(286) Mons. Schneider: La sutil diferencia entre unión y convivencia civil es un engaño
“Cuando ustedes digan “sí", que sea sí, y cuando digan “no", que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.” (Mt.5, 37)
“…hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema.” (Gal. 1, 7-8)
Una vez más, ante una buena serie de intentos de justificación mediante expresiones sofísticas, Mons. Schneider nos ha hecho llegar otra intervención suya a fin de señalar con mayor énfasis -si cabe- los equívocos en que se incurre cuando se trata de dar vueltas a un asunto que debe ser zanjado con caridad en la verdad, teniendo en cuenta que el fin de la Iglesia es salvar almas de la confusión que puede llevar al error y al pecado, y no salvar la imagen de tal o cual miembro de la Jerarquía, aunque fuese del Sumo Pontífice.
Agradecemos filialmente esta insistencia ya que no es un tema perimido, y cuantos más pastores insistan en reforzar los principios católicos, más hemos de tomar conciencia de la gravedad de la cuestión, sin acostumbrarnos. Un alma vale más que un mundo.
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Engaño por medio de la sutil diferencia
entre “unión civil” y “convivencia civil”
Cualquier persona normal entiende la expresión que el Papa usa aquí como una forma de convivencia legalmente reconocida por el estado, como una convivencia estable de una pareja homosexual, y por lo tanto como un reconocimiento legal del estilo de vida homosexual.
En la película documental “Francesco” que se estrenó el 21 de octubre de 2020, en el Festival de Cine de Roma, el Papa Francisco usó la expresión “convivencia civil” en vez de “unión civil", pidiendo de ese modo,que se cree una ley civil de convivencia para persona homosexuales, de forma que estén legalmente cubiertas. Ambas expresiones “convivencia civil” y “unión civil” tienen, sin embargo, sustancialmente el mismo significado, como se pone de manifiesto por ejemplo en la legislación argentina. El 17 de diciembre de 2002, se aprobó en la provincia de Río Negro en Argentina una ley llamada ” Ley de convivencia homosexual” n.3376. El artículo primero dice que ” las parejas del mismo sexo pueden hacer una declaración jurada que certifica su convivencia ante la autoridad competente".
Los términos jurídicos son diferentes en algunos países, pero todos ellos significan sustancialmente lo mismo, a saber, la cohabitación de una pareja homosexual, así como de una pareja heterosexual, lo que significa una cohabitación extramatrimonial estable registrada por el Estado. Estos términos jurídicos son, por ejemplo: “uniones del mismo sexo", “unión civil", “convivencia homosexual", “convivencia civil", “unión registrada", “Eingetragene Partnerschaften” y otros.
El apoyo a las formas legales de una convivencia estable de dos personas homosexuales, afirmando a la vez que el acto homosexual sigue siendo inmoral, y que dos personas homosexuales registradas según esa forma legal vivirán en abstinencia sexual, es una contradicción. A pesar de la afirmación teórica de la inmoralidad de los actos homosexuales, tal apoyo forma parte de la propaganda ideológica y jurídica para legalizar y reconocer la supuesta bondad del estilo de vida homosexual y de los actos homosexuales. Además, es de una completa ingenuidad e irreal asumir que las formas civiles de una convivencia estable de dos personas homosexuales les ayudarán a vivir en abstinencia sexual. Asumir esto presupondría que debería haber un artículo en el estatuto legal de la convivencia homosexual que estipulara más o menos esto: ” Los dos miembros de una pareja que convive civilmente deben vivir en abstinencia sexual.” Sin embargo, eso es tan ridículo como un chiste. Ninguna persona con sentido común creería que dos personas homosexuales que registren legalmente su convivencia estén viviendo en abstinencia sexual, como nadie lo creería de una pareja heterosexual en las mismas circunstancias.
Cualquier persona normal entiende la expresión que el Papa usa aquí como una forma de convivencia legalmente reconocida por el estado, como una convivencia estable de una pareja homosexual, y por lo tanto como un reconocimiento legal del estilo de vida homosexual.
El juego de palabras “convivencia civil” y “unión civil” es en nuestro caso un sofisma, una sutileza y un truco. Nos recuerda al cuento del traje nuevo del emperador. Este juego de palabras es en última instancia intelectualmente deshonesto y no convence a nadie.
