Saber más no impide creer más
Algunos jóvenes, sobre todo, cuando se encuentran con nuevas experiencias y conocimientos universitarios que nunca antes habían recibido, empiezan a sentir que su fe se viene abajo, lo cual, desde luego, muchas veces, se debe a ciertos profesores, quienes desde un mensaje aparentemente cargado de argumentos lógicos, buscan “moverles el tapete”, es decir, cambiar su pensamiento, sin embargo, no hay que asustarse, porque el conocimiento científico, lejos de destruir las bases del Evangelio, se vuelve un medio concreto para acercarse al dinamismo y, desde luego, a la inteligencia de Dios, quien se refleja en todo lo creado. Ser católico, no es producto de la ignorancia, sino de un proceso que involucra a la fe y, desde luego, a la razón humana.
Si la fe católica, fuera una cuestión de ignorantes, no existirían las grandes e imponentes facultades filosóficas y científicas que forman parte de la estructura educativa de la Iglesia Católica. Simple y sencillamente, al conocer la vida y pensamiento del Papa Benedicto XVI, nos daremos cuenta de su gran capacidad intelectual; capacidad que nunca lo ha hecho olvidarse de la existencia de Dios. Ir a la universidad, no es un error, sino un camino para crecer en todas las áreas de nuestra vida, incluyendo la parte espiritual.