(276) San Rafael, ¿“excesivo cuidado” con la Eucaristía? (con reflexión del p. Carlos Spahn)
¡Ay del mundo por los escándalos! Es inevitable que haya escándalos; pero ¡ay del que los provoca! (Mt. 18,7)
Los ministros sagrados no pueden negar los sacramentos a quienes los buscan de manera razonable, están dispuestos correctamente y la ley no les prohíbe recibirlos. (Cód. de Derecho Canónico can. 843 § 1; cf. lata. 915)
Por lo tanto, cualquier católico bautizado que no esté impedido por la ley debe ser admitido en la Sagrada Comunión. Por lo tanto, No es lícito negar la Sagrada Comunión a ninguno de los fieles de Cristo únicamente por el hecho de que la persona desea recibir la Eucaristía de rodillas o de pie. (Instr. Redemptionis Sacramentum, 91)
“Cuando no se tiene a Cristo como único Señor a Quien vale la pena servir, se sirve a señores que dan pena" (Mons. León Kruk, fundador del Seminario)
Hace unas semanas una gran parte de la Iglesia en Argentina viene sufriendo una persecución que no por esperable o repetida duele menos, y que ya no se queda en la desacralización de la liturgia (porque ésta ya de facto parece abolida en muchos sitios), o en el desprecio de los templos (convertidos en alojamientos “generosos” para fantasmas enfermos de Covid que nunca llegan), sino que apunta directamente al corazón: a sus sacerdotes y a Nuestro Señor Sacramentado.
Y no estamos en paz con nuestra conciencia si callamos ante la escandalosa situación de hostigamiento que muchos pastores (no sólo el de San Rafael) vienen aplicando sobre ciertas porciones de la grey a ellos confiada, aprovechando el diabólico circo montado en la Argentina bajo pretexto de “salud pública”. La misma cínica pantalla que se ha utilizado para aprobar el crimen del aborto en la Ciudad de Buenos Aires del modo más brutal, y que de parte de nuestra Jerarquía no ha tenido más que una tímida y vergonzante protesta (en la que se pueden leer incluso frases como que “contradice las garantías constitucionales”; “no estamos en contra de los derechos de la mujer”; “entendemos los argumentos que abordan el aborto como un tema de salud”; “comprendemos que está en juego la salud”, etc).
Lo cierto es que así como el Soviet argentino se jacta de “cuidarnos” mientras asesina a nuestros hijos, ciertos miembros de la Jerarquía alardean de paternidad mientras ostentan un odio sin disimulo ante gran parte de sus fieles, cuando éstos profesan una fe que huela a “tradicional”, y que se pone de manifiesto especialmente en el modo de comulgar.
Odio sin disimulo, sí, porque no puede explicarse de otro modo lo que viene sucediendo en San Rafael, y aunque no quisiéramos ceder a la evidencia, la realidad es que se está tomando a Nuestro Señor Sacramentado como “rehén” para un auténtico abuso de autoridad, que dista kilómetros de ser tenida por pastoral y mucho menos paternal.
Hace años un querido sacerdote, ante una consulta sobre la presunta desobediencia de un hijo de ciertos padres rigoristas, lo justificaba sosteniendo que en el caso de estos padres lo encerraran en un placard, si éste quebrara la cerradura para poder respirar no habría que tomar ese acto como desobediencia sino como supervivencia.
Y bien; si las relaciones de autoridad y obediencia deben estar regidas por el Cuarto Mandamiento, como señala el Catecismo de la Iglesia Católica (Cf.n.2199, 2212), es cierto que “el respeto filial favorece la armonía de toda la vida familiar”, y por extensión debe entenderse dentro de la comunidad diocesana. Pero no es menos cierto, entonces, que como una familia, es de esperar que la Iglesia sea “un lugar apropiado para la educación de las virtudes”, y ésta “requiere el aprendizaje de la abnegación, de un sano juicio, del dominio de sí, condiciones de toda libertad verdadera.” (Cf. Catecismo de la Iglesia Católica 2223). Cabría entonces aplicar a los Obispos lo que el Espíritu Santo aconseja por boca de San Pablo:
«Padres, no exasperéis a vuestros hijos, sino formadlos más bien mediante la instrucción y la corrección según el Señor» (Ef 6, 4)
No parece ser “según el Señor” una corrección que luego de privar a una diócesis de un Seminario floreciente -no sólo en cantidad de vocaciones sino en su calidad-, viene ahora a lanzar una Amonestación Canónica -Prot.314/20- a un grupo de prestigiosos y prudentes sacerdotes que obedeciendo a la imposición de la comunión en la mano, habían sin embargo previsto un modo que salvaguardara el debido cuidado con las partículas de Nuestro Señor, y a la vez la conciencia de los comulgantes, proveyendo una suerte de corporales particulares para recibir la Comunión, -señala irónicamente el obispo:- “con el objeto de ‘cuidar las partículas’ que pudieran desprenderse de la hostia recibida”.
