Catena Aurea, una academia para formar a los jóvenes en la Verdad y la Belleza
Catena Aurea, siguiendo el lema de San José de Calasanz, quiere formar a los jóvenes en la vida de piedad y en las letras. Juan Carlos y su esposa Evelyn, también docente, han creado este interesante proyecto para dar a los jóvenes una sólida formación católica y humanística.
¿Cómo nace la Academia Catena Aurea? ¿Por qué toma ese nombre?
La Academia “Catena Aurea” nace como un emprendimiento familiar: mi esposa y yo somos docentes, ella dicta clases de italiano y yo soy Lic. en Filosofía, ambos trabajamos con alumnos de nivel primario, secundario y universitario. Por desgracia, muchas aulas ya no son instancias de conocimiento y cultura. Los programas oficiales, la excesiva cantidad de chicos por clase y un sinfín de otros problemas –el ruido, por ejemplo– convierten a la enseñanza común, en muchos casos, en una gran pérdida de tiempo y energías. Nosotros venimos a ocupar ese lugar, en el marco de clases individuales o de pequeños grupos donde los alumnos aprenderán con mucha mayor velocidad.
En cuanto al nombre de la Academia, Catena Aurea es la obra de Santo Tomás de Aquino que recopila los comentarios de los Padres de la Iglesia a cada uno de los versículos de los cuatro Evangelios, y es la que leemos como familia los domingos para meditar con más profundidad las Escrituras. Pensábamos en algún nombre en latín y luego de examinar varias opciones, nos quedamos con ese.
¿Por qué ese deseo de fomentar la piedad y las letras?
El lema lo tomamos de San José de Calasanz. Creemos que conjuga las dos potencias humanas: inteligencia y voluntad. El lema retrata al hombre por completo, no una parte, lejos de un sensacionalismo sin logos y lejos también de un intelectualismo seco y descomprometido con la realidad actual. Por eso, fomentamos esta formación desde la cosmovisión de la Filosofía y la Cultura Cristiana. ¿Y cómo podría definirse? Para explicarlo sencillamente (y parafraseando a Chesterton), tratamos de ser un matrimonio cristiano que cuando filosofa o transmite cultura, se le nota que lo es. Conectamos los temas naturales con los sobrenaturales, lo teológico con lo histórico, la fe con la razón así como tratamos de incentivar no sólo las virtudes intelectuales sino también las morales.