El P. Nicolau afirma que los científicos llamados ateos no profesan religión, pero aceptan una primera causa
Francesc Nicolau i Pous es un sacerdote, matemático, profesor universitario y divulgador científico. Es Licenciado en Sagrada Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. También es licenciado en Ciencias exactas por la Universidad de Barcelona, donde se especializó en Astronomía. Conoce 14 idiomas. Sus especialidades son la Astronomía y el evolucionismo. Autor de numerosos artículos científicos que han sido recogidos en un buen número de libros.
El 13 de noviembre de 2013 le tributaron un acto de homenaje en la sede del Seminario Conciliar.Las tres instituciones docentes de la Iglesia que promovieron este acto fueron el Museo Geológico del Seminario de Barcelona (MGSB), la Asociación de Amigos de dicho Museo, y la Facultad de Filosofía de Cataluña. Un reconocimiento a su labor científica y sacerdotal. Hoy a sus 90 años conserva una perfecta lucidez y claridad de ideas. Un sacerdote amigo me aconsejó entrevistarlo sobre uno de los temas en los que está especializado, el origen del universo. Respuestas breves, pero profundas, que van a lo esencial.
Es un mito que la ciencia lleva al ateísmo, cuando la mayoría de los grandes científicos han sido creyentes (aunque desde el siglo XX ha subido al 40 % el número de científicos ateos).
Es verdad que hoy día hay científicos que dicen ser ateos, pero lo que quieren decir con ello es que no profesan ninguna religión determinada y no que rechacen una primera causa. Y hay alguno de ellos que lo dice abiertamente. Y creer en una primera causa es ya empezar a creer en Dios, aunque no sea del todo esto, aparte del 60% que admiten como verdadera una Religión determinada (las más de las veces, la Católica).
En los años 30 hubo una encuesta de Le Figaro entre 45 científicos y todos ellos reconocieron que no había oposición entre fe y ciencia y la Iglesia en diferentes documentos ha confirmado que no hay oposición entre la fe y la razón.
Lo que dice Figaro y admite también la Iglesia Católica es muy elemental y claro. Una simple confrontación de los datos de la ciencia y los de la Fe católica, teniendo en cuenta el género literario de ciertos libros del Antiguo Testamento, lo comprueba sobradamente.
El P. Brown, sacerdote de ficción de Chesterton, descubre a uno de los impostores porque predicaba contra la razón, por lo que no podía ser un sacerdote católico….
Lo que se dice en ficción por el P. Brown es claro, nada que vaya contra razón puede ser doctrina de la Iglesia.
El azar no puede explicar nada, incluso la mayoría de los evolucionistas creen en la teleonomía…
A esto han llegado los evolucionistas científicos sinceros: en la evolución de la vida hay una teleonomía clara, es decir, unas leyes inteligentes que van regulando el desarrollo de la vida, que no evoluciona puramente al azar.
El Padre Carreira afirmaba que la pregunta más importante en ciencia es: ¿Por qué hay algo en lugar de nada?
Esta pregunta de por qué hay algo en lugar de nada, no tiene respuesta. Nuestra razón nos dice que no es absurdo pensar que podría haber ocurrido que nada existiera, pero ahora vemos que existe algo, nosotros mismos, por ejemplo, y por tanto la realidad es que siempre ha de haber existido algo porque de la nada sin concurso de nadie no puede salir nada. Hay que atenerse al hecho, a la realidad que palpamos.
De la nada, nada sale…si ahora existe algo tiene que haber una razón suficiente para que exista.
Que de la nada nada puede salir, sin una omnipotencia creadora, es tan claro que no creemos que haya quien lo dude.
En 1917, Einstein, con sus ecuaciones, empezó a plantear que la materia no podía ser eterna, algo que se creía desde los filósofos clásicos, por lo tanto tenía que haber necesariamente una realidad que transcienda a la materia.
Einstein es uno de los científicos considerados ateos. Podemos decir que injustamente. Él manifestó explícitamente que creía en una causa primera. Veía claramente que la materia no es eterna y exige un Creador.