Esa obediencia no fue suficiente para el administrador de la diócesis mendocina, a tenor del texto que les dirige, y llama nuestra atención su ira, más preocupada por salvaguardar su dignidad de príncipe de la Iglesia, que por la honra del Rey de Reyes. Señala en su Amonestación el obispo:
“Repruebo esa innovación y dispongo que cese de inmediato.Por el contrario, los exhorto a que la comunión sea distribuida y recibida conforme a las indicaciones de la Conferencia Episcopal Argentina, que también están explicadas en videos puestos a disposición de la Diócesis (…) ¿quiénes son ustedes para enmendarle la plana a las disposiciones de la Conferencia Episcopal Arentina o al resto de los obispos del mundo, o a los papas santos que restablecieron esa modalidad de comulgar en los últimos cincuenta años…?”
Y por si no hubiera surtido efecto semejante amonestación, amenaza más adelante:
“Si así no lo hiciera alguno de ustedes, me veré obligado a tomar medidas que pueden incluir el retiro (o la suspensión) de las licencias ministeriales”
Apena profundamente el la megalomanía que parece asomar en estas frases, por el escándalo que supone para los más sencillos, sobre todo cuando es vox populi que en su prédica “paternal” no ha vacilado en decir que “usaría como papel higiénico” las apelaciones y recursos de amparo que muchos fieles le presentaron entre lágrimas. Ni hablar del episodio con la niña de 7 años llorando, a la cual llevó a la sacristía para decirle que su madre le había enseñado mal la fe.
Hoy nos enteramos de la incondicional muestra de apoyo de la Conferencia Episcopal, y con todo dolor, no podemos sin embargo ver un pez donde los cinco sentidos nos denuncian a un gato. Es paradójico que mientras cierta Jerarquía exige obediencia ciega a su autoridad, no podamos sin embargo compartir con ellos la misma fe íntegra en la Presencia Real de Cristo en todas y cada partícula de Su Cuerpo y Sangre. Efectivamente, si hemos de ir a la raíz de la cuestión, hay que decir que más de uno de ellos sostiene que “si no se ven partículas, no hay Presencia", y por tanto los cuidados que la Tradición recomienda con la Eucaristía serían excesivos.
Nos preguntamos entonces, en este tiempo en que tan “de moda” está la denuncia de los abusos sexuales por compasión obligada con las víctimas, si no cabría lo propio ante los abusos de autoridad contra la fe de los sencillos, que también son víctimas, y a quienes todavía se procura amordazar para “no hacer olas”.
Al intento de acallarlos, cabría responder con Santa Catalina de Siena, “¡¡Gritad con cien mil lenguas, que por haber callado, el mundo está podrido!”.
Valga este testimonio de Andrea Greco de Álvarez como portavoz de los miles de testigos de una diócesis que enorgullece a toda la Argentina.
Demos un paso más, entonces: ¿si no compartimos la misma fe, de qué unidad estamos hablando? Y si tanto pregonamos la “hermenéutica de la continuidad", ¿por qué tanto encono con los que profesamos la fe tradicional? ¿Acaso no es la misma?…
Quisiera suplicar humildemente un poco de coherencia, porque si algo creo que honra a la Iglesia es la posibilidad de razonar…¿o vamos caminando imperceptiblemente hacia un franco fideísmo protestante, en que se asiente a la voz de los “jefes” sin chistar, aunque éstos contradigan por su parte toda instancia superior, como pueden ser la Escritura, Tradición y Magisterio precedente? 
