Sin villancicos no hay Navidad
Los ideólogos de Satanás, con azufre infernal, quieren neutralizar el buen olor de Cristo de la sociedad, imponiendo un laicismo feroz en la mayoría de estados de Occidente. Llevan décadas, conspirando en la tiniebla, para acabar con el espíritu de la verdadera Navidad, para desterrar al país del olvido las buenas costumbres católicas y socavar los cimientos de la cristiandad. Mucho peor que el avariento Scrooge, de la novela de Dickens, que se conmueve y recapacita, pues ellos han iniciado un camino de no retorno para dinamitar el Reinado Social de Cristo, tratando de apagar el rescoldo que queda en las brasas humeantes de muchos corazones.