El Pilar, símbolo de que la Fe no desaparecerá nunca en España
Hoy voy a hablar sobre mi devoción a la Virgen del Pilar, patrona de la Hispanidad…una de las devociones más populares y más queridas: la Santísima Virgen del Pilar, conocida cariñosamente como la Pilarica.
Desde el siglo XVII patrona de Zaragoza y Aragón
La Virgen del Pilar fue nombrada patrona de Zaragoza en 1642, extendiéndose a todo el Reino de Aragón desde 1678. La Virgen del Pilar es Patrona de la hispanidad desde 1958. El 12 de octubre es considerado por primera vez “fiesta nacional de España” y “día de la hispanidad” en 1958, tras decreto firmado por Francisco Franco y Luis Carrero Blanco.
Predilección de la Virgen
Tuve la gracia de ser bautizado en la Basílica del Pilar de Zaragoza un abrasador 7 de julio, día de San Fermín. Además de celebrar nuestro despertar a la vida, deberíamos acordarnos sobre todo de nuestro nacimiento para el cielo. Siempre me hizo mucha ilusión el hecho de ser bautizado en el primer templo de la cristiandad en honor a la Virgen María, que vino en carne mortal a Zaragoza. Esa predilección de la Madre del Cielo no fue algo casual, pues la capital aragonesa donaría a la Iglesia innumerables mártires en los primeros siglos del cristianismo así como numerosas hazañas en defensa de la Fe en siglos venideros.
Breve historia de la advocación
Como muchos de ustedes ya sabrán, según una antiquísima y venerada tradición, la Santísima Virgen, cuando aún vivía, se apareció al Apóstol Santiago el Mayor en Zaragoza. Vino acompañada de ángeles que traían una columna o pilar como signo de su presencia. En la aparición, Nuestra Señora consoló y reconfortó al Apóstol Santiago, a quien prometió su asistencia materna en la evangelización que estaba llevando a cabo en España, pues esta nación estaría a llamada a una grandísima misión evangelizadora en la Historia.
Desde entonces, el Pilar es considerado como el símbolo de la firmeza de fe de los españoles y de toda la hispanidad y uno de los grandes santuarios marianos de la cristiandad. Todos los días del año a las 9 de la mañana, a las 12 y las 8 de la tarde suena por la megafonía de la Plaza del Pilar una letanía en honor a tan importante visita: “Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. Por siempre sea, por siempre sea bendita y alabada”.