Lucía Rodríguez, voluntaria JEMJ: “La Eucaristía es fundamental en mi vida. Dios me espera y me ama"
Lucía Rodríguez es de Alcalá de Henares y tiene 21 años. Estudiante de 3º de Arquitectura y voluntaria de la Jornada Eucarística Mariana Juvenil (JEMJ). Es para ella todo un regalo poder formar parte de la organización de un encuentro entre el Señor y los jóvenes.
¿Cómo nace la Jornada Eucarística Mariana Juvenil (JEMJ) y con qué objetivos?
Las JEMJ surgen a partir de los resultados de una encuesta que se hizo en Estados Unidos, en la que se preguntaba a los jóvenes católicos sobre su fe en la presencia real de Jesús en la Eucaristía, a la que un 70% de los encuestados respondió que no. Es un dato que llama la atención, ya que es en la Eucaristía donde Dios mismo se hace presente, y es el centro de nuestra fe.
Por eso se decidió organizar la primera Jornada Eucarística Mariana Juvenil, con el objetivo de reavivar la fe de nuestros jóvenes a través del encuentro personal con Jesús, vivo y presente en el Santísimo Sacramento del Altar. De ahí que cada día, cada actividad y cada momento giren en torno a la Eucaristía a través de la Misa, la adoración, los talleres, la música…
¿Cómo fue a nivel personal la experiencia el año pasado formando parte del coro?
Fue un regalo muy grande poder ver cómo Dios se sirve de todos los medios para llegar al corazón de los jóvenes, también a través de la música. A mí personalmente me ayudó mucho a valorar la Misa y a esforzarme por vivirla con atención. También fueron un regalo todos los ensayos que tuvimos durante los meses anteriores a la JEMJ, en los que teníamos muy presente que todo lo que estábamos preparando era para ayudar a los jóvenes que iban a venir a este encuentro y por amor al Señor.
¿Qué testimonios o momentos le marcaron más?
Para mí el testimonio más grande fue el de los propios jóvenes que asistieron al encuentro y su alegría. Ese fin de semana nos hizo muy mal tiempo. El viernes por la noche empezó a llover ligeramente durante el festival, y el sábado por la mañana, mientras estábamos en la adoración la lluvia iba cada vez a más, pero aún con todo, los jóvenes estaban de rodillas delante del Señor, adorando, en un ambiente de silencio y de oración precioso. Lo mismo ocurrió durante el Rosario, en el que la lluvia tampoco paró.
Esta actitud de los jóvenes ante las pequeñas dificultades o incomodidades que hubo en el encuentro me hizo ver la fuerza que tiene un joven que se pone delante del Señor y se olvida de sí mismo. Poder ver cómo la presencia de Dios hace a un joven capaz de superarse y poner su voluntad por encima de las circunstancias fue un regalo. No solo me llenó de esperanza, sino que me animó a vivir mi vida con generosidad, con fervor de espíritu, sin cansancios ni desánimos, igual que estos jóvenes estaban viviendo la JEMJ.
¿Cómo valora compartir la fe con otros jóvenes?
Me parece algo esencial tener un grupo con el que compartir tu fe y en el que formar buenas amistades que te ayuden a esforzarte por vivir con coherencia, con alegría, y poniendo siempre a Dios en el centro. Somos Iglesia, y por eso uno no puede pretender vivir su fe de manera individual. Necesitamos compartirla y cuidarla con nuestros hermanos y tener a alguien que sabemos que busca nuestro bien y que cuando flojeemos en nuestra fe o vengan momentos difíciles va a estar allí para tirar de nosotros y ayudarnos.
¿Qué importancia tiene la Eucaristía en su vida?
La Eucaristía es fundamental en mi vida, y aunque muchas veces pueda no experimentarlo así, sé que Dios está ahí presente, que me espera y que me ama. La oración diaria delante del Santísimo y la Santa Misa me ayudan a ordenar mi día y me da fuerza para vivirlo con ánimo. Es también un descanso poder estar en Su presencia porque sé que, aun con todas mis faltas y miserias, Él no se asusta ni se aparta, sino que desea mucho más que yo poder estar conmigo.
