La procesión de antorchas de Ntra. Sra. de Fátima en las calles de Barcelona cumple su 50 aniversario
Con motivo de esta efemérides, entrevistamos a Antonio Sáez Rodenas, presidente de la Unión Seglar de San Antonio María Claret y promotor durante muchos años de esta procesión de fin de mayo.
Háblenos de la historia de la procesión desde sus orígenes.
La primera procesión de antorchas con la imagen de Ntra. Sra. de Fátima por las calles de Barcelona, tuvo lugar el 30 de mayo de 1970. La idea surgió de los padres José María Alba Cereceda, S.J. y José Ricart Torrent, recogiendo el testigo del que fuera fundador espiritual de la Unión Seglar de San Antonio María Claret, el padre Jaime Piulasch Oliva, S.J.
La procesión, en aquella primera ocasión, marchó desde la Iglesia de Santa Mónica, en la parte baja de las ramblas, hasta la Basílica de la Merced, rezando el Santo Rosario como pidiera la misma Virgen de Fátima en sus apariciones de 1917.
Durante la Santa Misa, la Unión Seglar de San Antonio María Claret se consagró al Corazón Inmaculado de María, oficiando la ceremonia el Padre José María Solé, Sacerdote Claretiano.
En los años sucesivos, la procesión cambió, en varias ocasiones y por diferentes causas, de recorrido, como, por ejemplo, desde la Plaza de la Catedral a la cercana Iglesia del Pino. Ya en los últimos años, se ha consolidado el recorrido desde la Plaza de la Catedral hasta la Basílica de Ntra. Sra. De la Merced, volviendo en parte a sus orígenes.
¿Qué importancia ha tenido y qué frutos ha dado en todos estos años?
En cuanto a los frutos, solo Dios lo sabe. Nosotros podemos tener una pequeña muestra de ellos. Así podríamos hablar, como nos han referido en varias ocasiones los sacerdotes que oían confesiones, de muchas conversiones, de vueltas a la fe después de muchos años de alejamiento y de confesiones fervorosas tras mucho tiempo sin acercarse al sacramento de la penitencia.
En cuanto a la importancia de la procesión de fin de mayo, podemos decir que durante muchos años ha sido la única que ha paseado la imagen de Nuestra Señora por las calles del centro de Barcelona. Solamente en algunos años, en el mes de septiembre, procesionó la imagen de la Virgen de la Merced en el marco de las fiestas de la patrona.
Podría hablarles de lo que algunos hemos dado en llamar “la otra procesión”. Durante muchos años la imagen de la Virgen viajaba en camión descubierto desde la Parroquia de S. Félix Africano, en las cercanías del Parque de la Ciudadela, hasta la Plaza de la Catedral para unirse allí con los fieles. Durante ese recorrido en camión por las principales calles de Barcelona, pudimos apreciar muchas lágrimas, muchas personas santiguarse y ponerse de rodillas al paso de la imagen.
¿Cuál fue el perjuicio espiritual de no poderla hacer en los dos últimos años?
Ciertamente la pandemia ha ocasionado lo que podría parecer como un “parón espiritual” en la humanidad, pero también la pandemia está dentro de los planes de Dios y, sin duda, podemos pensar, piadosamente, que con todo Nuestro Señor y su Madre del Cielo, habrá esparcido su gracia por el mundo entero. Es verdad que el hecho de no haber podido realizar la procesión estos dos años, ha podido ocasionar que algunas personas que tenían ya en su calendario la fecha del último sábado del mes de mayo dedicada a la procesión de la Virgen de Fátima, puedan haber olvidado esta santa costumbre, pero por eso debemos difundir con mayor ahínco la vuelta a las calles de Barcelona de Nuestra Madre.