Masturbación, pecado mortal que esclaviza y paraliza la vida espiritual
El pecado solitario o inmundicia, conocido popularmente como masturbación, consiste en abusar del propio cuerpo excitando los órganos genitales para procurarse voluntariamente el placer hasta el orgasmo. A veces, se comienza por mera curiosidad; pero si no se corrige esta inclinación se convierte en un vicio obsesivo que esclaviza a la persona y le desinteresa por todo lo demás: como le pasa al drogadicto.
La masturbación es un pecado mortal grave que ofende mucho a Dios y que es un hábito vicioso que hay que tratar de cortar de raíz. Si se cae en él, no hay que desesperar sino hacer una pronta confesión y poner todos los medios para no volver a caer.