Rodrigo Fernández Diez: “El católico debe dedicarse a la política, pero no a través de medios inmorales”
Rodrigo Fernández Diez. Licenciado en Derecho por la Universidad Panamericana (Méjico). Maestro en Ciencias Jurídicas por la Universidad Panamericana. Doctorando en Derecho por el Colegio Mayor de Humanidades (Méjico). Coautor del libro «Los contratos civiles de garantía» (Ed. Tirant lo Blanch) y autor de varios artículos de investigación. Articulista en el periódico «La Esperanza». Fue hasta el año 2023 catedrático de Derecho Romano en la Universidad Panamericana.
En esta entrevista analiza algunos aspectos de la implicación del católico en política según la enseñanza tradicional de la Iglesia.
El clero nos exhorta continuamente, como católicos, a participar en la política. Y hay algunos seglares que se animan a hacerlo a través de los medios que ofrece la democracia moderna, como también los hay que se rehúsan a ello. ¿Existe realmente tal deber? Y si existe, ¿cómo se debe cumplir?
Existe el deber de aportar al bien común a través de la acción política como parte del cumplimiento de nuestros deberes patrios. Pero no existe el deber de hacerlo a través de medios intrínsecamente inmorales. Por el contrario, hay obligación de evitar tales medios y acudir a otros que no sean inmorales, aunque no tengan el mismo grado de eficacia inmediata.
¿Pero la participación política a través de los medios que en nuestro tiempo se nos ofrecen es intrínsecamente inmoral?
Permítame desgranar el punto por pasos, recordando también que no es lo mismo participar como candidato que simplemente como elector.
François Hollande, presidente de la República Francesa entre los años 2012 y 2017, confesó en una entrevista que se le hizo en el 2012 que la relación entre la masonería y la República era tan grande, que en Francia todo aquel que quisiera hacer carrera política había de pasar necesariamente por las filas de la masonería. En los países en que tal condición sea necesaria, hay impedimento absoluto para la participación política por los medios convencionales, con ralliement pontificio o sin él. Y para los electores que voten por tales candidatos a sabiendas, tal vez el grado de culpabilidad sea menor, pero no inexistente.