Gabriel Caso, estudiante y misionero habla de Misión País, el gozo de evangelizar en la España profunda

Gabriel Caso, joven misionero católico que en la actualidad está cursando Economía y Derecho. Simplemente es un estudiante de Universidad que se encontró con Dios durante esta etapa de estudios. Buscó, y lo encontró. Así es Dios. No hay mucho más que contar, no es un currículum ni se trata de vender, solo mostrar la alegría de una persona que se sabe amada por la eternidad. A partir de su encuentro personal se ha ido moviendo, como debe hacer todo buen católico.

¿Cómo nace Misión País y con qué objetivo?

Misión País es un proyecto misionero que nace desde el seno de Schoenstatt gracias al anhelo evangelizador de los estudiantes universitarios católicos de nuestro país. Los jóvenes, inspirados por el Espíritu Santo y con los ojos fijos en la mirada confiada de María, han sabido responder a la llamada de Cristo, que clama las almas de todos, incluidos los que viven alejados de las facilidades y las comodidades de la ciudad.

Por eso, Misión País aparece como instrumento evangelizador de los pueblos de España. Los jóvenes, con un profundo deseo de llevar su experiencia de encuentro con el Señor a aquellos que no tienen las mismas facilidades, son un elemento clave, pues van con la alegría y la confianza del que se reconoce Hijo querido.

Se trabaja durante 3 años seguidos en cada pueblo donde se abre misión. Suelen ser misiones conformadas por unos 40 jóvenes. Las Misiones se abren según nos requiera el párroco del mismo pueblo, la gente que vive allí, o conocidos que saben de la necesidad que hay de renovar la alegría y la esperanza católica en ese lugar.

Por eso Misión País es una oportunidad perfecta de unión entre los católicos más pequeños, los jóvenes, adultos y los más mayores; tanto del pueblo como de fuera. Es también una oportunidad de acercar la vida de oración, el servicio desinteresado y el voluntariado a aquellos que aún no han tenido una experiencia de encuentro con el Señor.

¿Por qué es tan importante evangelizar en los pueblos?

Hace poco escuchaba a un sacerdote joven que decía lo siguiente: “Cristo, como a San Juan, nos acoge en su regazo para que descansemos en Él, ante el torbellino del mundo. Pero lo hace para que tomemos aire; luego debemos salir, debemos lanzarnos al mundo, ser sal y luz, como decía San Francisco Javier”.

Recuerdo esa frase y ahora se me viene a la cabeza la expresión de profundo agradecimiento de ese sacerdote cántabro, ya muy mayor y a punto de retirarse, al que hemos ido a ayudar durante varios años consecutivos con Misión País. “Hacía 20 años que no iba a Santander sin obligaciones, para descansar durante la semana que habéis venido vosotros. Gracias, jóvenes.”

Creo que con esto queda respondido. La Iglesia es Una, y debemos llevarla a aquellos lugares donde hay más necesidad. Porque las oportunidades que hemos tenido los jóvenes misioneros no son un regalo para custodiar sin dar. Es un regalo que el Señor quiere que usemos como instrumento de encuentro para aquellos que viven alejados de la esperanza y la alegría católica.

¿Cada cuánto realizan estas campañas y en qué lugares?

Cada año se abren más pueblos últimamente. A día de hoy hay más de 30 Misiones en pueblos españoles, distribuidos por todo el territorio nacional; tanto en el sur, como en el norte; tanto en la costa como en el interior. Allá donde hay necesidad hay misioneros jóvenes dispuestos a ir a ayudar y reforzar esta Iglesia que es de todos.

Yo personalmente he estado tres años trabajando por la misión en Colindres, Cantabria; pero hay muchísimos más pueblos como Zalla, en el País Vasco; Torrent, en Valencia; Granollers, en Barcelona o Fuenteobejuna en Córdoba, entre muchos otros.

Por supuesto, Misión País es dinámico, pues a medida que se van cerrando Misiones tras completar los 3 años correspondientes, se van abriendo muchos otros. De hecho, por el momento no hace más que aumentar el número de Misiones, lo que indica el creciente interés entre los jóvenes católicos por darse a su sociedad, llevándoles el mensaje de Cristo en su propia tierra.

