Concejal en Castellón cuenta los ataques sufridos por defender la campaña de 40 Días por la Vida

Alberto Vidal Guerrero. Nació en Castellón en 1991. Cursó sus primeros estudios en el colegio Madre Vedruna y acabó el Bachillerato en Valencia. Tras los primeros años de universidad, en 2014 pasó seis meses de instrucción con la Armada española. Después de esta experiencia se unió a VOX como primer secretario provincial. Se graduó en Historia por la Universidad de Valencia en 2016 y un año después se incorporó al ejército, donde sirvió dos años como soldado de infantería en el RIL Príncipe 3, en Asturias. En 2019 se trasladó a Madrid donde compaginó la especialización en Historia Moderna, a través del Máster en Historia de la Monarquía Hispánica de la UCM, con su colaboración en el canal de YouTube Academia Play. Trabajó como docente en un centro de Fomento hasta su elección como concejal en 2023. Actualmente es concejal de Familia e Infancia, así como de Comercio y Consumo y IX Teniente de alcalde en Castellón de la Plana. También es miembro del Comité Ejecutivo Provincial de VOX en Castellón.

¿Por qué decidió defender en el pleno la campaña de 40 Días por la Vida en Castellón?

En primer lugar, porque considero que nunca debería ser delito rezar en cualquier lugar, mucho menos en un país aconfesional como es el nuestro. En segundo lugar, porque España es un reino tradicionalmente cristiano y por ello, debería ser normal poder orar por aquellas intenciones que los cristianos consideramos importantes tanto a nivel personal como social. Ahora es la fiesta del Ramadán y vemos como muchos musulmanes piden espacios públicos para rezar e incluso lo hacen en calles y plazas, y mientras esto ocurre en el ayuntamiento de Castellón hay partidos que piden prohibir a los cristianos rezar porque entienden que “acoso” y que este tipo de acción causa “traumas irreversibles”. Todo ello no deja de ser sorprendentemente triste, pues manifiesta como están las cosas en nuestra patria. En tercer lugar, porque el objeto de la oración de los miembros de 40 días por la vida es la protección del ser humano, especialmente desde el momento de su concepción, que ve amenazada su vida por leyes e ideologías perversas.

Además de sus convicciones católicas, ¿qué argumentos de orden natural expuso a favor de la vida?

Fueron tres argumentos:

Un argumento filosófico-científico, un argumento social y un argumento personal.

Desde el argumento filosófico-científico podemos afirmar que un ser humano es tal por el simple hecho de “ser", sin depender de sus capacidades físicas o intelectuales. La acción de SER es totalmente involuntaria y comienza con la aparición de un código genético nuevo, único e irrepetible en el momento mismo de la fecundación. La eliminación de un embrión, es la eliminación de la posibilidades vitales de ese ser, es decir, de un ser humano en su totalidad (al igual que cuando muere un niño no solamente muere todo lo que ha vivido, sino todo lo que podría haber vivido). La falta de empatía, no disminuye la gravedad moral de esta eliminación.

El argumento social contra el aborto consiste en que la verdadera libertad de elección para las mujeres solo existiría cuando ambas opciones —tener un hijo o abortar— estuvieran en pie de igualdad. Hoy en día, el aborto no es una elección libre, sino una salida obligada para muchas mujeres debido a presiones económicas (falta de recursos), familiares (no aceptación de la situación o miedo al rechazo), laborales (amenazas de despido), médicas (tener un hijo enfermo es inconcebible, el aborto es la nueva eugenesia) y, en ocasiones, por falta de apoyo del padre (una posición verdaderamente machista). Díganle a una mujer embarazada que le apoyan en caso de que decida seguir adelante con su embarazo, díganle que le proveerán de los recursos económicos que necesite, díganle que no va a perder su trabajo, díganle que no se tiene que preocupar por lo que digan amigos, familia o su novio machista. Entonces déjenla elegir, y es seguro que no elegirá el aborto. Pues el aborto es una opción impuesta por desigualdades sociales y económicas. Es, en definitiva, el control demográfico que propone el sistema neocapitalista, alimentado además por el individualismo radical.

El tercer argumento es personal, porque el aborto es un drama que afecta a las mujeres, pues va en contra del instinto natural de la maternidad. Primero es el drama de verse sola, sin apoyo de nadie, en la calle despedida, sin recursos para criar a su hijo o presionada por amigos, familia o pareja. Al salir del abortorio, viene el segundo drama, pues nadie habla de los traumas postaborto, nadie habla de las noches sin dormir que genera negar el propio instinto natural.

¿Por qué llegó a comparar el aborto con un holocausto?

No fue una comparación directa, pero sí indirecta. La ley del aborto hace legal el poder asesinar a un niño, al igual que era legal en tiempos de la Alemania nazi la eliminación de los judíos. Con ello quería expresar que las leyes pueden ser moralmente malas. Podría haber puesto otros ejemplos como la segregación racial en EEUU o la pena de muerte. La cuestión es tener en cuenta que la ley es necesaria para el ordenamiento social, pero la ley humana es tan falible como el ser humano, por ello es necesaria una base fundamental que en occidente tenemos en nuestra tradición cristiana.

