(60) Dime cómo celebras....y te diré qué crees.
¿Pero qué celebramos en Navidad?
Parecería una pregunta ociosa, pero sin embargo no lo es. Es penoso admitirlo, pero hay un torbellino en estos días como de manicomio en llamas, mirando hacia las Fiestas, pero la verdad es que aunque por todos lados se pregone la paz, unidad, felicidad y amistad eterna, tal vez las fiestas navideñas manifiesten más que ninguna otra fecha la actualidad de la “antipática” profecía de Simeón: “Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción..”(Lc.2,34).
Porque la cuestión es que con o sin arbolito (aclaro que no me pliego a la “cruzada contra el árbol”, siempre y cuando éste sea un mero adorno secundario y no usurpe el lugar al Pesebre, que es el Signo esencial…) , con o sin familia alrededor de una mesa, con o sin pan dulce, con o sin lucecitas, ese Niño es el centro, el protagonista…o toda la parafernalia es un absurdo filantrópico. Y la verdad es que ser “mártir por el arbolito con globos” parecería hasta ridículo. Pero el Niño sí merece mártires, es decir Testigos.
Y sin embargo, oímos por allí a más de un buen católico que argumenta tranquilamente que “lo importante en esta fecha es tener una excusa para reunirnos, reconciliarnos, y expresarnos buenos deseos al festejar!”…
-¿Festejar QUÉ? - Un nuevo año, proyectos, esperanzas…
Perdón, pero si se trata de un cambio de almanaque, buscando pretextos para grandes comilonas en que los comerciantes se “salven” la temporada haciéndonos comprar un millón de tonterías y justificando todo tipo de excesos bajo un manto de indulgencia, porque “en Navidad no se discute, no hay que estar solo, ni triste, ni agobiado”…no me termina de convencer, qué quieren que les diga. Porque lo cierto es que sigue habiendo enfermos físicos o espirituales que ya no admiten cura, y hay almas agobiadas de hambre de verdad, sedientas de justicia, y con tristeza de muerte. Irak, Pakistán, aborto “y Cía.” siguen “ahí”, mirándonos, clamando al cielo por reparación en este mundo civilizado y lleno de fuegos artificiales que no les da respuesta satisfactoria porque sin El nada; absolutamente nada bueno ni provechoso ni verdadero puede hacerse en realidad.
Y así como la figura del Papá Noel de Coca Cola ha ido suplantando suavemente, en las conciencias infantiles, el rol protagónico del Niño Dios, del mismo modo el festejo mundano y sin-sentido ha llegado a suplantar en tantísimos hogares cristianos la celebración auténtica del gozo de estos días, que sólo puede hallarse en la fe verdadera, y que tal vez habría que haber custodiado mejor, para que no sea adulterado con caricaturas.
Pero fuimos perdiendo terreno, por culpa del omnipresente respeto humano: “vendrá la tía Pirula a cenar, y como ella no es creyente, no hay que incomodarla”. Y si hay que dejar la Misa de Nochebuena, pues vamos el 25 y no pasa nada.
Y ese tipo de argumentos valen para la oficina (el pesebre no, el arbolito sí, que es más “universal”…), para el colegio, para la vidriera del comercio, y para el lenguaje “civilizado”, tal como nos da ejemplo Gran Bretaña, por ejemplo.
Porque el progreso avanza (¿?), pero el mundo sigue negándole posada a ese Niño, y entonces para poder conciliar el sueño, hay que “dar vuelta la tortilla", diciendo que en realidad El ha venido al mundo para hacer las paces con éste, para asegurar que “todo está bien, aquí no ha pasado nada”, y que puede seguir el desquicio, que a El le encanta, porque como nos quiere mucho, no pone condiciones para nada.
Y ese es el lenguaje del Padre de la Mentira, o sea, seducción del demonio.
-¿En Navidad con éstas?
- En Navidad más que nunca, por supuesto. Porque si hay un odio visceral del príncipe de este mundo, es a la Encarnación del Verbo en las entrañas purísimas de Nuestra Señora que le aplasta la cabeza.
Y por ahí se oye a Doña Tota: “Pero venir a aguar la fiesta hablando de odio, ¡qué mal gusto…!”
