Pido oraciones por la curación de un amigo que está luchando contra la leucemia
A las siete de la mañana de este martes, mi amigo Sebastián me mandó un mensaje afirmando que tenía malas noticias, pues estaba ingresado y que probablemente tenía leucemia, presagio que se confirmó a lo largo del día. Una leucemia aguda que va a necesitar de quimioterapia de forma inmediata.
Ese mismo día fui a verle y me impresionó mucho su entereza y sentido sobrenatural. Esta enfermedad repentina en alguien joven y que gozaba de buena salud ha impactado mucho en los ambientes católicos de Barcelona y en su Perú natal.
Mucha gente está ya ofreciendo sus oraciones por Sebas, algo que él valora mucho en esta gran prueba que el Señor ha puesto de repente en su camino. Sobre espinas de dolor, rosas de conformidad.
Más que mi total apoyo y compañía, lo que más agradece son mis pobres oraciones, que veo muy insuficientes por su imperfección. Por eso el Señor me ha inspirado utilizar este medio católico para solicitar oraciones por él. Pido que le tengan presentes en sus plegarias todos los lectores que lean este breve artículo y sobre todo que si conocen alguna comunidad contemplativa le encomienden con su nombre (que aparece al principio del artículo) pidiendo por su pronta recuperación y que el Señor le de fortaleza en la prueba.
Pronto empieza la quimioterapia y más que el apoyo humano va a necesitar el apoyo de lo alto, a través de la oración sincera y confiada de los religiosos, sacerdotes y seglares que santifican el día con el Oficio Divino, la Santa Misa, la Adoración Eucarística, el Santo Rosario…También es importante junto con la oración ofrecer sacrificios por la curación de los enfermos.
Aprovecho la ocasión también para encomendar a todos los lectores enfermos o que tengan algún amigo o familiar con algún problema de salud. Pueden poner sus peticiones de oración en los comentarios de este artículo.
Confiemos en la comunión de los santos y nunca nos olvidemos de rezar por las personas enfermas.
María Salus Infirmorum, ora pro nobis
Por Javier Navascués