Una y otra vez resuena en muchas conciencias la inquietud de hasta dónde es exigible callar y someterse aboliendo razón y fe católica, cuando cada día que pasa hay pastores que -¡Dios no lo quiera!- tal vez conduzcan a sus fieles a rendirse al mismísimo Anticristo, confundiendo la virtud con la impostura.
Por amor de Dios: formulo preguntas como hija de la Iglesia que no son sólo mías, y que no creo haya que descartar sin más, tachándonos de irreverentes.
En un momento en que tanto se alardea del “respeto a las conciencias” al punto de que los misioneros se abstengan de evangelizar y se entronicen los ídolos paganos en altares consagrados al Dios verdadero, ¿qué hacemos cuando las conciencias se resisten fuertemente a plegarse a las propuestas del mundo y la masonería, ya con plena carta de ciudadanía eclesial? ¿sólo en esos casos hay que acallarlas, aunque nos griten dentro, a voz en cuello?
¿Acaso no es caridad filial hacer ver a un padre, pastor o maestro que marcha hacia el abismo, cuando esto es cada día más evidente, como que el rey está desnudo? No podemos olvidar que contra la obediencia se puede pecar no sólo por defecto sino por exceso, y que incluso puede revestirse de virtud lo que no es sino el vicio del respeto humano, que cuida el buen nombre propio y no la gloria debida sólo a Dios.
En época de la Revolución Francesa hubo también obispos juramentados, y sin embargo había santos que dieron hasta su sangre por mantenerse fieles a la Contrarrevolución; ¿esos martirios ya no son válidos, o acaso su testimonio ha dejado de ser ejemplar, cuando es cada día más notoria la connivencia con poderes de este mundo?
Por supuesto que hace falta más penitencia y reparación, porque es evidente que sin ayuno y oración, hay demonios que no ceden. Pero sin anuncio y denuncia, habrá ojos que no se abrirán nunca. No creo que la fe viva deba ser anestesiada.
Creo en el Juicio, y que El nos puede pedir cuentas de la verdad silenciada.
Agradecemos finalmente al p. Carlos Spahn sus palabras justas y prudentes sobre la cuestión:
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26 comentarios
Quiera Dios no tenerselo en cuenta.
Aunque para ello será necesario que se arrepientan y desistan del mal que se proponen perpetrar.
Es interesante la referencia del Obispo a la modalidad de la comunión en la mano restituida en los últimos 50 años.. Habría que comentarle caritativamente que la Santa Iglesia tiene algunos años más, y que sin tener esos años en cuenta no se es católico. Dios quiera que se termine este abuso de autoridad, contra estos Sacerdotes fieles y contra Nuestro Señor, pronto.
Si el falso profeta reinase en el Vaticano e impusiese abolir la Eucaristía, como nos avisó Daniel, no tengan duda alguna de que la inmensa mayoría de los jerarcas se someterían y se convertirán en cómplices del AC.
Pues bien, este episodio de San Rafael tiene toda la pinta de ser un paso decisivo en esa dirección: hace falta que los fieles dejen de adorar al Señor recibiéndolo en la mano, como una comida al estilo protestante. Luego de eso será mucho más fácil crear e imponer a la catolicidad una liturgia ecuménica sin transubstanciación (como la Virgen le dijo al padre Gobbi) para quitar la Eucaristía. Estamos a punto.
Recuerden: muchos cardenales, obispos y sacerdotes van por el camino de la perdición y arrastran consigo a muchas almas. A la Eucaristía se le da cada vez menos importancia (Garabandal).
Por la desobediencia del hombre, entró el pecado y por el pecado la muerte. Era necesaria la obediencia de uno hasta la muerte para rescatarnos de la muerte.
Lo que nos salva es la obediencia de Cristo hasta la muerte. El problema siempre ha sido la desobediencia.
Mi respuesta:
«Habiendo peligro próximo para la fe, los prelados deben ser argüidos públicamente por los súbditos. Así, San Pablo, que era súbdito de San Pedro, le arguyó públicamente»
(Santo Tomás de Aquino, Comentario sobre la epístola a los Gálatas 2, 14).
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Es realmente peculiar que en la Iglesia de la sinodalidad por tierra ,mar y aire, de la democracia a todos los niveles, de la responsabilidad de los laicos, de bla, bla, bla, se produzcan actos tiránicos como el que ha tenido lugar en San Rafael.
