Juan José Ramos: Pasión por la Eucaristía que le colma de felicidad y hace que su pecho arda de amor
“¡SALVAR ALMAS! ¡SALVAR ALMAS!. Amo a Dios con todo mi corazón". (Un Adorador nocturno) En la noche, por el día, en cada momento de tu vida: ¡Ora a Dios!. Vive la presencia de Dios en tu alma de continuo, con amor (cuéntale tus penas, tus alegrías, tus necesidades, tus propósitos, tus pecados, pide por tu salvación eterna, por la de tus familiares y amigos, por los pecadores, por tu patria…). De la “INTIMIDAD” con Dios en la oración llegar a “CONFIGURARNOS” con Él (humildad, mansedumbre, virtudes, dones del Espíritu Santo…). Nada hay en el mundo más necesario que la ORACIÓN. Busca cada día de tu vida, hasta que Dios te llame a su JUICIO, ratos de oración con Dios para encontrar en Él todo lo que necesitas realmente. La vida es muy corta, rápida, y pronto nos han de llamar.
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