(196) Nuevas firmas episcopales a la "Profesión de verdades Inmutables sobre el Matrimonio"; ¿Y qué esperan los demás...?
“Dios decide el tiempo, y llegará el tiempo en que el Papa y el episcopado proclamarán de nuevo, con toda claridad, sin ambigüedad y con belleza, la santidad del matrimonio, y de la familia, y de la Eucaristía” (Mons. Athanasius Schneider, 15/1/18)
Hace unos días, S.E. Mons. Marian Elegenti, Arzobispo Auxiliar di Chur, Suiza, y Mons. Elmar Fischer, obispo emérito de Felñdkirch -Austria- han añadido su firma a la “Profesión de verdades inmutables sobre el matrimonio sacramental” (texto completo aquí), del 31 de diciembre pasado, referida a la enseñanza y disciplina de la Iglesia respecto al sacramento del matrimonio y las condiciones limitadas (cf. Familiaris Consortio, nº 84) bajo las cuales los católicos divorciados civilmente y en una segunda unión, podrían recibir la absolución sacramental y la Santa Comunión. Dicha Profesión es una contundente respuesta a las normas pastorales promulgadas por algunas conferencias episcopales para poner en vigor el capítulo 8 de Amoris Laetitia, algunas de las cuales «aprueban tácitamente el divorcio» y las actividades sexuales ajenas a un matrimonio válido, constituyendo, al fin y al cabo, un “permiso para pecar".
Mons. Fischer encabezó el Centro Matrimonio y Familia de la diócesis de Feldkirch desde 1979 hasta 1990. Luego de haber servido como vicario general de la diócesis desde 1989, en 2005 el Papa Benedicto XVI lo nombró obispo de Felkirch, donde permaneció hasta 2011, retirándose a los 75 años.
Hasta el momento, pues, han firmado la Profesión, secundando a los tres primeros de Kazajistán, el Cardenal Janis Pujats (Arzobispo emérito di Riga), el Arzobispo Mons. Carlo Maria Vigano (Nuncio Apostolico emérito en los Estados Unidos), Mons. Luigi Negri (Arzobispo emérito de Ferrara), Mons. Rene Gracida (obispo emérito de Corpus Christi, Estados Unidos), Mons. Andreas Laun (Obispo Auxiliar emerito di Salzburgo), y los que mencionamos al comienzo.
Es decir, que entre unos 5.000 Obispos con que cuenta la Iglesia, 10 de ellos han firmado la Profesión de Principios inmutables, la cual expone con impecable claridad lo que cualquier católico debe sostener sin titubeos, con respecto al matrimonio y la familia.
Caben entonces algunas reflexiones, que como simple hija de la Iglesia comparto aquí con mis hermanos.
En primer lugar, una respuesta a quienes, en algunos comentarios sobre el tema, han expresado su frustración, presentando no sin cierta perplejidad, algunas observaciones: “¿qué mella puede hacer un puñado de obispos eméritos -es decir, jubilados- en defensa de la ortodoxia, frente a una horda de purpurados herejes y apóstatas que hoy asolan la Iglesia y que siguen arrastrando tras de sí a millones de almas, sin que se les oponga freno alguno?”
A esta -justa, pero a mi entender, demasiado humana- objeción, yo creo que pueden hacer mucho. Pueden, si Dios quiere, lo mismo que David ante Goliat…
Pueden emular ante quien tenga ojos para ver, la pobreza de Belén, y sobre todo, la desolación del Gólgota, donde sin duda se daba cita un puñado considerablemente menor de “adherentes”, entre muchos que oficiaban sólo de espectadores, aunque recibirían luego sus frutos de eternidad.
Por si quedara alguna duda, de paso, que es tiempo recio y de catacumbas para la verdad y la ortodoxia. Para saber que el lugar de los católicos fieles no está junto al mundo ni sabe de mayorías, que sin duda hoy preparan, para vivar con palmas, el aparente triunfo del Anticristo.