Cualquier tipo de forma de convivencia estable legalmente registrada de dos personas homosexuales, no importa como la llames, es inherentemente inmoral porque es un escándalo público, una propaganda del estilo de vida homosexual, un constante e inmediato peligro de pecado mortal para las dos personas implicadas. Un apoyo a tal forma legal es moralmente irresponsable, provoca confusión, causa escándalo y produce un efecto fatal. La demanda de garantizar algunos derechos civiles para las parejas homosexuales como por ejemplo las herencias, las visitas en un hospital y otros casos similares, es claramente un pretexto. De hecho, las leyes civiles en los países democráticos ya proveen suficientemente para tales casos como los de las herencias, el cuidado legal etc… sin necesidad de crear una forma jurídica para la convivencia estable de dos personas homosexuales.
Si estas personas desean honestamente vivir en abstinencia sexual y practicar la virtud de la castidad, nunca demandarán una forma legal de convivencia, ya que saben que tal proximidad les pondría en peligro inmediato de pecado mortal e incluso de los habituales pecados mortales de fornicación.
Si dos personas homosexuales desean honestamente vivir en castidad, no se comprometerán en ninguna forma de convivencia civil para evitar incluso implícitamente cualquier apoyo a la expansión de la ideología de justificación y legitimación del estilo de vida homosexual. Estas personas que honestamente desean vivir en continencia sexual también sabrán que su convivencia civil registrada causará escándalo.
En estos tiempos de propaganda mundial agresiva y demagógica para legitimizar el comportamiento homosexual y los actos homosexuales como moralmente buenos, las declaraciones de miembros de la Iglesia a favor de cualquier tipo de reconocimiento legal de formas de convivencia homosexual, independientemente de los términos que usemos (uniones, coexistencia, convivencia, relación, etc…) solidificará de hecho esta propaganda.
La voz de la Iglesia debería decir exactamente lo contrario y resistir con valor con palabras y gestos llenos de claridad, calma y dignidad esta propaganda ideológica que esclaviza la dignidad humana en un estilo de vida que contradice la voluntad de Dios el Creador y Redentor de la dignidad de la naturaleza humana.
La honestidad intelectual y el amor sincero a la verdad son necesarios y valiosos para que todos los representantes de la Iglesia permanezcan como testigos creíbles de la Ley divina escrita en la naturaleza y la razón humanas y explícitamente revelada en la Palabra de Dios en la Sagrada Escritura y enseñada invariablemente por la Iglesia a lo largo de dos mil años.
25 de octubre de 2020
+ Atanasius Schneider
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36 comentarios
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V.G.: Oli, es evidente que ud. no entiende "de qué va el asunto"; esto no es un partido de fútbol, en que cada cual elige qué colores le gustan más para "quedarse con ellos". Uno es un obispo y otro es nuestro Papa.
Pero la doctrina católica no es divisible ni opinable; no depende del gusto de uno u otro, porque para custodiarla y defenderla la ha legado Cristo a la Iglesia; la verdad es una, "la diga Agamenón o su porquero". Revise qué es el nominalismo, y entenderá por qué andamos como andamos.
Y Mons. Schneider magnífico como siempre, él sí es un digno sucesor de los apóstoles.
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V.G.: La primera frase no es mía, ojo, sino de muchísimos santos, y a mí también me cautivó desde chica.
Pues mira, lo que tú me dices es lo mismo que pienso de ti.
En lugar de acoger las palabras de Francisco, que como bien dices no es solo Obispo de Roma, sino el El Papa, El Sumo Pontífice, te acoges a las palabras, a los colores de este Obispo porque entra más en tus gustos no te diré personales pero si teológicos o eclesiales.
Pues no debemos darle mayor respeto a su Santidad El Papa Francisco, que es dirige la Iglesia.
Y digo yo, sin ánimo de ofenderte, que de Magisterio sabrá algo más que tú y yo Francisco, humildemente.
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V.G.: Oli, una razón católica no vale por quién la enuncia, sino por ella misma; por esta razón le digo que su postura es nominalista: algo no es bueno porque lo diga el Papa. Yo no me acojo a mis "gustos" teológicos porque en materia de moral católica y de Revelación (esto es Sda. Escritura y Tradición, a cuyas fuentes debe ajustarse todo Magisterio legítimo, no según mi parecer, repito, sino según el Catecismo) no se trata de opiniones sino de obediencia de la fe.
