(165)¡Recemos la Novena a María Auxiliadora, Reina victoriosa!
En Argentina se celebra el Mes de María en noviembre, pero en Europa tradicionalmente es en mayo, y de todos modos, creo que este mes tiene que tener en nuestros corazones una significación especialmente mariana, dada la cantidad de fiestas de Nuestra Señora que se celebran en él. Con el eco de Fátima aún resonando, creo que puede venir muy bien recordar que hoy comienza la Novena a María Auxiliadora, y tal vez nos sobran motivos para unirnos a ella, que también es un modo de reparar las ofensas a Ella, y la relativización de sus mensajes y apariciones…
Aprovechamos de paso para recordar un poco su historia, que es la nuestra: la Madre de Dios siempre ha gustado de compartir la vida de sus hijos defendiéndonos de todos nuestros enemigos, que son los enemigos del Reinado de su Hijo. No sólo internos -sobre todo el pecado- sino también externos, encarnados en personajes y circunstancias muy concretas que sería útil no olvidar. Porque Ella es Ntra. Señora de la Paz, pero de la paz de Cristo. Y es también la Mujer fuerte, “terrible como ejército ordenado para la batalla".
El primero que llamó a la Virgen María con el título de “Auxiliadora” fue San Juan Crisóstomo, en Constantinopla en al año 345, el dice: ” Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios".
San Sabas en el año 532 narra que en oriente había una imagen de la Virgen que era llamada “Auxiliadora de los enfermos", porque junto a ella se obraban muchas curaciones.
San Juan Damasceno en el año 749 fue el primero en propagar la jaculatoria: “María Auxiliadora , rogad por nosotros". Y repite: la Virgen es “auxiliadora para evitar males y peligros y auxiliadora para conseguir la salvación".
En Ucrania y Rusia, se celebra la fiesta de María Auxiliadora el 1 de octubre desde el año 1030, en ese año libró a la ciudad de la invasión de bárbaros.
Se tiene constancia de que hacia el año 1558 ya figuraba en las letanías que se acostumbraban recitar en el santuario de Loreto, Italia.
En el año 1572, el Papa San Pío V ordenó que en todo el mundo católico se rezara en las letanias la advocación ” María Auxiliadora, rogad por nosotros“, porque en ese año Nuestra Señora libró prodigiosamente en la batalla de Lepanto a la cristiandad que venía a ser destruida por un ejército mahometano de 282 barcos y 88.000 soldados.
En el año 1600 los católicos del sur de Alemania hicieron una promesa a la Virgen de honrarla con el título de Auxiliadora si los libraba de la invasión de los protestantes y hacía que se terminara la terrible guerra de los 30 años. La Madre de Dios les concedió ambos favores y pronto había ya más de 70 capillas católicas con el título de María Auxiliadora.
En 1683 los católicos al obtener inmensa victoria en Viena contra los enemigos de la fe, fundaron la asociación de María Auxiliadora, la cual existe en más de 60 países.
Su fiesta: En 1814, el Papa Pío VII, prisionero del general Napoleón, prometió a la Virgen que el día que llegara a Roma en libertad, lo declararía fiesta de María Auxiliadora. Inesperadamente el pontífice quedó libre, y llegó a Roma el 24 de mayo. Desde entonces quedó declarado el 24 de mayo como día de María Auxiliadora.
En 1860 la Santísima Virgen se apareció a San Juan Bosco y le dijo que deseaba ser honrada con el título de “Auxiliadora", señalándole el sitio para que le construya en Turín un templo.
Empezó la obra con tres monedas de veinte centavos cada una, pero fueron tantos y tan grandes los milagros que María Auxiliadora empezó a obtener en favor de sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la Gran Basílica. El Santo solía decir: “Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen“.