¿Qué actividades realizan durante la misión y cómo se distribuyen?

Esto depende de las necesidades que tenga el propio pueblo, las necesidades pastorales de los sacerdotes de la zona y la disponibilidad de medios para hacer cada actividad. Puedo hablaros de trabajos manuales en la reparación de parroquias más viejas; limpieza de todos los inmuebles de la parroquia; ayuda a las personas del pueblo en cualquier tarea en la que nos requieran; dar testimonio, sencillo, de vida de Fe como jóvenes católicos en los colegios, en el instituto… ayuda y acompañamiento de ancianos o personas con necesidades especiales en residencias o centros de día… en fin, cualquier actividad donde un grupo de jóvenes con energía y Fe pueda ser útil.

Una actividad fundamental es el denominado “puerta por puerta”. El nombre es bastante literal, pues se trata de ir por pequeños grupos por todas las casas del pueblo que se pueda. ¿Y qué hacemos? Pues acercar la Virgen Peregrina (pequeños santuarios que usamos en cada misión con la imagen de la Virgen de Schoenstatt sosteniendo al Niño Jesús) a cada persona del pueblo. No se trata de otra cosa que llevar los santuarios a casas donde quizás el Señor nunca ha entrado, sea en forma sacramental o con una pequeña imagen. ¡Y qué mejor forma de hacerlo que con la confianza y la Fe de la Virgen, verdadero faro de cada misión!

El “puerta por puerta” ha resultado muchas veces en el acompañamiento de una anciana que llevaba años sin compañía, en la ayuda a un vecino con dificultades para salir a la calle pero que, ahora, acompañado, ha encontrado solución a su soledad; en debates de religión o del papel de la Iglesia con ateos, Testigos de Jehová e incluso los mismos católicos… ¡Cuántas veces la gente se queja de la inmovilidad de la Iglesia! ¿No es esto precisamente un ejemplo de que la Iglesia está viva? ¿De que la Iglesia está dispuesta a meterse en el barro por Cristo? ¿No somos todos Iglesia? Pues eso es el “puerta por puerta”. Voluntariado, acompañamiento, apostolado y mucho más. Solo Dios sabe por lo que está pasando cada persona, por eso debemos de estar, como jóvenes siervos suyos, prestos a servirle siempre.

En cuanto a la distribución, somos los propios misioneros los que nos organizamos. Desde Schoenstatt está ideado, muy acertadamente, para que haya una pareja de jefes por sección, siendo estas actividades, liturgia y logística. Además, cada misión tiene una pareja de jefes generales y todos actúan a una como líderes, delegando y distribuyendo a cada misionero su función. Es esta buena autoorganización una de las claves para que la misión salga bien.

¿Cómo puede ser eficaz al ser solo una semana al año?

Lo ideal, desde luego, sería trasladarse allí indefinidamente para llevar el mensaje de Cristo y ayudar con todo lo que poseemos los jóvenes misioneros. Pero eso solo se da cuando uno tiene una vocación especial al misionado permanente. Quizás, estoy seguro de ello, surjan, y surgen de hecho, vocaciones entre estos jóvenes para irse permanentemente a un lugar alejado de sus hogares a evangelizar. No se trata solo de cosas de San Francisco Javier, yo he visto varios casos en mi vida. Dios sigue llamando.

Pero, en cualquier caso, Misión País actúa como semilla. Regarla es tarea de todos los católicos, en la medida en que cada uno pueda. Mantener los contactos durante el año, ir a los pueblos de vez en cuando en pequeños grupos, alentar al sacerdote del pueblo invitándole a nuestra ciudad de origen… y, ante todo, rezando por los frutos actuales y futuros en el pueblo de misión. Porque recordemos que no somos nosotros los que actuamos durante las semanas de misión, sino Dios por medio de nosotros. Nosotros solo somos el lápiz en las manos de Cristo. Por eso, ante todo, debemos de perseverar siempre en la oración de las almas con las que entramos en contacto durante Misión País. Dios se encargará del resto, a su debido tiempo.

Muchas misiones funcionan así, vas un tiempo, pero vuelves. La clave es mantener la oración por el pueblo misionado y seguir siendo misionero en casa. Además, seguir activamente en contacto con las personas del pueblo creo que es fundamental.