Precisamente porque se trata de una Fiesta con mayúsculas, no se la puede bastardear. Lejos del oscuro rigorismo calvinista que tan bien se retrata en “El festín de Babette”, sabemos que si algo distingue a la fe católica es la alegría y el sentido de la fiesta como una realidad sagrada. ¡En realidad, si algo caracteriza a cada pueblo, son sus fiestas! ¿Es razonable entonces que el Pueblo de Dios permita que se confunda el origen de todas sus fiestas (un Dios-con-nosotros) con los festejos que le ofrece el mundo, sin decir ni pío, convirtiéndose así en una sal insípida? ¿Qué pasa con la sal “que ha perdido su sabor”?…Hay algo que no cierra, qué quieren que les diga…
Porque si el cristiano tiene algo que el mundo no tiene -y que por eso debe ofrecérselo-, no es sensato que lo esconda, ¿no?
Entonces, como ha recordado estos días el Papa, “el misterio del nacimiento de Jesús en Belén, que se produjo históricamente hace ya más de dos mil años, se produce como evento espiritual, en el ‘hoy’ de la Liturgia”.
Por eso las fiestas sagradas deben empezar a celebrarse en el recinto sagrado; allí donde nace y recibe su justificación todo festejo, no “a lo mundano” sino por el contrario, a lo cristiano.
Se trata de recuperar la brújula, pues, recordando una vez más aquello de San León Magno:
“Reconoce, cristiano, tu dignidad y, puesto que has sido hecho partícipe de la naturaleza divina, no pienses en volver con un comportamiento indigno a las antiguas vilezas. Piensa de qué cabeza y de qué cuerpo eres miembro. No olvides que fuiste liberado del poder de las tinieblas y trasladado a la luz y al reino de Dios. Gracias al sacramento del bautismo te has convertido en templo del Espíritu Santo; no se te ocurra ahuyentar con tus malas acciones a tan noble huésped, ni volver a someterte a la servidumbre del demonio: porque tu precio es la sangre de Cristo.”(Sermón 1 de la Navidad del Señor, 1-3)
Y urge reconocer que no podemos celebrar nuestro ser familiares de Dios comportándonos como meros hombres -e incluso a veces como bestias-, porque traicionaríamos nuestra misión de dar al mundo lo que él no conoce y que a menudo desprecia: el sentido del Misterio.
Hace varios años a mi esposo y a mí nos marcaron profundamente algunos mensajes de Ntra. Señora al Movimiento Sacerdotal Mariano durante las fiestas navideñas de sucesivos años.
Las comparto con la esperanza de que también iluminen estas Fiestas para celebrarlas con renovado fervor y genuino espíritu de fe, junto a la Madre de Dios.
“¡Cuántos son los que festejan la llegada del nuevo año con diversiones, la mayoría de las veces vacías y ofensivas para la gran dignidad de criaturas amadas y redimidas por mi Hijo! Se embriagan de vaciedades estos pobres hijos míos y ¡cuán infelices son! (…) Con el año nuevo se avecinan momentos decisivos. Por eso empieza el nuevo año de rodillas, orando conmigo, oh, hijo!”(31-12-73)
“Pasa estas horas de vigilia conmigo, hijo. Olvida cualquier otra cosa y no te dejes ocupar hoy por otra cosa (…). Revive conmigo aquellos momentos de ansiedad y de dolorosa inquietud en que mi Esposo recibía un rechazo a toda petición de hospitalidad aquella noche. Dolor e inquietud por mi Hijo Jesús que estaba a punto de nacer. (…) Pero la humanidad no tenía un lugar para recibirle…”(24-12-74)
“Ahora más que nunca el mundo está sumergido en las tinieblas; el hielo del odio, de la incredulidad y de la soberbia envuelve el corazón de los hombres. También la Iglesia es víctima de una crisis profunda; y aún muchos sacerdotes dudan de mi pequeño Hijo (…) Pronto todo el mundo, que está invadido por las tinieblas y ha sido arrebatado a mi Hijo, gozará finalmente del fruto de esta Noche Santa…”(24-12-75)
“…Como estaba presente entonces en el Niño pequeñito, así también ahora está presente el Hijo de Dios en la Hostia consagrada. En esta Noche Santa mi corazón de Madre se siente de nuevo herido al ver cómo aún entre los mismos sacerdotes se difunden dudas sobre la divina presencia de mi Hijo Jesús en el misterio de la Eucaristía. Y así se propaga la indiferencia al Sacramento Eucarístico, se apagan la adoración y la oración y aumentan cada día los sacrilegios de los que se acercan al este Sacramento en estado de pecado mortal. (…) Los errores tienden a difundirse, a pesar de que la doctrina sobre la presencia real ha sido claramente reafirmada por el Magisterio (…). Vendrán tiempos en que desgraciadamente estos errores se extenderán aún más y en la Iglesia casi se extinguirá el perfume de la adoración y del Santo Sacrificio. Llegará así a la cumbre la “abominación de la desolación” que ya ha entrado en el Templo santo de Dios….”(24-12-77)