Desde aquel Santuario comienza a extenderse por el mundo la devoción a María bajo el título de Auxiliadora de los Cristianos. Sin duda fue con San Juan Bosco, con quien esta advocación mariana encontró el mayor desarrollo y popularidad, en 1862, en plena madurez éste hace la opción mariana definitiva: Auxiliadora. “La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora: los tiempos que corren son tan aciagos que tenemos necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana".
La visión propia que Don Bosco tiene de María es como “Auxiliadora del Pueblo de Dios", y solía repetir: “Invocad a María Auxiliadora, y ya veréis lo que son los milagros”, y también solía decir que “En el cielo nos quedaremos gratamente sorprendidos al conocer todo lo que María Auxiliadora ha hecho por nosotros en la tierra.”
En estos tiempos de profunda cautividad en el error de tantas almas cristianas, de tantos pastores envenenados con el cáncer del modernismo, que corroe la fe de los más débiles; en estos tiempos de persecución material y espiritual, pienso que debemos acudir a Nuestra Señora bajo este título con renovada confianza e insistencia.
Aprovechemos esta Novena que hoy comienza, aprestándonos a celebrar dignamente su fiesta el 24, reparando tantos ultrajes y ofensas a su Nombre Inmaculado.
Novena a María Auxiliadora
V. Virgen Sacratísima, dígnate permitirme que te alabe.
R. Dame fortaleza contra tus enemigos.ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS
Oh Dios Todopoderoso y Misericordioso, que en defensa del pueblo cristiano estableciste admirablemente en la Beatísima Virgen María un perpetuo auxilio; concédenos propicio, que fortalecidos con tal protección, luchando en esta vida podamos en la muerte, conseguir victoria del enemigo maligno, por nuestro Señor Jesucristo. Amén.Tres Avemarías, Gloria y la jaculatoria:
María Auxilio de los Cristianos, Ruega por nosotros.
Rezar a continuación la oración del día que corresponda:
DÍA PRIMERO
¡Oh, María, poderoso Auxilio de los Cristianos que confiados de tu misericordia, acuden a tu trono lleno de confianza! Oye los ruegos de tus hijos que suplicantes imploramos tu poderoso patrocinio, para poder huir del pecado y de las ocasiones de pecar. Tres Avemarías y Gloria. Terminar con las Oraciones Finales.
DÍA SEGUNDO
¡Oh, María Santísima, Madre de bondad y de misericordia! tú que siempre libraste al pueblo cristiano, con tu poderoso patrocinio, de los asaltos e insidias del enemigo, protege nuestras almas, te lo suplicamos, de las acometidas del demonio, del mundo y de la carne, para que alcancemos completa victoria sobre los enemigos de nuestra salvación. Tres Avemarías y Gloria. Terminar con las Oraciones Finales..
DÍA TERCERO
¡Oh, poderosísima Reina del Cielo, que sola triunfaste de las herejías, que intentaron arrancar a tantos hijos del regazo de nuestra Madre la Iglesia! Ayúdanos ¡oh María! a guardar firme nuestra fe y puros nuestros corazones, en medio de tantas insidias para no contaminarnos con el veneno de tantas perversas doctrinas. Tres Avemarías y Gloria. Terminar con las Oraciones Finales.
DÍA CUARTO
¡Oh dulcísima Madre nuestra María, tú que eres Reina de los Mártires por los heroicos actos de valor y fortaleza que practicaste en la tierra! Dígnate infundir en nuestro corazón la fuerza necesaria para mantenernos constantes en tu servicio para que, venciendo todo respeto humano cumplamos sin rubor nuestros deberes religiosos y nos comportemos siempre como devotos hijos tuyos hasta la muerte. Tres Avemarías y Gloria. Terminar con las Oraciones Finales.
DÍA QUINTO
Querida Madre mía, tú que en el triunfo del Papa Pío VII mostraste tu eficaz patrocinio, desplegaste tu manto protector sobre toda la Iglesia y especialmente sobre su augusto jefe el Sumo Pontífice, defiéndelo en todo momento de los ataques de los enemigos, líbralo de las aflicciones, asístelo siempre para que pueda dirigir al puerto de salvación la navecilla de San Pedro, triunfando de las oleadas embravecidas que amenazan de sumergirla. Tres Avemarías y Gloria. Terminar con las Oraciones Finales.
