Antonio Sáez, presidente de la Unión Seglar, habla de los actos del centenario del P. Alba y de su legado

Antonio Sáez, casado con dos hijos, licenciado en Derecho, funcionario de la Administración de Justicia jubilado, presidente de la Unión Seglar de San Antonio M.ª. Claret, presidente de honor de la Asociación de la Inmaculada y San Luis Gonzaga. Adorador nocturno desde 1.977 de la Sección del Templo Expiatorio Nacional del Tibidabo y miembro del consejo directivo de ésta.

¿Qué supone para la Unión Seglar celebrar el centenario del nacimiento del P. José M.ª. Alba Cereceda, S.J.?

En primer lugar cabe decir que la celebración supone para todos los miembros de la Unión Seglar y para todos los hijos espirituales del P. Alba, sean o no miembros de la Unión Seglar, un deber de agradecimiento por todos los beneficios recibidos por la incansable labor pastoral del Padre. De bien nacidos es ser agradecidos .

En segundo lugar, porque constituye una oportunidad magnífica para dar a conocer su obra y su espiritualidad a todos aquellos que no tuvieron la gracia de conocerle y, para los que si la tuvimos , de recordar y renovar sus enseñanzas.

¿Cómo tratan de ser fieles al espíritu de su fundador?

Desde luego, siendo fieles a sus sucesores, designados por el mismo P. Alba, especialmente al P. Antonio Turú, superior de la sociedad misionera de Cristo Rey y consiliario de la Unión Seglar. Y por supuesto siendo fieles a su espíritu, resumido en sus grandes amores: el Sagrado Corazón de Jesús, la Santísima Trinidad y la Inmaculada Virgen María.

Como buen jesuita que era, el P. Alba fue un gran devoto del Sagrado Corazón recogiendo el suavísimo encargo de la extensión de esta devoción depositado en la Compañía a través de Santa Margarita M.ª. de Alacoque (en cuya festividad nació el Padre), de San Claudio de la Colombiere, el beato padre Bernardo de Hoyos y de tantos otros jesuitas que han contribuido a la extensión de ésta santa devoción. En los últimos años se entregó también a llevar por todas partes su amor a la Divina Misericordia, expresión última de la devoción al Sagrado Corazón. Siendo muy devoto de Sta. Faustina Kowalska.

Con relación a la Stma. Trinidad, me gustaría dar a conocer a sus lectores cómo ya en sus últimos días insistía mucho en que se plantaran en los jardines del colegio del Corazón Inmaculado de María (institución docente fundada por él) árboles de tres troncos, tréboles, etc. pues decía que San Ignacio era un gran devoto de la Trinidad y, de ésta manera, los niños del colegio comprenderían y se acostumbrarían mejor al misterio de la Stma. Trinidad.

El amor a la Inmaculada Virgen vivificaba todo su ministerio pastoral. El curso apostólico de la Unión Seglar comienza desde sus primeros tiempos con la peregrinación a pie al Monasterio de Montserrat. Fue su idea celebrar en el mes de mayo la procesión con la imagen de la Virgen de Fátima, que aun hoy recorre todos los años el centro de Barcelona. Fueron innumerables las peregrinaciones a Lourdes, Fátima, Garabandal y otros muchos santuarios marianos. Siempre nos repetía “a Jesús por María” y “quien no tiene a María por madre, no tiene a Dios por padre”.

Otros amores que cultivó especialmente el P. Alba fueron a la Iglesia, personalizado en su entrega filial al Santo Padre, a la obra que el Señor le encomendó y a su queridísima Compañía de Jesús. Con relación a la Compañía se debe decir que, aunque el Padre fundó la Sociedad Misionera de Cristo Rey, él siguió siendo siempre jesuita. De tal modo quería a la Compañía que se puede decir que la espiritualidad que nos inculcó a sus jóvenes era una autentica espiritualidad ignaciana. Fue un gran predicador de Ejercicios Espirituales, desde su juventud, colaborando en la Obra de Ejercicios Parroquiales que dirigiera el también jesuita P. Piulachs y en todas las congregaciones por las que pasó, especialmente la Unión Seglar, en la que predicaba al menos cinco tandas anuales. Su espíritu era el de las dos banderas, militando bajo la del Rey Eternal en cuya milicia nos enroló, en la persecución del triunfo final del Reino de Cristo.

¿Cómo ha ido creciendo su obra después de veintidós años de su muerte?