No se falta el respeto al Papa por señalar una verdad que públicamente está siendo opacada, sino en todo caso, se lo está corrigiendo caritativamente.
¿O cree ud. que San Pablo le "faltó el respeto" a San Pedro cuando lo corrigió en el Concilio de Jerusalén? Cuidado porque al mismísimo San Pedro Nuestro Señor hubo un momento en que le reprochó tener los pensamientos de este mundo cuando quiso que evitase la Cruz, y ya Pedro era el Papa.
La explicación que Mons. Schneider realiza no es por estar "contra" el Papa en lo más mínimo, sino por cumplir su oficio de pastor, siendo fiel al depósito de fe transmitido a los Apóstoles y a sus sucesores.
No quisiera añadir nada más, ni convertir tu blog en un debate entre tú y yo. Solo permiteme decirte que el Magisterio también proviene del sensus fidei. Lo has omitido.
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V.G.: Gracias, Oli. Más a mi favor entonces. Cada día hay más gente sencilla de todo el mundo que se da cuenta de que hay muchas cosas que "no cierran"...
Por muchos años tuvimos la fortuna de contar con Papas bastante ortodoxos y sumamente cuidadosos en sus declaraciones y actitudes. Nuestro Papa actual parece olvidar que Cristo lo llamó a ser vicario Suyo, sucesor de San Pedro, pastor supremo de la Iglesia y ya no simplemente el Jorge Mario Bergoglio civil, que expresa sus opiniones y sigue su agenda personal por peregrinas que sean.
Ojalá él mismo tomara conciencia y cuidara más sus declaraciones. Hace años se solía decir que "la palabra es plata, pero el silencio es oro".
El Papa San Juan XXIII comentó en alguna ocasión que se le había ocurrido convocar al Concilio mientras se afeitaba. Le pido al Señor que nuestros pastores en adelante sean menos de ocurrencias y más de fidelidad al Señor, de estudio y trabajo cuidadoso.
Esto va de ser fieles a Cristo. Va de no ser cómplice de la depravación concediéndole amparo legal. Va de hacer caso a San Pablo cuando nos dice que si alguien nos anuncia otro evangelio, aunque sea él mismo o un ángel del cielo, debemos decir anatema.
Se llama "situaciones convivenciales de ayuda mutua". El Código Civil catalán las describe del siguiente modo: «DOS O MÁS personas que conviven en una misma vivienda habitual y que comparten, sin contraprestación y con voluntad de permanencia y de ayuda mutua, los gastos comunes o el trabajo doméstico, o ambas cosas, constituyen una relación de convivencia de ayuda mutua» (Art. 240-1).
Dichas unidades convivenciales las pueden constituir «las personas mayores de edad unidas por vínculos de parentesco en línea colateral sin límite de grado y las que tienen relaciones de simple amistad o compañerismo, siempre y cuando no estén unidas por un vínculo matrimonial o formen una pareja estable con otra persona con la que convivan», admitiéndose HASTA CUATRO convivientes, cuando no son familia, e ILIMITADOS, cuando lo son (Art. 240.2). [POR EJEMPLO, TRES TIAS CON SUS DOS SOBRINAS ADULTAS]
Estas situaciones ofrecen una protección interesante a quienes forman parte de ellas. Entre las principales atribuciones, podemos citar el derecho a permanecer en la vivienda del que fallezca durante seis meses, el derecho a subrogarse en el contrato de alquiler en este caso, o el derecho a una pensión sobre la herencia del fallecido durante tres años (Art. 204- 6 y 7).
Puede leerse en:
eldebatedehoy.es/noticia/familia/22/10/2020/uniones-civiles-papa/
Yo añado que se puede aplicar a la poligamia (y la ex-poligamia), al menos en una primera fase. Cuando un polígamo en África se hace cristiano, él (y la Iglesia, la familia, los catequistas y ancianos) deciden cuál es su verdadera esposa, pero sigue teniendo una responsabilidad con respecto a las otras mujeres, de darles techo, manutención, protección, etc...