En 1927, el Padre Lemaître lo corroboró con la teoría del átomo primitivo que llamaron despectivamente teoría del big bang, pero al principio no todo el mundo aceptó.
La teoría del átomo primitivo de Lamaître no tardó mucho en ser aceptada por casi toda la comunidad científica del momento. Creo que no fue despectivo el nombre de Big Bang con que se denominó, sugerido por el de Big Ben ya existente para designar la gran campana del reloj de la torre del Parlamento de Westminster (Londres).
En 1929, Hubble descubre que las galaxias se expanden de forma homogénea y se empezó a consolidar la teoría de que el universo tenía un origen…
Se consideró bien avalada la teoría del Big Bang por el hecho de la expansión del universo descubierta por Hubble. Así se obtenía una prueba más de la no-eternidad del universo material.
Por lo tanto, a medida que avanzó la Ciencia fue coincidiendo más con lo que enseña nuestra religión, que hay un Dios creador.
Sí que se puede decir, en consecuencia, que la Ciencia está de acuerdo con la idea de un Dios Creador.
Quizás para finalizar la pregunta más difícil: ¿Quién creo a Dios o cómo puede haber un ser increado origen de todo?
Ya sabemos que a la pregunta “¿Quién creó a Dios?” hay que responder que existe desde siempre y tiene la razón de existir en sí mismo. La debilidad de la razón humana no puede añadir nada más. Esto ya nos supera.
Por Javier Navascués
22 comentarios
He sido alumno de este excelente profesor -maravilloso divulgador científico y mejor sacerdote-. Ateniéndose a los datos de la investigación, Mn. Nicolau sólo da por probada la microevolución. De la macroevolución dice que -en el caso de que llegara a probarse- no sería incompatible con la Fé, tal como enseñó la indiscutible autoridad de Pío XII.
Ni Mn. Nicolau ni Pío XII tienen ningún "acomplejamiento" ante la Ciencia. Pacelli fue un hombre dotado de una agudísima inteligencia, una vastísima cultura que sorprendía a quienes le conocieron y de una tan gran fé, santidad y espiritualidad que sólo el (este sí) acomplejamiento de los eclesiásticos actuales ante cierta opinión pública permite explicar el que no haya sido elevado a la gloria de los altares. El Magisterio de Pío XII fue uno de los más luminosos de la historia de la Iglesia de tal modo que, teniendo un preciso conocimiento de los avances de la Ciencia, casi podemos decir que se anticipaba con sus pronunciamientos a los problemas. Se dice que Pío XII hizo enmudecer al episcopado. ¡Qué diferencia con la confusión de las actuales enseñanzas y las innumerables declaraciones de obispos alemanes! El Magisterio de Pacelli es lúcido y rico, toca los más variados aspectos y, en la mejor tradición de la Iglesia, muestra la compatibilidad de los conocimientos científicos con la Fé.
Merece lectura y admiración su Divino Afflante Spiritu. ¡Por supuesto que en la interpretación de la Biblia hay que tener en cuenta los géneros literarios y no hay que ir buscando las hierbas que comían los antiguos patriarcas antes del Diluvio y que les permitían vivir cientos de años! La Biblia no es un tratado astronómico que nos enseñe cómo es el cielo, sino que nos enseña el camino para ir al Cielo. Eso no significa negar la historicidad de muchos episodios bíblicos que, por otra parte, la arqueología nos va confirmando ni tampoco "desmitificar" la Biblia hasta quitarle todos los aspectos milagrosos y sobrenaturales como hizo el modernismo y hacen los actuales exegetas.
También el excelente magisterio de Pío XII brilla en la Humani Generis. Allí nos indica el Pontífice que la enseñanza del Génesis acerca del origen del hombre no tiene que ser tomada literalmente y que lo de que el hombre fue creado del barro puede entenderse como que el cuerpo del primer hombre fue creado de materia preexistente. Esa materia preexistente podría ser un animal, dejando siempre claro que el alma humana racional fue creada directamente por Dios y que no procede de ninguna evolución. Eso no significa que Pacelli ni Nicolau enseñen el evolucionismo, sino sólo que, en el caso de que el evolucionismo llegase a probarse, éste no sería incompatible con la Fé. Como se ha dicho antes, la revelación de Dios no podría enseñar lo contrario de lo que la recta razón dada por Dios nos puede mostrar.
