(338) Profanación de la Catedral de San Luis en “sintonía con el Sínodo”: paz sin Cristo y bendición sin el Hijo
«Está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, sólo a él darás culto» (Mt 4, 10).
***
«Yo, el Señor, soy tu Dios, que te ha sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre. No habrá para ti otros dioses delante de mí.» (Ex 20, 2-4).
***
“Todo aquel que me confiese delante de los hombres, yo también lo confesaré ante mi Padre que está en los cielos; pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos. No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada. “(Mt.10, 32-34)
***
«Ante todo, guardadme este buen depósito, por el cual vivo y combato, con el cual quiero morir, que me hace soportar todos los males y despreciar todos los placeres: quiero decir la profesión de fe en el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo. Os la confío hoy. […]Os la doy como compañera y patrona de toda vuestra vida. […] Es la infinita connaturalidad de tres infinitos. Cada uno, considerado en sí mismo, es Dios todo entero[…]"(Orationes, 40,41: PG 36,417). (S. Gregorio Nacianceno, a sus catecúmenos de Constantinopla, en Catecismo n.256)
En el día de hoy, 31 de octubre, miles de inocentes y no tanto, participan de unas repugnantes “celebraciones” demoníacas que se disfrazan de juego y que no son tales, pero lo cierto es que los demonios campean ya a sus anchas en el mundo –cada vez más renegado de Dios- y también dentro de la Iglesia, gracias a miembros cada día más renegados de la doctrina de su Divino Fundador, cediendo a la idolatría del mundo y sus máximas.