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V.G.: En primer lugar, no podemos equiparar las uniones naturales (tías y sobrinas) con las contranatura. Y en segundo lugar, lo principal que no puede ser puesto en un segundo plano: NO podemos, como católicos, aprobar situaciones que constituyan ocasión próxima a pecado per se, como es la convivencia homosexual. Si el riesgo de condenación de un alma nos parece pura añadidura, es que hemos perdido la brújula en algún atajo.
Luchar por abolir el derecho a cohabitación de una pareja homosexual es apropiado porque es pecado y es escándalo y es inmoral, pero por qué no se lucha por abilir el derecho a cohabitación de parejas heterosexuales, que son mayoría, si es igual de pecaminoso, escandaloso e inmoral?
Tal vez la respuesta es que esos que luchan se han acomodado al ritmo de los tiempos, se han acomodado al mundo. Ya no paga tanto (porque todos han acogido con tolerancia) pelear para que le quiten derechos a las parejas heterosexuales extramatrimoniales. De eso ya nadie duda de que es un derecho adecuado. Ahora paga más ir contra los homosexuales, que son minoría?
Avisar a nuestros hermanos metidos en el fango de la homosexualidad para que puedan salvar sus almas y vivir en obediencia a Dios y en la Verdad es el objetivo. Sin juzgarles en lo personal (sólo Dios sabe sus difíciles circunstancias de vida, sus experiencias en la infancia, etc), pero juzgando seriamente el comportamiento homosexual activo en sí mismo que ellos llevan a cabo, algo antinatural y pecaminoso SIEMPRE, como afirma la doctrina católica.
En cuanto a la frase del Papa, claro que Monseñor Schneider tiene razón, y que es un alivio y una tranquilidad comprobar cómo en la Iglesia hay valientes que abren estos debates y proclaman la Verdad sin miedo. Sin embargo creo de nuevo que la ambiguedad es el problema (como siempre), y que en este caso se puede interpretar la ambigüedad también de una forma neutra (que una ley de convivencia civil sin relación con la vida sexual puede ser algo útil para algunos), estirándolo un poco, sobre todo con lo de "que estén cubiertos", pero uno puede decidir entenderlo neutramente. Creo que la ambigüedad en sí misma no es herejía (la herejía es defender persistentemente algo que va contra la doctrina de la Iglesia, pero en la ambigüedad no se defiende nada, aunque haya una gran responsabilidad en cuanto a los efectos negativos del doble sentido). De nuevo constato que nuestro Señor Jesucristo gobierna Su Iglesia, y que el Papa es tan solo el vicario de Cristo, con la misión de confirmarnos en la fe y en la Verdad, y que ni siquiera el papa puede cambiar ni una coma de la Doctrina católica, y si lo intenta incumple gravísimamente su misión y deberá rendir cuentas por ello.
2. Por Su Espíritu se ha encarnado el Logos para hacernos compañía y comunicarse con nosotros por medio de Su Palabra eterna, pero más que como Palabra como Razón que es la Verdad de la Caridad.
3. Por Su Hijo Encarnado el género humano ha sido Reconciliado por el Perdón del Padre. Misericordia que es la Justicia de la Caridad.
4. Caridad, Bondad, Verdad y Justicia que es la Belleza de Dios.
5. Belleza que es Camino de perfección al Cielo.
6. Cristo es la Verdad, el Camino y la Vida.
7. (Gen 3; Mt 19) El Logos habla claro como el agua y no da lugar a confusión. Confusión que tiene su origen en el mal espíritu.
Por amor a la verdad, porque es obvio que ser obispo en Kazajastán no está en la agenda de ningún carrerista eclesial. Y amor a las personas objeto de esta carta, porque se pone la mira en la salvación de sus almas, y no en otra consideración mundana.
Como monseñor expone sus argumentos, contra ellos, otros argumentos. Cuando empezamos con "yo me quedo con el papa", "más humildad (¿¿??)", "no te quedes con tus colores" y paupérrimos lugares comunes semejantes, es que no hay argumento alguno, y lo que hay son pobres excusas para justificar el apartamiento de la propia conciencia de las verdades de la fe, pero sin querer reflexionar sobre la conclusión lógica que ello provoca: que uno ha dejado de ser católico.
Aquí lo preocupante es quién está dando continuamente coartadas para ese tipo de restricciones mentales.
