya que todavía se está pagando la primera fase y se está construyendo la segunda (Templo, salas y campanario). Para el anteproyecto del polideportivo no se pide licencia de obra ni se hace un estudio arquitectónico, sólo se publica un boceto.
En marzo del 2014 la parroquia anuncia el nuevo proyecto para la tercera fase que consta de jardines con una capilla, más salas, salón de la Palabra, hall para ágapes, almacenes, 25 plazas de aparcamiento (obligatorio por el Ayuntamiento de Madrid) y una cripta subterránea. Se obtiene la licencia en febrero de 2012 y se cuelga en la cristalera de la parroquia en la misma fecha. Se explica a los vecinos y los feligreses con naturalidad y se les anima a colaborar.