Llevamos viendo desde hace medio siglo cómo los liberales revolucionarios (progres), hacen y deshacen lo que les da la gana sin que, salvo ocasionales sanciones de poca monta, les pase nada. Abusos litúrgicos, herejías de todo tipo, conferencias y congresos de apostasía, etc, etc. Viven en la impunidad más absoluta. La que les han permitido los liberales moderados (conservadores). El reparto de papeles les ha funcionado muy bien.
Y sin embargo, si a unos fieles y sacerdotes de "sensibilidad" conservadora, con algún toque tradicionalista, se les ocurre apelar al derecho que la propia Iglesia ha determinado sobre la forma de comulgar, caen sobre ellos los perros de la ira, los que profanan un ministerio ordenado por Dios para custodiar la fe y cuidar de su pueblo, convirtiéndolo en un instrumento de iniquidad y de persecución del rebaño de Cristo.
Como médico, afirmó que no es más peligroso comulgar en la boca que en la mano y probablemente sea más peligroso comulgar en la mano.
No hay evidencias científicas para denegar la comunión en la boca, es un derecho de los fieles y los Obispos que lo impiden cometen un abuso de autoridad y responderán por el, así como responderán si no predican la fe verdadera, la que la Iglesia ha mantenido desde un principio.
Hay muchos representantes de la Jerarquía, que se han retratado para mal en esta pandemia. Que horror cerrar las Iglesias sin ningún estudio científico ni epidemiológico que lo avale.
Asimismo el epidemiólogo que asesora al Gobierno español ha quedado y queda cada día retratado en su supuesto rigor científico en cada comparecencia. Y a este sujeto sigue nuestra jerarquía?.
Clamamos a Ti. Ven Señor Jesús.
Es decir, la Presencia depende de si el celebrante/comulgante lleva puestas las gafas o no.
¡ El progresismo es un cáncer que destroza el cerebro !
"Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre."
San Pablo; Carta a los Filipenses 2, 9-11
El mandato de San Pablo nos habla solo del nombre. Ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla. Qué nos diría el apóstol de los gentiles de cómo debemos actuar ya no solo ante el nombre, sino ante su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad?. Si tenemos fe, debemos arrodillarnos y tomar su cuerpo y su sangre directamente en la boca. A Dios solo lo debe tocar las manos consagradas de un sacerdote. Punto.
Ni pandemia ni virus ni cuento chino debe servir para alejarnos de Su Majestad Divina. Arrodillarse en la comunión es un acto de respeto, además de más cosas, y todas ellas importantes, con un valor incalculable a los ojos de Jesús. Evidentemente, hablo de personas físicamente dotadas para tal acto, no meto a gente con problemas físicos o ancianos.
Cuando Moisés se presenta ante Dios en el episodio de la Zarza ardiente, recibe un mandato: descalzarse, y se le da la razón: “el sitio que pisas es sagrado”. Está ante Dios. Ir calzado sería señal de dominio, de no humillación ante el Creador de cielos y tierra, y el hombre no puede dominar ni pisar el Misterio, sino ser atrapado por él, seducido por él. Arrodillarse ante Dios Eucaristía es tocar tierra, humillarse y situarse con humildad ante el Misterio de Dios.
El reconocimiento de la presencia de Dios pide, exige un signo de adoración y sumisión. El murió entre tormentos e ignominias por nosotros, por nuestra salvación. Este Hombre Dios, digno de todas las Adoraciones y de los homenajes de los Ángeles y de los hombres es Aquel que por nuestro amor se hizo como un leproso, escarnecido y humillado, colmado de oprobios y pisoteado como un vil gusano..... Y vosotros, miedicas desagradecidos, ingratos cuya ingratitud clama al Cielo, con vuestros guantes, vuestras estúpidas mascarillas, vuestros geles hidroalcolicos y vuestra sumisión al poder político y a la falsa obediencia a un Falso papa y Falso Profeta lo volvéis a pisotear.
Se encontraba San Juan de Ávila asistiendo a misa. El cura que la estaba dando, algo despistado, falto de concentración y probablemente con la cabeza y el corazón en otro sitio, no trataba el Cuerpo de Cristo en la Consagración con las debidas formas, a lo que el santo alzó la voz, y no calló lo que nosotros, los fieles a la Verdad eterna que sabemos que Jesús está ahí tampoco debemos callar: "Tenga usted cuidado con Él que es Hijo de buena madre".