¿Cómo mantienen el contacto durante el curso?

Yo personalmente lo tengo más fácil porque soy de Cantabria y siempre que subo desde Madrid, donde vivo, paso por Colindres y alrededores a ver a algunas de las personas con las que mantenemos más contacto durante la misión. Estoy seguro que muchos otros misioneros hacen lo mismo en sus respectivos pueblos.

En Colindres sí que hemos invitado alguna vez a algunos habitantes del pueblo a Madrid, donde vivimos los misioneros. Pero las llamadas, el WhatsApp y el Instagram son un buen instrumento para mantenerse en contacto. Muchas veces las redes sociales son una manera de normalizar la vida de un joven católico, y más de cara al que no lo conoce. En cuanto a los más mayores del pueblo, muchas veces no nos queda otro instrumento que la oración que, a su vez, es el más importante y más útil de todos.

¿Qué importancia tiene la oración y la devoción a la Virgen?

Como decía, es el instrumento principal de la misión. Sin oración, no habría misión. Dejemos las cosas a Dios. La Virgen, a la que tanto pedimos intercesión en Misión País, es el fiel reflejo de lo que debemos ser los misioneros. Que los misioneros confiemos en Jesús, como hizo la Virgen en las bodas de Caná.

En Misión País la oración por los frutos de la misión empieza meses antes de partir hacia el pueblo. Lo hacemos con un grupo de oración donde estamos todos los misioneros del pueblo, ofreciendo tiempo de oración, misas, tiempo de estudio y deporte, etc. En el durante, la oración es clave en Misión País. Adoraciones ante el Santísimo Sacramento todos los días (y al menos una noche se hace vela por turnos), oración de la mañana, oraciones de la noche, tiempos de oración personal y Eucaristías… son la piedra angular de la misión. Además, al ir cada misión con su propio sacerdote, se nos asegura poder tener cerca a Jesús Eucaristía cada día de misionado.

En el post, como decía antes, la oración es el instrumento clave de la relación con el pueblo.

¿Cómo le marcó la misión que usted dirigió en Colindres?

Mmm… esto es una larga historia de mi relación personal con Jesús, pero me imagino que muchos misioneros habrán tenido una experiencia muy parecida. En mi caso, todo se resume a que me encontré con Cristo en Misión País. Muchas veces el misionero acaba siendo misionado; este fue mi caso.

Como dije antes, estas cosas no ocurren por casualidad. Dios lo hizo para que aprovechase mi encuentro personal con Él para dárselo a conocer a los demás. El cristiano no debe ser estático, debe salir, porque hemos conocido una Verdad que todos tienen derecho a conocer.

Por lo demás Misión País es un lujo en cuanto a amistades y las relaciones que forjas con los demás misioneros. Creo que hay dos sitios donde se forjan las verdaderas amistades: en la montaña y en las misiones. Y en ambos Dios está más presente que nunca.

¿Qué frutos ha ido viendo con el paso del tiempo?

Puf, muchos, gracias a Dios. Pero como comentaba el otro día con un colega misionero, lo importante para Dios no es la cantidad. Con que se haya conseguido salvar un alma durante los 3 años de misión, ya habrá merecido la pena la misión.

Sí que os puedo hablar cómo en mi caso concreto he visto surgir vocaciones a la vida consagrada, sacerdotal y matrimonial. También, y sobre todo, “nacimientos” a una nueva vida. En fin, Dios actúa, a su debido tiempo, pero actúa, si depositamos en Él nuestra confianza y mantenemos la oración.

¿Quiénes pueden participar y cómo se puede hacerlo?

Cualquier universitario puede participar en Misión País. Está abierto a todo el mundo. Ni siquiera es requisito ser creyente o ser de “x” Universidad o Parroquia. El que se vea llamado a servir, que se apunte…Dios llama cuando quiere. Es una oportunidad perfecta de encuentro y de apostolado misionero.

Por Javier Navascués

1 comentario

  
1345 Catecismo = La Misa de Todos los Siglos (léanlo)
Gracias
04/03/25 11:45 AM

Dejar un comentario



No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.