La Iglesia también ha opinado sobre esos otros temas en los países católicos. Sólo te diré que el partido AP de Fraga (luego PP) se opuso en los años 80 a la aprobación de la ley del divorcio (con Franco estaba prohibido), y los obispos de entonces se manifestaron públicamente en contra del divorcio civil con mucha contundencia. Recordemos que España en esos años era abrumadoramente católica, antes de estos horrorosos 40 años de malvada y diabólica ingeniería social.
Además el tema aquí no es de doctrina, que está clara, sino una aparente defensa de lo que pareciera un mal menor (que ciertas parejas homosexuales tengan unos derechos económicos similares al matrimonio verdadero entre un hombre y una mujer), pero que lamentablemente podría legitimar legalmente y socialmente un mal pernicioso para las almas. La familia tiene unos derechos innatos debido a su naturaleza esencial, y usar esos derechos para algo que no es familia no es neutro... ni socialmente, ni moralmente.
Hay que tener en cuenta que la homosexualidad no es sólo fornicación, sino fornicación antinatura. Es especialmente grave. Estamos en unos tiempos en los que se quiere dar a la homosexualidad rango de pura elección personal, llamándolo "nuevas formas de familia" y cosas así. La familia natural no atenta contra la ley natural, la homosexualidad sí. Hay muchas cosas que la Iglesia no critica expresamente a diario (quizás porque casi todo el mundo conoce su opinión), pero tampoco las justifica por no insistir en ellas.
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V.G.: Oli, te agradezco tu aclaración, no te preocupes. Creo que en el último comentario hay un mal entendido, pero no lo publiqué para no acentuar la polémica ni echar "leña al fuego". Pidamos mucho unos por otros.
Yo me refiero no a los infieles. A los que directamente ni se casaron. Ni por civill siquiera, ni por Iglesia. Están en fornicación permanente, cohabitan bajo un mismo techo, en un mismo lecho.
Quienes no van a misa sin ninguna justificación. Pecado mortal. Aprovecharse de los inocentes. Pecado mortal. Avaricia: pecado mortal.
Tan mortal unos como aquél primero y todos mucho más numerosos, por diferencia geométrica, que el pecado de vivir en pareja homosexual.
Pero de nuevo: lo que el mundo ya ha aceptado, no paga titulares. Sigamos con el único cantito que conocemos. Que sabemos que si nos metemos con todos los pecados, perdemos lo poco que nos queda.
Entiendo que reconocimiento de las uniones civiles avoca a una posterior regulación del matrimonio entre personas del mismo sexo. Esto es lo que ha ocurrido por lo menos en nuestro país.
Hay políticos y periodistas católicos que dicen es admisible que ordenamiento regule una unión civil siempre que no se llame "matrimonio". Pero la doctrina de la Iglesia no viene diciendo tal cosa.
Me sorprende que quienes han cuestionan la doctrina de la infalibilidad del Papa cuando habla "ex catedra", defiendan ahora por tal fragmentos de declaraciones informales, sacados de contexto y que no revisten solemnidad alguna para considerarse una declaración "ex catedra".
En toda España están reguladas las "parejas estables no casadas" y el "matrimonio homosexual" y que yo sepa solo este ultimo da lugar a derecho a sucesorios, pensión de viudedad....
Por lo demás, es erróneo decir que es igual de pecaminoso el amancebamiento a favor de natura que el amancebamiento contra natura. Este último añade una especie de mayor ilicitud derivada de su aninaturalidad. El desconocimiento de estos conceptos básicos de toelogía moral proviene de que esa disciplina ha dejado de enseñarse a los fieles, y casi que también a los sacerdotes en formación, siendo una de las causas de la apostasía generalizada y la confusión en moral de los que todavía quieren permanecer fieles pero no se forma por su parte.
Que qué tiene que ver? Todo. Es una persecución. Si delante de sus narices pasan muchísimos más pecados mortales, en inmensa mayoría, y sólo se frena a buscar hacerle la vida difícil a una minoría es porque, evidentemente, es una persecución. Quiero resaltar eso: la hipocresía. La falsa postura de "miren qué moral que soy" cuando realmente levantan esa bandera moral sólo en el caso de los homosexuales. En el resto, ya ni se habla.