El creacionismo, el evolucionismo y el diseño inteligente son teorías científicas. Ninguna de ellas se ha demostrado (con exclusión del microevolucionismo). Ninguna de ellas es opuesta a la Fé. Serán los científicos -creyentes (los más) o no- quienes con su estudio y sus descubrimientos quizá lleguen algún día a poder afirmar con seguridad alguna de ellas. Y sea cual sea la verdadera en nada quedará empañada la gloria de Dios que pudo usar de los medios que creyó convenientes para realizar la Creación ¿O es que el haber creado una primera materia y haber establecido unas leyes, a las que la Naturaleza se conforma, para que con el paso del tiempo se llegase a unos determinados resultados es menos portentoso que haber creado las especies todas de una vez?
Uno de los pocos momentos en que la Providencia me sonrió fue cuando me dio por profesor a Mn. Nicolau, de Ciencias naturales, de Matemáticas y de Filosofía. No he tenido ninguno mejor ni he conocido a un sacerdote mejor en toda mi vida. Dotado de extraordinaria inteligencia, cultura, humildad, fé, ansia de apostolado, tiene una claridad pedagógica inigualable. Fue él quien nos introdujo en la lectura de El Criterio y en el conocimiento de ese otro gran apologeta, filósofo e intelectual que fue Jaime Balmes. Mn. Nicolau no es ningún evolucionista. Es un sacerdote que no ha tenido otro objetivo en su vida que mostrar la compatibilidad entre la Ciencia y la Religión. Siguiendo una tradición, por desgracia abandonada, de la diócesis de Barcelona, el obispo dedicaba un sacerdote al estudio de las Ciencias naturales, a otro de la Física y Química y a otro de las Matemáticas para poder transmitir verdaderos conocimientos científicos a los futuros sacerdotes. Mn. Nicolau obedeció a su obispo cuando fue a estudiar brillantemente Teología a la Gregoriana de Roma, donde tuvo la dicha de conocer al Papa Pacelli, y cuando después estudió ciencias exactas -que entonces incluía la mecánica celeste- en la Universidad central de Barcelona. Mi hermano muchos años después estudió matemáticas en la misma Universidad y se le ocurrió preguntar al más "coco" de los profesores que tal alumno había sido Mn. Nicolau y le reconoció que muy bueno. Hubiese podido ser un científico brillante, pero él es sacerdote ante todo.
Mn. Nicolau me confesó una vez que le hubiese gustado más dedicarse a enseñar religión ó Teología que haber pasado más de 40 años enseñando algo tan "antipático" como las matemáticas a alumnos que teníamos más interés por el Barça que por los límites y las derivadas. Pero fue al apostolado en el ámbito de la Ciencia a lo que el obispo le había destinado. Escribió artículos divulgativos en la revista infantil Cavall fort, enseñó ciencias en colegios de religiosas y en el seminario menor, fue subdirector y conferenciante en el museo de Geología (más bien Paleontología) del seminario mayor... y todo eso sin olvidar el ejercicio más "pastoral" como capellán de monjas y confesor en las catedrales de Barcelona y Sant Feliu. Pero él era (y afortunadamente es, a sus 90 años) tan sacerdote cuando se desempeñaba en una labor tan burocrática como la de secretario de estudios como cuando preparaba a las niñas para la primera comunión en el Colegio Montserrat. La suya era la única sotana que se veía en la Facultad de Teología de Barcelona en los años más duros del postconcilio, cuando se enseñaban todo tipo de heterodoxias, y a él lo marginaron y le encomendaron las asignaturas más "técnicas", Cuestiones de Fe y Ciencia, Griego bíblico y Lógica, es decir, las materias para las que los demás no estaban capacitados. Y nunca nunca se le escuchó una mala palabra ni una crítica a nadie. Sólo infinita comprensión y paciencia para sus zopencos alumnos. Hasta hace pocos años acudía yo al museo a consultarle mis problemas con la Estadística ó las matrices y siempre atendía con solicitud. Grupos de estudiantes de la Universidad, aficionados a la Astronomía ó a la Paleontología han acudido a él durante años y siempre han recibido una acogida humilde, esclarecedora y paternal. Como los antiguos jesuitas que ejercían su apostolado en la sociedad con el cultivo de las ciencias, así lo ha hecho Nicolau con la divulgación científica. Fui yo el "responsable" de que empezara a publicar artículos sobre el evolucionismo en la revista Cataluña cristiana. Entonces era yo monaguillo de mons. Jarque (de venerada memoria), el fundador de la revista, y le convencí de que una sección científica le vendría muy bien al semanario y de que yo tenía un profesor que era muy bueno y tenía un lenguaje muy comprensible. Le convencí y así empezó una fructífera colaboración que ha durado casi 40 años y que ha dado origen a la publicación de dos docenas de libros.