El propio Mons. Schneider, al invitar a todos los prelados del mundo a manifestar su adhesión, se ha referido a la escasa respuesta recibida, señalando que «desde un punto de vista humano es un fenómeno lamentable que tantos prelados guarden silencio» o incluso condenen a los firmantes, agregando que
«…Sin embargo, muchas veces en el Reino de Dios, las cantidades no tienen importancia. Con frecuencia en la historia de la salvación, en la historia de la Iglesia, Dios se ha valido de un número pequeño para promover su Reino en momentos muy difíciles.»
«Nuestra conciencia de obispos nos llama a hacerlo –explicó–. Es una obligación de conciencia, como sucesores de los apóstoles y hermanos del Papa.»
¡Qué gran pequeño Signo -¿como el de las bodas de Caná…?- son estos pocos pastores 
fieles!… Pero hay que admitir que entre éstos y los Judas, hay todavía seguramente unos cuantos -¿cientos?- que adhieren también de todo corazón a la Profesión , que dan testimonio de ello en su diócesis, en sus cartas pastorales, y sobre todo en su conciencia frente a Quien los eligió hace rato pidiéndoles también “Apacienta a mis ovejas…” (Jn.21,17)
Y los fieles del mundo nos -y les- preguntamos, ¿Por qué callan? ¿Por qué prefieren la prudencia humana, salvaguardando tal vez una vejez más sosegada por temor a que los “misericordieen” enviándolos a algún pueblo perdido en el mapa? Por supuesto admitimos que habrá mil razones mucho más nobles y respetables.
Algunos nos dirán que es tal vez la “hora de los laicos”, porque a nosotros no pueden -todavía…- expulsarnos de nuestro lugar de residencia , gozando de una libertad de acción y palabra que para ellos es cada vez más relativa, pero…¿no ven acaso el inmenso consuelo y fortaleza que sus firmas podrían significar para miles de fieles y sacerdotes en esta Hora?…¿Son conscientes del peso que tendría su fidelidad sin cálculo, para refrigerar un poco los Corazones de Jesús y de Nuestra Señora, ya tan menospreciados?...
El apoyo al documento, pues, por un amplio número de personas, sería indudablemente
“una voz más fuerte para profesar las verdades constantes de la Iglesia, y sería una hermosa voz común defendiendo la santidad y la indisolubilidad del matrimonio en medio de una verdadera sociedad neo pagana, donde el divorcio se ha convertido en una plaga, y donde la depravación sexual se está expandiendo en aumento”.
Alguno podría pensar que tal vez haya aún una gran cantidad de obispos que no se ha percatado de que puede dar su firma y adhesión… Sin embargo, todos los obispos del mundo cuya dirección de correo electrónico figura en el Anuario Pontificio recibieron el texto de la Profesión. Por ello creemos que está en lo justo Mons. Schneider:
«Corresponde a cada obispo declarar públicamente su apoyo o hacer una profesión por el estilo –dijo Schneider–. Un primer ejemplo de ello sería la reacción del cardenal Eijk de Utrecht.»
¿Y no se admitirán los superiores de Congregaciones, Institutos, asociaciones católicas?…¿Acaso no compete al bien de toda la Iglesia? ¿Acaso no es urgente ratificarla a los cuatro vientos, sin descanso?
Por nuestra parte, seguimos esperando contra toda esperanza, suplicando a todos los pastores verdaderamente católicos, que no minimicen el alcance de sus más pequeños gestos por el bien de la Iglesia.
Que no minimicen nada aparentemente pequeño: nuestros ojos de hijos –muy pequeños también, por gracia de Dios- penden de sus palabras, con hambre de definición y caridad en la claridad.
Y agradecemos a los primeros “pocos, jubilados, remotos y fieles” pastores, cuya permanencia en la fe inconmovible de la Iglesia reluce como una pequeña luz en las tinieblas.
- Pero es pequeña…
- ¡Pero es la luz de la Verdad!; “Nada podemos contra Ella” (2ª Cor. 13,8)
¿Y a Quién iremos?, ¡si sólo Ella nos da la vida eterna….!
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16 comentarios
Si pensamos en el documento de laicos contra la AL. lo firmaron (siendo optimista) unos 120. 120 sobre 1500000000 de cristianos en el mundo suma un 0.000008 % de los cristianos.
De la estadística se deduce que hay un consenso en la cristiandad en favor del pensamiento del Papa y en contra de los argumentos de los prelados díscolos.
