La peregrinación a Covadonga duplica participantes con el colofón de la Misa solemne en la Basílica
Por segundo año consecutivo el tapiz de los montes asturianos y el cielo turquesa de España, encapotado de bellas tonalidades grisáceas, se han convertido en el caleidoscopio de la Tradición patria, una alfombra incensada de sinceras plegarias. La campiña asturiana se reviste primorosa y se engalana para acoger a los entusiastas peregrinos de España y el mundo entero, tejiendo un perfecto maridaje entre la sublime grandeza del Creador y las maravillas de la creación, armónicamente esmaltadas.
Unos 30000 metros diarios que se tornan en una serpiente multicolor de esperanza, un reguero ardiente de fe y devoción, aroma de virginal deleite y buen olor de Cristo. Este año ha quemado el sol, como los corazones de los peregrinos, henchidos de espíritu de amor y penitencia. También ha habido momentos de frescor salvaje, un soplo de aire fresco rebelde en la torridez estival.
Las gentes asturianas salieron a sus balcones a contemplar este pequeño vestigio de cristiandad que sobrevive en el mar tempestuoso de la modernidad.
La segunda edición de la peregrinación de Nuestra Señora de la Cristiandad ha contado este año con un millar de peregrinos, más del doble que el año pasado, por lo que se afianza como una de las grandes peregrinaciones en suelo patrio, con una organización modélica y un creciente entusiasmo, especialmente entre los jóvenes y las familias. También ha destacado el ambiente de sana amistad y cristiana alegría, remanso de paz y rara avis en nuestros días.
Durante estos tres días de marcha se ha celebrado la Santa Misa solemne de campaña y, además, se ha podido clausurar la peregrinación por todo lo alto, en el día de Santiago apóstol, con la celebración de la Santa Misa en la Basílica de Covadonga, con júbilo impreso en las almas de los peregrinos. Presidió la Misa, con gran piedad y gravedad, Mons. González Chaves y predicó el P. Javier Olivera Ravasi, con un mensaje directo y contundente en favor de la hispanidad y la cristiandad y un llamamiento a las familias cristianas a tener hijos para que no prevalezcan otras religiones en nuestra patria.
Desde la organización de Nuestra Señora de la Cristiandad quieren agradecer a todos los peregrinos, voluntarios, sacerdotes, ángeles de la guarda, colaboradores, propietarios de los terrenos, etc., que hacen posible la peregrinación. También desean mostrar su gratitud al Sr. Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, por su acogida en la diócesis, y en particular en la catedral, así como al Sr. Abad de Covadonga y a los párrocos del Remediu y Sevares.
NSC-E agradece la gran generosidad de los propietarios de los terrenos cedidos desinteresadamente para la pernocta de los peregrinos: nuestros queridos Pepa y José de El Remediu y los propietarios del fabuloso espacio natural de Veredales Resort en el entorno del Palacio de Sorribas, en Sevares.
Esperamos que esta peregrinación haya servido y sirva para derramar abundantes gracias espirituales en todos los participantes, y que, mediante la intercesión de nuestra querida Santina, aproveche para el bien de la Iglesia, de España y para la reinstauración del reinado social de Nuestro Señor y el espíritu de la Cristiandad. Desde ya la organización empieza a trabajar en la próxima edición de la peregrinación, a la que esperamos que puedan acudir aún más peregrinos, para gloria de Dios.
En resumen un vergel de tradición en un mundo decadente y la sensación de que la peregrinación no solo ha crecido en número sino en espíritu.
Por Javier Navascués