Javier Peñas Navarro: “Hoy echo de menos en los poemas recreaciones del Nuevo Testamento”
Javier Peñas Navarro. Madrileño de Collado Villalba (1956). Licenciado en Literatura Hispánica por la Universidad de Navarra. Profesor de Secundaria hasta 2016. Padre de cuatro hijos. Autor de nueve libros de poesía, el primero Adjetivos sin agua, adjetivos con agua, Premio Adonais 1983.
¿Por qué un libro de poemas sobre Dios?
La literatura, igual que otras artes, siempre ha tratado de abordar los grandes temas: el amor, la muerte, el misterio y sentido de la existencia, la limitación humana… Y al hacerlo, indefectiblemente, surge Dios. Hoy se observa que, aunque la preocupación por esos temas no haya decaído, la presencia de Dios en la literatura sí. Más aún la del Dios de los cristianos.
¿Por qué echaba en falta poemas alusivos a los evangelios y a las sagradas escrituras en general?
Abundan en los siglos XX y XXI los escritores que han elaborado obras muy meritorias sobre temas nobles, pero yo echaba de menos mayor presencia de recreaciones contemporáneas del Nuevo Testamento. Cuando a principios de los ochenta empecé a escribir y a publicar, en mis poemas ya se notaba algo el carácter religioso; a mediados de los noventa hay un giro notable en mis inclinaciones y necesidades, resumible así: Vivir sin Dios es un sinvivir; y yo llevaba una vida corriente, como tantos, pero con la ineludible necesidad de la expresión poética, de la que Dios no debía estar ausente.
Sin embargo, es una fuente inagotable de la que usted ha querido beber…
Me lo he pasado muy bien, y sigo disfrutando, leyendo textos sagrados, aprendiendo a dejarme acompañar por ellos, tomando notas, meditando para intentar comprender, repasando páginas señaladas, intercambiando puntos de vista con amigos… También tengo cerca las obras ascéticas y místicas de los siglos de oro español y las de los Padres y Doctores de la Iglesia. Supongo que debo mucho más de lo que a simple vista pueda parecer a Santa Catalina de Siena, San Juan de Ávila o Edith Stein, entre otros.
¿Por qué ha querido dedicar algunos de los poemas a su relación con Dios?
Aquí tenemos un problema que algunos escritores sospecho que desdeñan: La Verdad. Antonio Machado apela en uno de sus proverbios a que nos guardemos nuestra verdad y a tener el coraje de buscar la Verdad con mayúscula. La belleza de la creación literaria no puede estar desligada de la verdad noble ni de la Verdad que reside en el Dios trinitario.