¿Esperaba que tuviesen tanta repercusión sus palabras?

Sabía que el tema es delicado, que hace años que el consenso entre los grandes partidos es no hablar del tema, no sacarlo a la luz ni reflexionar sobre él. Aun así, mis palabras se han distorsionado mucho. Yo hablé de la mujer, de los problemas que le impulsan a abortar y de cómo esta es una víctima más de este sistema. Sin embargo, quisieron hacer creer que había llamado nazis a las pobres mujeres que abortan. Son unos miserables, porque ninguno ha podido rebatir decentemente mis argumentos y lo único que han hecho es crear polémica. Es triste que no se pueda abordar en España reflexiones como esta que implican no solamente al ser humano que no llega a nacer, sino también a las mujeres que sufren este drama. Por otro lado, me alegro de que haya hecho ruido, porque así de vez en cuando recordamos que no conviene dar por sentado este tema. Hay que armar de vez en cuando un poco de ruido para remover conciencias.

¿Cómo ha sido la presión y los insultos que han recibido?

Personalmente no me han afectado, pero me ha sorprendido su virulencia. Llama mucho la atención, y se puede comprobar en las redes sociales de algunos medios progresistas, el rechazo cuasi demoníaco: muchos deseaban mi muerte o que me hubieran abortado, incluso han hecho pegatinas llamando a abortar “si piensa que se puede hacer de vox”. Es verdaderamente sorprendente el odio que despierta este tema entre los partidarios del aborto.

¿Por qué han llegado a pedir su cabeza?

Eso no es novedoso, cada mes la oposición pide la cabeza de uno u otro concejal de gobierno. Quieren que dimitamos todos. En este caso, con más motivo para ellos, claro. Como he comentado antes este tema despierta odio y para los progres yo soy casi un delincuente.

¿Qué es lo que le hace aguantar con firmeza?

Dos cosas fundamentalmente: el compromiso adquirido y la certeza de estar en el mejor bando. Cuando juré como concejal, lo hice adquiriendo la responsabilidad de trabajar por el Bien Común de Castellón y de España, por ello pese a los vientos contrarios debemos permanecer firmes con la ayuda de Dios en este servicio. Por otro lado, saber con certeza que nuestra posición es la mejor, la más sana para un mundo que sufre y en el que debemos ser sal y luz.

¿Cuál es, a su juicio, la estrategia más eficaz para acabar con el aborto?

El aborto ahora mismo se ha convertido en un método anticonceptivo o en una vía de escape ante las muchas responsabilidades que supone tener un hijo y que muchas veces no se puede cargar con ellas. Es un drama que esto haya arraigado tan profundamente en nuestra sociedad y no va a ser fácil revertirlo. Hay que iniciar el camino contrario, y para ello las prohibiciones no sirven. Decía San Agustín que “hay quienes que fijándose en los preceptos de severidad, perturban la paz de la Iglesia de tal modo que se empeñan antes de tiempo en sacar la cizaña; y obcecados más bien en este error, ellos mismos se separan de la unidad de Cristo” (Agustín, La fe y las obras, 4, 6).

Por ello mismo, debemos ser pedagógicos, debemos empezar no dando fondos públicos para el aborto y a la vez ofrecer alternativas a las madres en situaciones vulnerables. Conocer las causas que llevan a una mujer a abortar y ofrecer alternativas a esas causas son el primer paso, luego debemos concienciar a la sociedad de ello, que vean que el aborto es una solución machista y radicalmente capitalista, fruto de una sociedad individualista abocada a la extinción. Finalmente los pasos legales son importantes, pues la ley debe estar en consonancia con el Bien. Pero mientras todo esto avanza, poco a poco, al igual que fue avanzando la cultura de la muerte, es muy importante la labor de entidades como 40 días por la vida, Red Madre o Provida entre otras, que siguen luchando para salvar todas las vidas que puedan.

Javier Navascués

4 comentarios

  
Ignacio María
Muchas gracias por la valentía de estos defensores de la vida.
20/03/25 10:17 AM
  
n1345Catecismo :::: La Misa de Todos los Siglos (léanlo!!)
tremendo!
20/03/25 1:09 PM
  
Virginia Aranzábal
Le felicito por su claro análisis, y su defensa de la vida con la misión que tenemos los cristianos de ser sal y luz.
Yo participo de la campaña de 40 días por la vida en San Sebastián, con mucho entusiasmo pese a la indiferencia de la gente que pasa de largo.
20/03/25 8:37 PM
  
Virginia Aranzábal
Por cierto, su nombre de por sí ya es simbólico:
Alberto, como San Alberto Magno.
Vidal, defensor de la vida.
Guerrero, dando la batalla por la vida.
Rezaré por usted.
Yo estudié en un colegio fundado por Santa Joaquina de Vedruna, en Zumaya.
20/03/25 8:43 PM

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