Sería más creíble que realmente tienen un interés cristiano legítimo si hicieran campaña activa, con tanta energía como la que ponen en el tema homosexual, para el resto de las "inmoralidades". Lo digo realmente. Sino, se deja ver que realmente no les importan los otros, es solo uno de los pecados el que les molesta.
El interés que me mueve es el de destacar lo direccionado y discriminatorio que resulta que se ataque a una minoría, porque es más fácil mientras se tira la toalla, se acobarda y ya no se discuten otros temas, justamente porque la mayoría de la gente lo da por resuelto. Como dará por resuelto este tema en las décadas venideras.
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V.G.: Perdón Alejandra, pero aquí intervengo porque creo que, aunque comprendo su reclamo y también comparto el interés de que se condenen todos los demás pecados ante los que parecen haberse bajado los brazos, sí creo que es necesario el énfasis en éste. Lo creo porque la ideología de género es tal vez la "punta del iceberg" no sólo de una mentalidad que sacraliza los pecados, sino por la virulencia de la militancia en pro de ese pensamiento único, en el que ya no es sólo pecado sino que arrastra con él una multitud de aberraciones. Así como la unión libre conlleva la anticoncepción, aquí va anejo también la adopción por parte de homosexuales, el abuso infantil, la manipulación genética en el intento de hormonización para los "trans", incluso en niños, etc.etc.etc. Ni hablar de la ofensiva desde la educación, no sólo pidiendo ·tolerancia" sino promoviendo las bondades de la homosexualidad desde los primeros años.
Dentro de la Iglesia, finalmente, no puede dejar de tenerse en cuenta lo denunciado hace años por el p. Ocko sobre la "homoherejía", y que constituye un verdadero interés por cambiar sustancialmente la doctrina de la Iglesia en materia de fe.
En suma, comprendo su protesta ante muchas personas particulares que sólo reaccionan ante la prédica de homosexualidad disimulando otros pecados ya "instalados" en la sociedad, pero creo que en este momento, como Iglesia, esta es una batalla puntual que hemos de dar específicamente, por el bien de tantísimos hermanos nuestros que están siendo gravemente confundidos por una propaganda mucho más intensa que con respecto a otros temas. Espero se me comprenda.
-- "El infiel, el concubino, el avaro o el católico no practicante, no obligan a nadie a aceptar lo que ellos hacen"
Sí, de hecho sí lo hacen. Hay leyes que le dan derechos a las personas para que usted y yo debamos, so pena de castigo, respetar el derecho a que existan concubinos, avaros y no practicantes. De sentido común, tanto como la obligatoriedad de respetar a dos personas del mismo sexo que quieran vivir juntos en pareja. Ni mas ni menos derecho.
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V.G.: Rafaelus, lo remito a la respuesta de J.I.Amorós: la contranatura agrega una cuota de malicia y perversión que excede con creces a los pecados capitales. Nuestra Señora en Fátima dijo que la lujuria era uno de los pecados que más almas arrastraba al infierno, y esto no puede sernos indiferentes. Por otra parte, el odio diabólico a la naturaleza humana se ceba especialmente en la promoción de la contranatura, y esto también debe hacernos pensar en su gravedad específica.
Esta discusión y este artículo no tratan de qué pecados tienen mayor rango ó de hacer una lista de pecados etc, sino de un documental donde se da eco a unas frases polémicas sobre las uniones civiles con rango de matrimonio (en cuanto a derechos) y que son demandadas por las personas que practican la homosexualidad. Es lo que toca ahora, hablar de este tema en los comentarios de este blog... nadie niega que esos otros pecados sean también muy malos (sobre todo por la ofensa a Dios y el castigo para el alma del que peca), simplemente hoy el tema es otro. Mañana podemos hablar de la apostasía, el abandono del matrimonio católico, la promiscuidad ó del aborto (que es gravísimo y monstruoso) Ningún problema.
En relación a este tema, tengamos en cuenta que hoy se quiere legitimar en todo el mundo la homosexualidad como una opción sexual igual que la natural, cuando es contra natura y cuando Dios nuestro Señor destruyó las ciudades de Sodoma y Gomorra, haciendo llover fuego del Cielo y volviéndolas cenizas (un castigo único en la Biblia, todo un signo)... porque sí, la homosexualidad es un pecado especialmente grave, no es una opción personal más, como enseñan en los colegios y en los medios de comunicación.
