México: estamos fritos, pero siempre esperanzados en el Señor

Fritos porque nuestro querido país México es un narco-estado de cabeza a pies, pasando por todos los niveles de gobierno y áreas de la economía. Nos tienen «azorrillados» con sus amenazas en las próximas elecciones, pero los mexicanos somos de una naturaleza muy resiliente. Siempre hemos tenido malos gobiernos, malas instituciones de salud, pobreza educativa, y otras pestes, pero la verdad es que hemos aprendido a manejarnos al margen y a pesar de eso. Siempre subsanado con la solidaridad, la fe, una buena dosis de «docta ignorancia», amor por la vida y una buena actitud en general que no nos permite tomarnos la vida «a la tremenda». Para bien o para mal, nada nos lo tomamos tan serio. Tal vez es un poco «ser como niños» y abusar que tenemos a Nuestra Madrecita del Cielo allí en la Villa para que no se nos «riegue el tepache» de más. ¿Temerarios, presunciosos o simplemente realistas y abandonados a la Providencia? No lo sé Rick…

Pero ahora sí estamos nerviosos. Hay un malestar en que estamos todos unidos en solidaridad. En medio de unos meses de calor anormal y sequía que nos tienen pasándola muy mal, el próximo domingo nos queremos quitar el yugo de un pésimo gobierno, adorador de la Santa Muerte, que ha entregado al país al crimen.

La inseguridad es rampante y eso por mejor actitud que tengamos, ya no nos deja vivir, ni trabajar, ni sonreír. Lo que desunió de la sociedad con su discurso de odio y resentimiento, lo ha unido la criminalidad con un miedo común inmune a toda ideología. De esto ya no se puede culpar a los fifís, como el presidente llama a sus enemigos imaginarios de una clase privilegiada.

La oposición más fuerte no es idónea… deja mucho que desear, pero es la única oportunidad que tenemos de sacudirnos a esta peste de gobierno mediocre y malvado. Esperamos poder reconstruir después un sentido de nación donde se respete la vida desde sus inicios hasta su fin natural, pero primero debemos tener instituciones fuertes con qué trabajar y que este tirano autoritario deterioró.

Sólo les queremos pedir sus oraciones y si no es ya abuso, algún sacrificio. El de la Santa Misa, el mejor.

Acuérdense de nosotros por todo lo que les pueda gustar de nuestra cultura, por la gratitud de haber recibido varias oleadas de migrantes españoles a lo largo de los años, ya sea por el hambre, por la guerra, por querer venir «a hacer la América» y que ahora regresan a fomentar la economía española. Acuérdense de la Virgen de Guadalupe, que con su presencia, y desde su casita del Tepeyac quiere y bendice lo que España nos trajo con tanto esfuerzo, pese a lo que diga la leyenda antiespañola y que este señor dice que son mitos oscurantistas: la fe en su Hijo por medio de sus sacerdotes, que por siglos nos han bendecido con sus enseñanzas y labor pastoral.

Sabemos que nos une la cultura y la fe, pero también la desgracia política, que nos entristece y preocupa porque nos roba lo que muchas generaciones con tanto esfuerzo y dedicación contruyeron. El mundo se está jugando su autodestrucción al rechazar la fe y de paso la razón.

¡¡Hagamos espaldas en la oración!! ¡¡Viva Cristo Rey!!

María Piadosa