Que además, son casi todos "eméritos" es decir que pronto estarán departiendo con el Padre sobre estos asuntos y el porcentaje será aún menor.
No parece un asunto de futuro, pues.
Entre la edad de unos y el escaso futuro de otros (como Schneider), no parece preocupante.
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V.G.: Claro que no se trata de "preocuparse" sino de ocuparse.
Pero es evidente que entendemos cosas muy diversas sobre lo que significa el "futuro", Margarita... Su comentario me da mucha pena...No sé su horizonte, pero según el mío, el futuro de Mons. Schneider, si Dios le concede la gracia de seguir así, es maravilloso, como el de todas las almas fieles que además, sostienen la fidelidad de sus hermanos.
Estad seguros, día llegará en que la misma revolución, sagaz como su jefe, se ría y menosprecie a los que la sirvieron o de alguna manera pidieron favor o gracia. Es un error, y error funesto a la Iglesia y a las almas, transigir con los enemigos de Jesucristo y andar blandos y complacientes con ellos. Mayores estragos ha hecho en la Iglesia de Dios la cobardía velada de prudencia y moderación, que los gritos y golpes furiosos de la impiedad. (…) ¿Qué bienes se han conseguido con las blanduras y coqueteos con los enemigos de Jesucristo? ¿Qué males se han evitado, pequeños ni grandes, por esos caminos? No se consigue otra cosa con esa conducta que afianzar el poder de los malos, calmando ¡oh dolor! el santo odio que se debe tener a la herejía y al error; acostumbrando a los fieles a ver esas situaciones de persecución religiosa con cierta indiferencia.
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V.G.: San Ezequiel Moreno, ora pro nobis!
CONCILIO VATICANO II
Deber que tienen los Obispos de enseñar
12. En el ejercicio de su ministerio de enseñar, anuncien a los hombres el Evangelio de Cristo, deber que sobresale entre los principales de los Obispos, llamándolos a la fe con la fortaleza del Espíritu o confirmándolos en la fe viva. Propónganles el misterio íntegro de Cristo, es decir, aquellas verdades cuyo desconocimiento es ignorancia de Cristo, e igualmente el camino que se ha revelado para la glorificación de Dios y por ello mismo para la consecución de la felicidad eterna.
(...)
Enséñenles, por consiguiente, cuánto hay que apreciar la persona humana, con su libertad y la misma vida del cuerpo, según la doctrina de la Iglesia; la familia y su unidad y estabilidad, la procreación y educación de los hijos; la sociedad civil, con sus leyes y profesiones; el trabajo y el descanso, las artes y los inventos técnicos; la pobreza y la abundancia, y expónganles, finalmente, los principios con los que hay que resolver los gravísimos problemas acerca de la posesión de los bienes materiales, de su incremento y recta distribución, acerca de la paz y de las guerras y de la vida hermanada de todos pueblos.
Métodos de enseñar la doctrina cristiana
13. Expliquen la doctrina cristiana con métodos acomodados a las necesidades de los tiempos, es decir, que respondan a las dificultades y problemas que más preocupan y angustian a los hombres; defiendan también esta doctrina enseñando a los fieles a defenderla y propagarla. Demuestren en su enseñanza la materna solicitud de la Iglesia para con todos los hombres, sean fieles o infieles, teniendo un cuidado especial de los pobres y de los débiles, a los que el Señor les envió a evangelizar.
(...)
con caridad, compresión y amor; conviene que se distingan siempre por la claridad de su conversación, al mismo tiempo que por la humildad y la delicadeza, llenos siempre de prudencia y de confianza, puesto que han surgido para favorecer la amistad y acercar las almas.
EN LA SITUACIÓN ACTUAL YA SE ESTA DANDO UN SILENCIO CULPABLE DE LOS OBISPOS, UNA PREVARICACION DE SU RESPONSABILIDAD
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V.G.: En la situación actual, vivimos la Gran Apostasía, y quien no quiera verlo, que se busque unos buenos anteojos, pues lo tenemos delante. No creo que haya que sorprendernos, sino en todo caso, reforzar la oraciòn, la reparaciòn y el testimonio, enarbolando cada vez mejor la Cruz como bandera de las catacumbas.