“.. Semejante a la primera será su Segunda Venida, hijos predilectos. Como fue su nacimiento en esta Noche, será el retorno de Jesús en su gloria, antes de su última venida para el Juicio Final, cuya hora sigue aún escondida en los secretos del Padre. (…) El mundo se hallará todo envuelto en las tinieblas de la negación de Dios, de su obstinado rechazo, de la rebelión a su ley de amor. (…) Así casi ninguno estará preparado para recibirle. Los grandes ni siquiera se acordarán de El, los ricos le cerrarán las puertas, mientras los Suyos estarán muy ocupados en buscarse y afirmarse a sí mismos…
‘Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará todavía fe en la tierra?’ vendrá de improviso y el mundo no estará preparado para su venida. Vendrá para un juicio (…). Vendrá para instaurar su Reino en el mundo, después de haber derrotado y aniquilado a sus enemigos.También en esta segunda venida, el Hijo vendrá a ustedes a través de su Madre…”(24-12-1978)
“…Síganme por la senda de un sufrimiento comprendido, aceptado y vivido sólo por Mí, como humilde respuesta a cuanto en aquellos momentos me pedía el Señor. Un sufrimiento interior, que me procuraba el desarrollo de las circunstancias que se presentaban como respuesta a mi maternal pedido de colaboración, con su designio de Amor (…) Estos son los tiempos en que todos deben recogerse en una oración continua y confiada, como lo fue la mía en el largo camino hacia Belén El tiempo de los proyectos y las discusiones ha terminado. A quien quiera escuchar y entender, ya todo ha sido revelad (…)Caminen a la luz de la Estrella que les indica que ya ha llegado el tiempo en que se verifican los anuncios proféticos que les han sido dados…”(24-12-1984)
“…¡Cuántos hijos míos pasan estos momentos en diversiones y en la bulla, y se emborrachan de vacío en medio de frivolidades y pasatiempos con frecuencia contrarios a la Ley del Señor!”(31-12-1984)
“En las últimas horas del año, los quiero a todos recogidos junto a Mí en oración incesante (…) Y vendrá a ustedes la Paz por el triunfo del mi Corazón Inmaculado, mientras está por terminar el espacio de tiempo concedido por el Señor a la humanidad para el arrepentimiento y para su conversión….”(31-12-1986)
“Vivan conmigo en un acto de oración incesante y de profundo recogimiento, estas horas de la Noche Buena. El tiempo se ha cumplido. Por centenares de años se ha venido esperando este acontecimiento: voces de profetas y de enviados de Dios habían tenido encendida la antorcha de la esperanza y de la espera. El curso del tiempo y de la historia confluía hacia este extraordinario momento. En esta Noche Buena cada cosa tiene su cumplimiento (…) Vivan en espíritu de alegría profunda esta su Navidad, puesto que el tiempo se ha cumplido. Ya van a entrar en los acontecimientos que los preparan para su segunda Navidad. Se aproxima el momento del glorioso retorno de Cristo. Entonces no se dejen asir por el miedo, ni por la tristeza, ni por una vana curiosidad, ni por afanes inútiles…”(24-12-1989)
“…Rodeen la cuna desguarnecida con su amor sacerdotal y reparen el rechazo de muchos con la plenitud de santidad y de testimonio fiel (…) El hielo del pecado aún cubre la vida de los hombres y de los pueblos; la tiniebla de los errores invade el mundo entero (…) Han entrado en los últimos tiempos. Entonces acepten los anuncios proféticos que de muchas maneras les han indicado la cercanía de este segundo Nacimiento (…) Por eso en todas partes del mundo, estoy formando mi escuadrón de los pequeños, de los pobres, de los humildes, de los puros de corazón, para preparar así una cuna preciosa para Jesús, que regresa a ustedes en la gloria…”(24-12-1990)
“…Que un silencio profundo rodee el gran bullicio de palabras y de imágenes que hoy llena el mundo entero (…) Procedan seguros sobre las ondas tempestuosas de estos últimos tiempos de la gran tribulación, sin turbarse al ver que todavía se cierran las puertas a Jesucristo que viene..” (24-12-1991)
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Aprovecho para desear a todos los lectores unas muy Santas y Fecundas Fiestas Navideñas, pidiendo la gracia mayúscula de que el nuevo año nos mantenga el corazón siempre de rodillas ante los pies del Niño para cumplir su voluntad, a ejemplo de Santa María y San José, con los ángeles, los pastores y los Magos.
