Fiestas de San Fermín, bacanal repugnante y sumidero de depravación
Los hijos de satanás y su perverso plan de ingeniería social anti católica saben perfectamente que si prohibiesen las fiestas religiosas populares en España ello provocaría una reacción del pueblo español en defensa de las fiestas y sus tradiciones. El alma noble del pueblo español (lo que queda de él) embiste como un toro bravo contra cualquier ofensa directa a la Virgen, al Cristo o al Santo Patrón.
Por eso, en sus planes dañinos, no quieren prohibirlas directamente, sino desnaturalizarlas y depravarlas. Para disimular su plan sibilino tienen que permitir ciertas manifestaciones externas de fervor popular mientras degradan el alma de los jóvenes, y no tan jóvenes, con la incitación a la fiesta mundana y al desenfreno absoluto, donde siempre desfilan en exceso las drogas, el alcohol, el sexo y la podedumbre de costumbres en general.
Sí señores, entérense bien, si piensan que son ideas conspiranoicas, contemplen como se han derruido la fe y las costumbres en España en las últimas décadas. No hace falta ser un observador especialmente minucioso para contemplar de un plumazo el desolador panorama.
Degradar a la juventud no es algo nuevo, recordemos por ejemplo lo que hizo el socialista Tierno Galván hace años desde el balcón del ayuntamiento madrileño, invitando a los jóvenes a colocarse, lo que provocó gran escándalo en aquella época. Hoy en día ya nada escandaliza y nadie necesita la incitación al vicio, pues es algo ya desgraciadamente connatural en nuestra sociedad pervertida.