¿Qué supone celebrar este año la segunda edición en un lugar tan emblemático como Covadonga?
Es una gracia muy grande poder volver a Covadonga, primero porque allí es donde se celebró la primera JEMJ y el recuerdo está todavía muy vivo, lo que nos anima especialmente a difundir el encuentro y prepararlo con la misma ilusión que el año pasado o incluso más conociendo tantos testimonios de conversión, vocaciones y gracias llenas del amor de Dios. También es una alegría porque en Covadonga Nuestra Madre se hace muy presente y sostiene todo lo que venimos preparando para los días del encuentro.
Teniendo la adoración como centro, ¿qué tipo de actividades y dinámicas realizan?
Todos los días tenemos adoración al Santísimo y la celebración de la Santa Misa, y alrededor de esto se organizan otras actividades, entre ellas un festival la noche del viernes, con diferentes espectáculos de música, malabares, teatro, testimonios, chistes, etc. El sábado todos los jóvenes reciben una charla de formación sobre la Eucaristía, y después pueden elegir entre diferentes talleres. Tampoco faltó el rezo del Rosario llevando a la Santina en andas por la montaña.
Hay también momentos de tiempo libre en los que los jóvenes pueden aprovechar para pasear, conocer al resto de participantes y formar amistades buenas y fuertes con las que compartir la fe. También hay sacerdotes disponibles para confesar durante todo el encuentro, que, de hecho, fue algo muy llamativo de la JEMJ del año pasado, pues muchos sacerdotes no dejaron de confesar durante todo el fin de semana, algo que para ellos fue una alegría.
¿Por qué merece la pena ir y qué frutos esperan?
Merece la pena porque es un encuentro en el que Dios se hace muy presente y Él no se deja ganar en generosidad cuando uno se acerca con un corazón abierto y sincero. Es una ocasión para conocerse a uno mismo y para conocer al Señor, para ver que Dios me ama y que por eso mi vida tiene un sentido. También es una oportunidad de compartir la fe con otros jóvenes, reavivar mi fe y tomar decisiones importantes en mi vida, propósitos buenos y firmes que sean un camino para cumplir la voluntad de Dios. Además, en este año dedicado a la esperanza, se puede ganar el jubileo en la Basílica de Covadonga, y puede ser una preparación para el Jubileo de los jóvenes en Roma.
¿Cómo ha sido su labor de difusión en las diócesis de Alcalá y Getafe?
Ha consistido en organizar a los voluntarios de la zona para poder llegar a todos los jóvenes posibles en colegios, parroquias y movimientos. Nosotros que ya hemos vivido la primera JEMJ y conocemos el bien que ha hecho, tenemos la responsabilidad de hacer llegar esta herramienta al servicio de la Iglesia a todos los jóvenes, para que puedan recibir todo lo que el Señor prepara para cada uno.
¿Cuáles son las fechas y cómo se pueden apuntar los jóvenes que lo deseen?
Este año la JEMJ tendrá lugar del 4 al 6 de julio y las inscripciones ya están abiertas y son gratuitas. Pueden apuntarse a través de la página web jemj.org, donde está toda la información con el horario de cada día y los distintos precios y alojamientos. También se están organizando autobuses que saldrán de las principales ciudades de España para facilitar el transporte hasta Covadonga.
Si alguno tuviera curiosidad por saber más sobre cómo fue la primera JEMJ, en el canal de YouTube ENMARCHAJEMJ hay un video resumen y muchos testimonios de los participantes del año pasado: https://www.youtube.com/watch?v=W_j4s9FFYR8 así como vídeos de los talleres y charlas. También puedes escribir con cualquier duda al correo [email protected] o al WhatsApp de información de la JEMJ: 630 501 150.
Por Javier Navascués
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