Qué pensaría entonces San Juan de Ávila de la mayoría de las misas que se celebran hoy en día.? Se horrorizaria. Lloraría sin parar por ver a la Iglesia de Cristo convertida en un lugar de sacralizado. Seguramente más de un cura y un obispo acabaría con un ciriazo en la cabeza. Los santos de Dios siempre se han vestido por los pies.
Hoy parece que el diálogo con Moisés sería en este tono:
" - Moisés: - ¡Heme aquí Señor!.
No te quites las sandalias; la tierra húmeda está, no te me vayas a coger un constipado...."
HASTA DÓNDE PENSÁIS LLEGAR?!!
Yo no tengo dudas de lo que estar por venir, abolición de la Eucaristía incluida. Tampoco de que la mayoría de la jerarquía "católica" ya anda asquerosamente enfangada y obediente al espíritu del Anticristo. Está todo en el Apocalipsis. Y es de fe creer en lo que dice. Nos va la salvación en ello. San Juan no lo escribió por pasar el rato.
Xavier
El cierre de un Seminario diocesano, casa de formación de los futuros sacerdotes, que serán destinados a la atención espiritual de los fieles de esa misma circunscripción, o quizá, suele ocurrir a sostener a otras en precariedad de ministros es un hecho grave, fuere cualquiera de la dos causas posibles. A veces por falta de vocaciones, y eso no tiene cura, otras como en este caso por la criminal decisión del obispo, y más horrendo y delictiva aún, cuando viene avalada, y no quiero pensar mandada por la autoridad suprema de la Iglesia.
El Seminario es el semillero de los que serán después ministros del altar. Son los ojos de la diócesis se solía decir, el “útero” fértil de dónde nacen los cristos vivos para alimentar la fe del pueblo de Dios.
Cerrar el Seminario de San Rafael, es el acto más vil, escandaloso y abyecto que haya cometido este obispo diocesano.
Ha matado a la madre, ha abortado los frutos del Espíritu que obraba secretamente en el corazón de esos muchachos llenos de ilusión por hacer crecer el Reino.
Ha abortado el obispo a la madre de su diócesis, la matriz llena de vida, a la que lo mandaron a cuidar, y lo ha hecho para desgracia suya y maldición de Dios sobre su cabeza, y las de las autoridades vaticanas, que no dudo antes de lo pensado tendrán el peor de los castigos.
Si el obispo dijera como dice, absurdamente, que entre los sacerdotes que tiene “en toda la diócesis”, entre los cuales muchos hay licenciados y doctores, etc., no encontraba los que a su criterio son aptos para formar, los debiera haber buscado fuera, quizá en esa pandilla hoy corporativa que tiene de amigos de episcopado, porque también ellos con su palabra de ayer a través de la ejecutiva dictaron la sentencia de muerte del seminario, con lo que se convirtieron, aunque ya lo eran, en cooperadores del mismo crimen abortivo.
Qué dolor tan grande para la Iglesia y para Dios nuestro Señor, para la diócesis sanrafaelina, un obispo con actitud prepotente y criminal, que llega a decir algo tan vergonzante de su diócesis, de sus sacerdotes: "no tengo ni uno apto para el seminario", y me pregunto qué dirán ellos de su pastor siendo así despreciados, vilipendiados y menoscabados.
Qué autoestima pueden tener hoy los sacerdotes de San Rafael ante tantos años de escuchar esto, que hoy nosotros recién nos enteramos. Acaso, no habría que decir igualmente en este sentido análogo que el obispo es criminal del clero, que lo "psicopatea" para destruirlo y mantenerlo inane. Pobre obispo enano y con manos y corazón lleno de sangre.
Ahora venimos a saber cómo ha considerado a sus colaboradores, en qué concepto tenía a los que tenían que ser su esperanza: los seminaristas: desde el más viejo al más joven, ha dicho, todos piensan igual ¿Qué hizo este prelado para convencerlos de que estaban equivocados? No aprendió que en la voz de ellos estaba también al menos una parte de verdad.