Aunque todos los pecados mortales rompen nuestra amistad con Dios y en caso de morir en ellos sin arrepentirnos nos vamos al infierno, a su vez el infierno tiene también niveles de oscuridad y sufrimiento.. este pecado es realmente grave, aunque Dios nuestro Señor tenga en cuenta todas las circunstancias y eximentes de la vida de cada uno, de eso podemos estar seguros. Por supuesto no es el único pecado grave, ni muchísimo menos, simplemente hoy toca hablar de él por el documental, las declaraciones de Schneider y la autora de este blog.
Y nos recuerda que la homosexualidad no es una opción de gente que se "quiere" (como si fueran hombre y mujer), sino una grave ofensa a Dios.
Además, la población homox no es más que un seis por ciento, según estadísticas católicas, por lo que no sería tan grave la pérdida demográfica más considerando que esa gente no procrea.
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V.G.: Lo que sostiene es tan ridículo que dudé en publicarlo. No veo razonable establecer una dialéctica entre los diversos pecados, y simplemente le pido que con un poco de sentido común, se ciña al tema de ESTE post. Parece una perogrullada tener que explicar que cuando uno se refiere puntualmente a un tema (sea pecado o lo que fuere) no implica que todos los demás temas del universo sean subestimados ni considerados irrelevantes, pero lamentablemente los hombres nos manejamos con un límite espacio-temporal que nos impide tratar todo a la vez y con igual intensidad. En toda batalla, uno trata de responder a las agresiones de donde vengan, sin que esto signifique desguarnecer los otros flancos.
A modo de síntesis, le diré que como católica, quiero la salvación de todos los hombres, y combato todo lo que los aparte de eso. Por tanto, la promoción y "defensa" de cualquier pecado, haciéndolo pasar como "derecho" me parece de todo punto repudiable.
Buscando un punto medio en matiz algo más suave, la legislación de uniones igualitarias o libertarias se propone como una opción, para los homox, menos riesgosa y sórdida que el modo gay de vida, además de menos escandalosa para el público, porque provoca más escándalo gente viciosa exhibiéndose en las calles, estropeando los valores económicos del vecindario, que sus convivencias de pareja en vida privada registrada por ley que, por lo tanto, sería también mejor para el bien común, ya que tanto daña el escándalo. También se puede intentar curarlos pero la ciencia desmiente la eficacia de las terapias propuestas, a menos que sean alternativas científicas modernas para obedecer mandato bíblico de suplicio, como se practicó en la Unión Soviética sobre esas personas, pese al ateísmo del sistema, además de sobre muchos otros tipos de disidentes. Un hospital puede funcionar como centro de tortura y ejecución, sin dejar de ser hospital.
Como ve, permanecemos en el tema.
Gracias.
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V.G.: Estimado Rafael, el pecado que Dios no perdona es el que se comete contra el Espíritu Santo, no el de sodomía. La gravedad intrínseca de ésta radica especialmente en su condición contranatura, y es en este sentido en que se dice que es mucho más grave que otros, no el más grave absolutamente.
En cuanto a que Dios no condenó este pecado, es una falacia, pues el Decálogo en el 6to. mandamiento condena precisamente los pecados de impureza. Por otro lado, es preciso tener en cuenta que TODOS los libros que componen la Sda. Escritura son Palabra de Dios por ser divinamente inspirados, y hay numerosos pasajes de condena de la homosexualidad.
En cuanto al aborto, no se justifica en NINGUN caso, sea el que fuere, porque el niño no nacido siempre es inocente.
Y con respecto a las terapias para su cura, existen eficaces y probadas, como lo señala por ej. Richard Cohen y la experiencia de muchos profesionales a los que actualmente en muchos países se les impide ejercerlas, por presiones ideológicas. Para quienes por h o por b no tienen posibilidad de acceder a medios de curación, deben comprender la eficacia de la Cruz, lo mismo que quienes sufren otras cruces de las que no pueden librarse, sobrenaturalizando su situación. En este punto, como Iglesia, creo que debemos poner el acento, sin divorciar nuestra fe del "día a día", sea éste del color que fuera.
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