Saber más no impide creer más

Algunos jóvenes, sobre todo, cuando se encuentran con nuevas experiencias y conocimientos universitarios que nunca antes habían recibido, empiezan a sentir que su fe se viene abajo, lo cual, desde luego, muchas veces, se debe a ciertos profesores, quienes desde un mensaje aparentemente cargado de argumentos lógicos, buscan “moverles el tapete”, es decir, cambiar su pensamiento, sin embargo, no hay que asustarse, porque el conocimiento científico, lejos de destruir las bases del Evangelio, se vuelve un medio concreto para acercarse al dinamismo y, desde luego, a la inteligencia de Dios, quien se refleja en todo lo creado. Ser católico, no es producto de la ignorancia, sino de un proceso que involucra a la fe y, desde luego, a la razón humana.

Si la fe católica, fuera una cuestión de ignorantes, no existirían las grandes e imponentes facultades filosóficas y científicas que forman parte de la estructura educativa de la Iglesia Católica. Simple y sencillamente, al conocer la vida y pensamiento del Papa Benedicto XVI, nos daremos cuenta de su gran capacidad intelectual; capacidad que nunca lo ha hecho olvidarse de la existencia de Dios. Ir a la universidad, no es un error, sino un camino para crecer en todas las áreas de nuestra vida, incluyendo la parte espiritual.

Si el conocimiento fuera incompatible con la fe, Newton y Galileo Galilei, seguramente, hubieran sido ateos, sin embargo, la sorpresa es que no lo fueron, porque jamás se quedaron en los prejuicios o en la intimidación de aquellos que creían saberlo todo, negando la existencia de Dios. Gregor Mendel, el padre de la genética, por citar un ejemplo, además de haber sido una personada extremadamente inteligente, era un monje agustino, lo cual, nos deja entrever que el conocimiento, lejos de volvernos ateos, nos ayuda a crecer en nuestra visión personal. Para cerrar con broche de oro, hay otro caso más cercano a nuestro tiempo, y es que el autor de la teoría del “Big Bang” (La gran explosión), es nada más y nada menos, que un sacerdote jesuita llamado George Lemaître. Con base a lo anterior, queda claro, que la fe católica, no es una cuestión de ignorantes, sino un mensaje marcado por la visión de Cristo.

No nos dejemos vencer por las dudas, antes bien, aprendamos a buscar la verdad, porque así iremos madurando en nuestra fe. Por lo pronto, ya sabemos que el conocimiento, no nos aleja de Dios, sino todo lo contrario. Vale la pena estudiar y, por lo mismo, aprender.

Carlos Díaz Rodríguez,
Miembro de la Familia de la Cruz