Miguelín y el cinismo de Zapatero
Miguelín, un bebé gigante, atrae al público chino en el pabellón de España en la Expo de Shanghai, cuyo lema es “Mejor ciudad, mejor vida". Éste preside la sala “Hijos” pues la “mascota” es la embajadora de la idea: “De la ciudad de nuestros padres a la de nuestros hijos”, para concienciar al adulto actual sobre las decisiones que marcarán el futuro de la siguiente generación. Me parece una broma cínica de Zapatero que, partidario de que los padres “no puedan interferir en las decisiones de sus hijos”, acaba de instaurar el aborto casi libre de espaldas a los progenitores de la que va a abortar.
De este holocausto gratuito parece burlarse Miguelín: el aborto merma numéricamente la siguiente generación, y el peso específico de cada ciudad, anulando su identidad al ser invadida por la inmigración. En efecto, habría que revisar las decisiones que tomamos al presente los votantes, para que mañana, en nuestras urbes, aún nazcan hijos tras la política devastadora “anti-bebés” que hoy impone Zapatero.
Clara Jiménez
Murcia
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