DÍA SEXTO
¡Oh, María, Reina de los Apóstoles! toma bajo tu protección a los sagrados ministros y todos los fieles de la Iglesia Católica: alcánzales espíritu de unión, de perfecta obediencia al Romano Pontífice, y de celo ferviente por la salvación de las almas; especialmente te suplicamos extiendas tu amorosa asistencia sobre los misioneros, para que consigan atraer a la verdadera fe de Jesucristo a todas las almas, para formar del mundo entero un solo Rebaño bajo la guía de un solo Pastor. Tres Avemarías y Gloria. Terminar con las Oraciones Finales.
DÍA SÉPTIMO
No seas, Madre de misericordia, insensible a los dolores de la Iglesia menospreciada en su doctrina y en sus Sacramentos. No permitas sea derramada en balde la sangre preciosísima de tu divino Hijo, ilumina a los ciegos que la persiguen, fortalece a los débiles que no la defienden. Brille ¡oh María! tu poder sobre la tierra; sea glorificada y acatada la religión, observada la ley divina y eclesiástica, para que todos te alaben y alcance la humanidad los goces eternos. Tres Avemarías y Gloria. Terminar con las Oraciones Finales.
DÍA OCTAVO
Oh María, Madre de Dios y Madre nuestra amantísima, de Ti se ha dicho: todo poder se le ha dado en la tierra y en el cielo; te presentas al trono del Altísimo, no como quien pide, sino como quien manda, a Ti clamamos desde el abismo de nuestras miserias, aleja de nosotros todo mal; bajo tu protección ponemos nuestros bienes, nuestros corazones, almas, potencias, sentidos, vida y todo lo que tenemos; sé nuestro amparo y nuestra defensa durante toda la vida. Tres Avemarías y Gloria. Terminar con las Oraciones Finales.
DÍA NOVENO
¡Oh, piadosísima Madre!, Tú que en todo tiempo te mostraste verdaderamente la Auxiliadora de los cristianos asístenos con tu poderosísimo patrocinio en vida y especialmente en el terrible trance de la muerte, y alcánzanos la perseverancia final. ¡Ah! no nos dejes un solo instante hasta que felices cantemos tus glorias y las misericordias de tu Hijo en el cielo, por los siglos de los siglos. Tres Avemarías y Gloria. Terminar con las Oraciones Finales
.ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DÍAS
Invocación. ¡Oh María! Virgen poderosa, grande e ilustre defensora de la Iglesia… Singular Auxilio de los Cristianos, terrible como un ejército ordenado en batalla… Tú sola has triunfado en todas las herejías del mundo. ¡Oh Madre!, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo, y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso. Amén.
Súplica a María Auxiliadora. Necesitando un favor especial, y confiando en tu bondad, a Ti recurro, poderoso Auxilio de los Cristianos. Conocedor de las innumerables gracias que diariamente concedes a tus devotos, he puesto siempre en Ti toda mi confianza; y hoy, humildemente postrado a tus plantas, te suplico, con todo el fervor de mi alma, remedies mi necesidad… (pídase aquí la gracia que se desea obtener). Bien sé, Madre querida que yo no merezco nada; y aún temo que mis culpas sean un obstáculo a tu bondad. Mas Tú puedes, dulcísima Señora, sacarme de este lastimoso estado y hacer que sirva con fidelidad a Ti y a tu divino Hijo, a fin de que yo también pueda experimentar la maravillosa eficacia de tu santo Auxilio.
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Infocatólica agradecerá vuestra generosa colaboración; le sugerimos cómo hacerlo.
5 comentarios
que atraviesa . No nos dejes nunca, que nos perderíamos. Y aunque nuestro amor te olvidare, tú nunca te olvides de nosotros. Amén
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