(161) Isaías 53: el capítulo prohibido entre los judíos; la Cruz disimulada entre los católicos
Entre los innumerables pecados que Nuestro Señor tomó sobre Sí, no dudo que uno de los más lacerantes debe haber sido el silenciamiento o “devaluación” de su Pasión por parte de quienes nos llamamos cristianos.
No es necesario pisotear una cruz o blasfemar, si a la hora de dar testimonio de Cristo como único y verdadero Mesías, preferimos quedarnos tras la dimensión moral de su mensaje -por supuesto, indispensable-, tratando de no incomodar con “detalles escabrosos” sobre los sufrimientos y muerte del Cordero, en torno a la cual, al fin y al cabo, gira el mundo entero y la historia universal, con o sin conciencia de ello.
En este viernes santo, nos pasma comprobar cada vez más la indiferencia del mundo paganizado, sus risas, su música, sus fiestas y su consumismo desenfrenado, que son como nuevas burlas y desprecios al Siervo Sufriente. La búsqueda insaciable del descanso “merecido” (sic) en la Semana que ya ha perdido hasta el nombre de Santa en numerosas naciones otrora cristianas, nos hace recordar cómo hace pocas décadas, hasta los incrédulos y mundanos conservaban al menos la observancia de las formas del respeto sagrado a este Día, que hoy ni siquiera es contemplado por muchos católicos “practicantes”.
El clima sociocultural era entonces algo casi tangible, respirable, y admitido públicamente con la misma naturalidad con que hoy se admite su profanación… ¿Hasta qué punto nos seguiremos acostumbrando, tolerándola en nuestras familias primero, y luego en nuestros medios más próximos, como el trabajo, la enseñanza, el vecindario..?
Deberíamos comprender que si los enemigos de Dios se las ingenian tan bien y con tanto esmero para desterrar la Cruz de hospitales, cárceles, escuelas, tribunales y todo sitio público en general, es porque no se puede separar la profesión cristiana de aquel bendito Leño, sin adulterar profundamente esa fe.
Pero el respeto humano todo lo corrompe, y por la pendiente resbaladiza de la “tolerancia” y pretextos multicolores (“se van a asustar”, “es un lenguaje muy duro”, “no van a comprenderlo”, “aún no están preparados”, “la realidad es plural…”) recalamos insensiblemente en la franca apostasía.
Cuando se ha dejado de predicar la salvación a los judíos, llegando a afirmarse dentro de la propia Iglesia que “su primera alianza es suficiente para salvarse”, nada debe ya extrañarnos en el púlpito, la catequesis, el hogar…
Por eso me ha parecido muy elocuente el video que compartimos, tomado del blog de Sagradas Escrituras del p. Horacio Bojorge s.j. ¿Cómo extrañarnos de que los rabinos oculten las principales verdades y profecías sobre el Mesías, Nuestro Señor, si los propios católicos ya no se atreven siquiera a sugerírselas?..
Yo en este Viernes Santo, pido con profunda esperanza, por nuestra propia conversión; por la de los herejes; por la de los enemigos de la fe -dentro y fuera de la Iglesia-, y especialmente por la conversión de los judíos.
Dios quiera darnos abundantes apóstoles -como los tan genuinos y entusiastas del video- que predicando la Verdad completa, puedan acelerar esta bendita y esperada Hora.
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Infocatólica agradecerá vuestra generosa colaboración; le sugerimos cómo hacerlo.
10 comentarios
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V.G.: Muchas gracias padre, y especialmente al p. Horacio, que tan caro nos es a ambos!
Son detalles que nos hablan del rechazo de Jesus
en los ambientes publicos
A lo crisytiano lo llamamos convencional u obsoleto
especialmente cuando invade la vida publica
"Que su sangre caiga sobre nosotros y nuestros hijos", sí, pero... ¡por las dudas le tapamos la boca a Isaías, no sea cosa que nos importune!...
En cuanto a las defecciones internas en la Iglesia, fuerza es reconocer que la tendencia general hacia la apostasía ya está definida y creciente a ojos vista, por lo cual debemos pensar que las profecías referidas a la Gran Apostasía ya se están cumpliendo.
Y que la conversión de los judíos, también profetizada, se acerca.
Y no en abstracto. Lo fue por MIS pecados Por mis culpas, de hoy, de ayer y de mañana.
Y pese a todo, en su dolor y en sus heridas he sido salvado.
Si algo tan tremendo no nos cambia la vida, nada más podrá hacerlo.
Dios te bendiga, hermana mía.
Y aunque me adelante un poco, ¡Feliz Pascua! ¡Cristo vive!
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V.G.: ¡¡Muy feliz y santa Pascua, Pedro!!
Por otra parte los judios dicen que su Mesias está encarnado desde el ano 2000 que corresponde al año 5760 de su calendario,dicen que Él ya está ,pero oculto hasta que llegue la hora de manifestarse a Israel y al mundo.
La apostasía de Israel es la prefiguración de la nuestra, de la Iglesia católica. Si ellos rechazaron al Mesías auténtico y no quisieron ver los signos de los tiempos de su primera Venida, también la Iglesia católica, en su mayor parte, rechaza ver los signos de su Segunda venida o Parusía, ya incoados y visibles para todos. Aquel Israel quería un Mesías inmanente, mundano, guerrero, que les trajese el Reino material en este mundo, un Reino de abundancia de comida, de éxitos militares, de libertad mundana. Igual que ahora la Iglesia católica, que detesta que le hablen de la proximidad de la Segunda Venida porque quieren triunfar como Iglesia sin Parusía, por medio de un triunfo material de la Iglesia en el mundo, a través del progresismo mundano al que se han sumado con entusiasmo: la Venida de Cristo, así, no deja de ser, para ellos, inoportuna, porque implica necesariamente una defección previa,una apostasía previa de la Iglesia, que no lucha por convertir al mundo a Cristo sino por convertirse ella al mundo.
Los judíos se convertirán en masa antes de la Parusía, cierto. Pero antes de esa conversión aclamarán al que ellos creerán que es su Mesías, que no será otro que el Anticristo. Así lo dijeron con casi unanimidad completa los Santos padres de la Iglesia. Sobre todo, los discípulos de San Juan Evangelista, quien tuvo la Visión del Apocalipsis y, por tanto, los que dieron la interpretación válida y auténtica del mismo: Policarpo y San Ireneo de Lyon. Es decir, cuando venga el Anticristo, de raza judía, trayendo victorias militares y seculares al actual Estado de Israel (que es anticristiano y masónico, liberal y marxista cultural), ellos le aclamarán como al Mesías esperado. Este su Mesías machacará a los cristianos, especialmente a los católicos. Hasta que la sangre cristiana obre la gracia de su conversión. No olvidemos nunca esto: los judíos no aceptarán a Cristo en su Segunda Venida como al Mesías sin antes no haber errado clamorosamente al aceptar al Anticristo. Bendiciones.
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V.G.: Muchas gracias por tan claro e impecable comentario.
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