Roy Harley. Nació en Montevideo, Uruguay el 26 de mayo de 1952. Ingeniero Industrial Mecánico. Casado hace 46 años, tiene tres hijos y siete nietos. Durante toda su vida trabajó para grandes empresas como Imperial Chemical Industries (ICI) y AkzoNobel como gerente de planta de sus empresas de Uruguay y Argentina. A partir del 2016, comenzó a dar charlas motivacionales de liderazgo, trabajo en equipo, haciendo énfasis en la actitud. Basa sus charlas en el empuje, entusiasmo y la energía de la vida, busca transmitir no solo lo vivido en los Andes, sino también su carrera profesional y experiencia en el rugby. Es un agradecido a Dios y a la vida, por haberle permitido vivir una experiencia como la que le tocó vivir y desde su lugar, trata de transmitir y hacer ver que todos tenemos una cordillera por superar.
Es amante del deporte, corre maratones, y como corolario de lo anterior, el 10 de julio de 2016 fue designado por el Comité Olímpico Internacional, como el único uruguayo para llevar la “Llama Olímpica” para las Olimpiadas de Rio 2016 en Florianópolis, Brasil. Le gusta mucho, poder compartir su experiencia de vida con la gente.
¿Cómo le marcó la vida la experiencia del accidente en los Andes?
Yo hubiera sido un ingeniero, me hubiera casado y tenido hijos…con una vida normal etc. Lo que vivimos es una historia reconocida mundialmente y ser uno de los protagonistas te marca, pasas a ser una personalidad pública. Lo que haces y decís hoy en día siempre tiene repercusión en las redes.
¿Hasta qué punto ha podido superar las secuelas del todo?
Yo me recuperé físicamente muy rápido, en marzo del 1973 ya había comenzado nuevamente mis estudios en la Universidad, en abril comencé de vuelta con el rugby. Nunca tuve ningún problema traumático ni psicológico, siempre estuve feliz y agradecido de estar vivo.
En esos días tan angustiosos, ¿de donde sacaron la fuerza para seguir luchando?
En mi caso a mí me dolía mucho que en mi casa mis padres y hermanos lloraban un hijo, un hermano muerto y yo estaba vivo. Yo quería regresar a casa a decirles no lloren yo estoy vivo.
¿Cómo les ayudó la fe a no desesperarse?
Era muy importante en todos para sobrevivir. Era lo único seguro que teníamos, fe en Dios y en que íbamos a salir.
Leer más... »