Cuando el obispo Karlick se hizo cargo de Paraná, se dio una profunda crisis en el Seminario y en la diócesis, todos la conocemos, llegó a puntos impensables de escritos por todas las paredes del obispado y del seminario; hubo movimientos de autoridades, de seminaristas; pero no se cerró el Seminario, y todo el clero de Paraná se había formado allí al amparo y la vista aguda de Mons. Tortolo.
Si cada vez que haya una crisis hubiera que cerrar una institución, una parroquia, una diócesis, que fácil sería el gobierno de la Iglesia. ¿No habría que pensar que quizá siguiendo este ejemplo habría que suprimir la misma Congregación inepta que avala estos actos de desgobierno?
Triste destino el de Taussig para su vida espiritual, si sigue así es de temer que no le quede más que las penas del infierno; triste destino el de las autoridades vaticanas, ellos no merecen menos, y Dios es justo; triste destino el del episcopado argentino corporativo y mediocre, que al igual que a César apuñalan todos juntos a un Seminario lleno, para no ser nadie culpable, y todos los son: homicidas de un seminario, asesinos de almas nobles, asesinos del pueblo de Dios.
Dios no está enviando vocaciones, son escasas en todo el país, ¿Qué creen Uds. que el Señor hará después de esto?
Sacerdote argentino
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V.G.: Me disculpará, Patricia, pero no daré aquí propaganda a apariciones o mensajes que no cuenten con la debida aprobación de la Iglesia. Tenemos suficiente claridad entre el Apocalipsis y las apariciones aprobadas de Nuestra Señora, y aunque no objeto la que ud. refiere, al no tener conocimiento de todo el supuesto mensaje, me parecería muy irresponsable darle paso sin más.
2. Cuerpo místico unido ante la herejía, el error y/o el abuso de autoridad del Bien Común. No se puede ceder, no tengamos miedo.
3. El sucesor de los Apóstoles, el Obispo, debe servir a su rebaño en orden a la obediencia y satisfacción en Común Unión con Nuestro Señor Jesucristo mediante el Espíritu Santo a la Voluntad del Padre y Dios nuestro.
Ni Santa Gema Galgani en sus mas profundas mortificaciones se acercaba a ese amor por la obediencia del padre Jorge.
Muchas gracias Doña Virginia por su encomiable trabajo. Dios se lo pague.
Esto no califica como el denostado clericalismo del Papa? ¿Es este un abuso? Creo que este es enemigo del Papa. Aunque afirma haber recibido órdenes de una congregación para el ¿clero?...
Como dice un dicho muy popular en Argentina " no hay peor astilla que la del mismo palo" , duele mucho mas cuando el error surge desde dentro de la misma Iglesia y en este caso particular desde mi Iglesia LOCAL y de sus pastores que nos deberian confirmar en la FE los de aqui y los del Vaticano.
Le pido a Dios todos los dìas que me conceda las gracias que necesito tanto yo como mi familia para poder superar mis debilidades y poder seguirlo solo a El, ya que solo no puedo.
Pero me he propuesto no sólo crecer en la Fe sino en Fortalecer mi Esperanza y Caridad; pero no callar y decir lo que en conciencia creo que debo hablar, y enseñar.
Debemos RESISTIR
Con la oración
Con la acción
Instruyéndonos en la verdadera Doctrina y Tradición
Sin fanatismos
pero en todos los niveles incluso el económico,
Solo debemos apoyar a los que defienden la sana doctrina, leyendo y difundiendo sus enseñanzas y colaborando también Económicamente solo con ellos. Hace rato que dejé de colaborar por intermedio de los medios oficiales de la Iglesia y solo lo hago con aquellos que realmente SON de CRISTO y DE SU IGLESIA UNA SANTA CATÓLICA APOSTÓLICA.
Es mas, sugiero crear medios de ayuda paralelos a los oficiales, para los sacerdotes, obispos y religiosos que enseñen la sana doctrina.
Es lo que pienso aunque sé que me falta mucho pero si Dios me concede las gracias de acuerdo a su voluntad ....que ASÍ SEA
Saludos Cordiales
Y lo animo a que busque la nota que le mandó Monseñor Aguer al obispo Taussig, donde le expresa públicamente su desacuerdo en esta situación y lo hace responsable de la pérdida de estas vocaciones.
Gracias a todos los demás por sus palabras de aliento. No perdemos las esperanzas
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