La Iglesia que predicamos en el Credo es apostólica, y los sucesores de los apostoles son los obispos.
Se necesitan obispos que actuen como tales, esto es, como sucesores de los apóstoles y no meros comisarios ---mas o menos obedientes, más o menos "rebeldes"--- del papado de turno.
Ojalá esto sea un signo, una luz, como dice Ma. Virginia. Y una luz que vaya creciendo.
Entre otras cosas porque ni tienen ganas, ni razones, ni necesidad.
Sra. Olivera, la realidad de la Iglesia es que por fin tenemos un Papa, curiosamente paisano suyo, que retoma el camino, la verdad y la vida.
Un Papa a quien importa más la misericordia que el código de derecho canónico y más el Evangelio que el Concilio de Trento.
Muchos católicos agradecemos profundamente a su país el regalo que nos ha hecho a la Iglesia.
El que haya 4 ó 5 obispos que están en contra no es más que la muestra de que la Iglesia es plural.
Seguro que el Papa les ha escuchado con cariño y les ha rechazado sin hacer daño.
Se que no le gusta...pero es lo que hay.
Rece usted que eso nunca es malo. Acuérdese que estamos a punto de empezar la cuaresma, tiempo de conversión y aprovéchelo para que el Evangelio renueve su vida y la haga más receptiva a la misericordia de Dios.
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V.G.: Ya lo creo que es tiempo de rezar y pedir misericordia, Osvaldo. En esto coincidimos profundamente.
Confiemos que el Padre es lo suficientemente bueno (que no justo) y paciente como para darle a Monseñor (y a usted y a mi) una feliz y divertida eternidad.
Pero lo que es en su peregrinar por este valle de lágrimas,,,en eso llegó ya a donde iba.
Suerte tendrá si no le destituyen o lo misericordian, que bien merecido lo tiene.
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V.G.: Creo que no es tan "separable" el futuro aquí abajo del que esperamos en la casa deL Padre, a la que por otra parte, no todos tienen asegurado el pasaporte. Vamos dando pasos bien hacia allí o en dirección opuesta, y en este caso cabe siempre a Dios un cambio de volante repentino, pero... No dudo que el futuro de Mons. Schneider, vistas así las cosas, es más que promisorio siguiendo las huellas de su patrono, san Atanasio.
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¿O sea que el Código de Derecho Canónico falta a la misericordia?
¿Y el Concilio de Trento confronta acaso con el Evangelio?
Ese comentario es una muestra bien didáctica de cómo se puede decir nada con palabras biensonantes.
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V.G.: Ricardo, es evidente que la iglesia de Osvaldo no es la nuestra: la suya se llama "Dialectilandia", donde todo absurdo es posible.
Tampoco sé por qué callan pues ellos deben saber que defender la verdad y la pureza de la fe no es ir contra nadie sino todo lo contrario, buscar el bien de todos. Sin embargo no se atreven a enfrentarse de forma pública al error cuando este no tiene inconveniente en mostrarse públicamente y en avanzar sin cobardías. Quizás lo hagan para evitar un escándalo mayor, pensando que somos pocos los que nos asombramos de su mudez y muchos los que seguramente lo harían si hablaran. Puede ser así pero la escritura dice “nosotros anunciamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos, pero poder y sabiduría de Dios para los llamados, judíos o griegos” 1 Cor 1, 23-24. Es decir, tomen el camino que tomen van a ser motivo de escándalo, por eso creo que deberían pensar cual escándalo prefieren, si el de la Cruz en la que está Cristo rubricando con su sangre la Verdad y pagando con ella nuestros pecados, o el escándalo del mundo en el que Cristo no está.
El profeta Qohélet nos recuerda que hay un tiempo para cada cosa, “un tiempo para callar y un tiempo para hablar; un tiempo para amar y un tiempo para odiar; un tiempo para la guerra y un tiempo para la paz”. Pienso que será muy difícil que pueda llegar el tiempo de la paz si antes no se ha combatido la guerra.
Que Dios nos ayude a todos.
Me ha decepcionado.
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V.G.: Espero que algún sacerdote de La Plata se lo sugiera al oído, a ver qué responde.
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