Llamar a Pacelli ó a Nicolau acomplejados me parece insultante. Acomplejados son quienes se deslumbran por todo lo que viene de fuera. Los americanistas de antaño parece que han mudado ropa. No soy yo antiamericano por principio y no dejo de admirar esa contrarrevolución moral que ha nacido en EEUU que se opone al aborto, a la laicización de la escuelas, a la ideología de género y a todos los errores que hoy profesa nuestro mundo y a los que líderes católicos eclesiásticos y políticos (sin ir más lejos Biden) no sólo están rendidos, sino que promueven. Que en el ámbito del protestantismo, tanto religioso como político (Trump, Bolsonaro, Orban) exista hoy una batalla contra gravísimos males de la Humanidad a la que está bien que nos sumemos y de la que tenemos que aprender no significa que tengamos que adoptar en bloque todas sus doctrinas. Recordemos que el Protestantismo es el Mal y que Lutero -lejos de ser un testigo de la Fé como nos quiere hacer creer la oficina filatélica del Vaticano- fue un terrible enemigo de la Humanidad, de la Cristiandad, fautor de las mayores herejías y causante de guerras infinitas que acabaron con la Christianitas, desangraron nuestro continente y rompieron la Iglesia. Las insultantes y delirantes tesis de Lutero contra la Misa y el Papado no se detuvieron ahí sino que atacaron precisamente a la Razón calificándola de "ciega, sorda, estulta, impía y sacrílega frente a todas las palabras y las obras de Dios” y como “la prostituta más grande al servicio del diablo” ¿O no han oído al protestante César Vidal -que ciertamente lucha en la buena batalla en temas éticos- atacar a Santo Tomás de Aquino?
No, señores comentaristas. La polémica protestante acerca del Creacionismo que existe en EEUU no tiene que ser aceptada en bloque. Los católicos no creemos en la sola Escritura ni en su interpretación literal ni despreciamos la razón que Dios nos ha dado. Y tenemos el lúcido magisterio del magno Pío XII al que siempre se han conformado las enseñanzas de Mn. Nicolau que, en siendo ortodoxas, no son por ello menos científicas.
"Por qué se dieron charlas en el Vaticano, hará unos tres años a favor del evolucionismo, cuando correspondería hacerlo en contra por parte de los que lo saben refutar, que son muchos i no me refiero sólo a los protestantes?"
Hermano: en este pontificado se ha dado micrófono y foro en el Vaticano, como si estuvieran en su casa, a todos los enemigos posibles de la fe, ¿porqué los evolucionistas ateos serían la excepción?
"Ateniéndose a los datos de la investigación, Mn. Nicolau sólo da por probada la microevolución. De la macroevolución dice que -en el caso de que llegara a probarse- no sería incompatible con la Fé, tal como enseñó la indiscutible autoridad de Pío XII."
Me gustaría saber qué da por probada la 'microevolución' y qué daría por demostrada la 'macroevolución'.
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