13 comentarios
/////// Paso el aviso lee la Veritatis Splendor, no impongo nada.
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V.G.:Gracias Antonio, disculpe pero el primer párrafo no se corresponde con el post.
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V.G.: Muchas gracias Cristian.
La Navidad no es un tiempo "para los niños" ni para llenarlos de regalos. De hecho, se los malcría enseñándoles a esperar regalos en Navidad. Lo verdaderamente cristiano es enseñarles desde pequeños a regalar a los pobres en Navidad.
Los cristianos mundanos creen que la Navidad es un día estar en familia, para tener una cena familiar y para regalarse cosas. Y no pocos pastores sagrados enseñan esto. Pero no es así. Navidad es un día para asistir a misa, adorar al Niño presente en el Santísimo Sacramento, rezar, visitar a los enfermos y encarcelados, hacer caridad con los pobres, etc.
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V.G.: Muchas gracias D.Pacomio, jajaj. Cuento con sus oraciones.
El fin de año más hermoso que yo conozco es el de la especial Vigilia de Fin de Año de la Adoración Nocturna, cuando después de la Misa de las 23 hs., ya todos en adoración de Cristo presente en la custodia, suenan las doce campanadas que dan paso al Año nuevo (bueno, al Año nuevo civil; que el de la Iglesia comienza con el Adviento.
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V.G.:¡Gracias, querido pater! Qué envidia me da el poder celebrar un Fin de Año con vigilia...! Hasta ahora nunca tuve posibilidad de ello, pero me consuela que haya aún muchos sitios en que pueda hacerse; aprovéchenlo pensando en tantos que quisiéramos estar allí.¡¡Hay tanto, tanto para agradecer e implorar en esa Noche bendita!
UHHHHH, entendi todo de cualquier manera, es mi Bajeza espiritual!!!Que lo comentó en serió.
En casa se celebra, desde que me converí sólo la Navidad, y con el Pesebre, y este mundo con un activismo babélico, tratar de convertirse siempre un poco, más.
Es así se sacan los hermosos pesebres, porque recuerdan al Señor, se llena de Papa Noel, para quitar del mundo a CRISTO.
Se llevarán una terrible sorpresa, ellos dirán en el momento de su muerte UHHHHHExistes.
Disculpa de las imprudencias que me caracterizán.
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V.G.: No hay cuidado, Antonio, estamos "en familia" gracias a Dios. Le deseo una muy santa y feliz Navidad.
La cena de Navidad no es algo indispensable; tampoco es una tradición cristiana. La verdadera cena de Navidad para los cristianos es el banquete eucarístico, y la mesa navideña, además de ser frugal y austera, la compartimos con los pobres.
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V.G.: Muchas gracias por su valioso comentario, Alejandro.
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V.G.:Amén.
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V.G.: En tantos años que los conozco, jamás conocí a alguien a quien estos mensajes no le hayan hecho crecer espiritualmente, y nunca he visto a alguien "pasado de revoluciones" por ellos, lo cual creo que es un dato más que elocuente del "por sus frutos...". Creo que el "libro azul" es un verdadero tesoro en estos tiempos. Muy santas Navidades, Rexjhs.
En cuanto al segundo punto, el santo obispo regalaba cosas necesarias a gente necesitada de ayuda, mientras que en la actualidad se regala cosas superfluas a quienes no tienen necesidad de ayuda. Exactamente al reves.
En cuanto al primer punto, el foco en los regalos, tanto por parte de quienes los compran como de quienes los reciben, hace perder de vista que Jesús es el GRAN REGALO, el INMENSO REGALO, que Dios hace a la humanidad.
Por lo tanto: NO a los regalos. NO a Papa Noel, viejo //// que no guarda ninguna relacion con el verdadero San Nicolas y que lo unico que hace es eclipsar a Jesús. NO a la pirotecnia, que festejamos el nacimiento del Príncipe de la Paz y no de un terrorista. NO a comer y beber como si se acabara la comida del planeta, en vez de poner el foco en alimentarse de la Palabra y el Cuerpo del que nace.
Como lo envidio al Estimado Padre
LA EUCARISTIA!!!!!la ZARZA ARDIENDO en el mundo.
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