Fueron muchas las obras que el P. Alba fundó: la Sociedad Misionera de Cristo Rey, la Unión Seglar de San Antonio M.ª. Claret, la Asociación de la Inmaculada y San Luis Gonzaga (sección juvenil de la anterior), la Asociación de María, Reina y Madre y el Colegio del Corazón Inmaculado de María. Al mismo tiempo, fue promotor e impulsor de la Adoración Nocturna del Tibidabo, junto a su fundador, el salesiano P. Enseñat. Además de los cuatro turnos que la Unión Seglar lleva en dicha sección de la Adoración del Tibidabo, fundó turnos femeninos de ANFE, otros en el Colegio del Corazón Inmaculado de María, en Palma de Mallorca… Dirigió durante años, como consiliario, la revista AVE MARÍA.

Todas sus obras hoy día siguen en pie gracias a los sacerdotes de la Sociedad Misionera de Cristo Rey y los fieles de la Unión Seglar, con mayores o menores dificultades, pero en marcha. Recuerdo como muchas veces el Padre me decía: “Antonio, no es cuestión de número es cuestión de amor”.

Efectivamente, en una carta que se encontró entre los papeles de su despacho, años después de su muerte, nos dejaba escrito a los adoradores del Tibidabo, tras bajar enardecido de uno de los turnos en el, al parecer en 1.990: “no nos importen los muchos o los pocos, es la hora del Amor. Solos, si así el Señor lo determina, en la gran persecución que vivimos y que ha de arreciar. Nos quedamos solos solos con el Amor”. “Preocupémonos de sembrar y menos de recoger… La victoria será siempre y eterna de la Misericordia de Cristo”. Con San Juan de la Cruz decía que un acto de amor vale más que todo el mundo. Frente al pesimismo y la inoperancia de los que dicen que no se puede hacer ya gran cosa “…elevemos nuestros corazones de adoradores al grito solemne de Sta. Teresa del Niño Jesús. Es la hora del Amor.”

¿Cuál es el principal legado que el P. Alba dejó a la Iglesia?

Sin duda alguna, la Sociedad Misionera de Cristo Rey, que era la niña de sus ojos. Éste mundo descristianizado, anticlerical y revolucionario necesita de santos sacerdotes para trabajar en la mies del Señor, cada vez mas abandonada, huérfana de pastores que guíen a la multitud de fieles desconcertados por las sendas de la Verdad y la Vida, que es Cristo Nuestro Señor.

El Padre concibió la Sociedad Misionera de Cristo Rey como una nueva Compañía de Jesús, regida como ésta por la humildad y la obediencia, regadas con el bálsamo de la caridad. Con la casa madre en la localidad barcelonesa de Senmenat, tiene sacerdotes en las diócesis de Tarrasa, Cuenca (donde fue aprobada y bendecida por el santo obispo D. José Guerra Campos) y trabaja incansablemente en una misión (fundada por el P. Alba poco antes de su muerte) en el Perú. También existe una rama femenina de misioneras de Cristo Rey en Barcelona y Perú.

¿Cómo puede el lector conocer más de la obra del Padre Alba y de la Unión Seglar?

Hay publicados varios libros sobre la obra y el pensamiento del P. Alba. Concretamente uno sobre su biografía, cinco en los que se recoge de manera literal las meditaciones y pláticas que dirigió durante años a los miembros de la Unión Seglar en el marco de los retiros mensuales de la congregación y un último volumen que recoge las “paginas para meditar”, escritos mensuales dirigidos a los jóvenes de la Asociación de la Inmaculada y San Luis Gonzaga, publicados en su órgano interno “Meridiano Católico”.

Sobre la Unión Seglar existe un pequeño folleto, bajo el título “¿Que es la Unión Seglar” que recoge sus principios de acción apostólica y hace memoria de su fundación. Otro librito, a modo de folleto, es “la Declaración del Pueblo de Dios”, que se leyó en el acto de fundación de la Unión Seglar, celebrado en la Basílica de la Mare de Deu de la Mercé, de Barcelona, el 26 de Junio de 1.969. Si alguien está interesado en cualquiera de éstas publicaciones puede ponerse en contacto conmigo y se las haría llegar.

¿Qué recuerdo tiene de él?

Efectivamente, conocí al P. Alba en mi adolescencia. Junto con otros jóvenes, que poco después habrían de formar la Asociación juvenil, acudía a la academia Atlántida, un pequeño centro escolar de la barriada barcelonesa del Besós. La mayoría de aquellos niños y jóvenes vivíamos apartados por completo de la religión, de hecho, muchos de nuestros amigos de la calle acabaron bajo las redes de la droga y la delincuencia; eran los años 70… El P. Alba, que conocía al director de la academia, comenzó a acudir al colegio, primero a darnos clases de religión y, enseguida nos llevó hacia la senda del sacramento de la Confesión y a la práctica de los nueve primeros viernes de mes, para lo que acudíamos a la cercana iglesia del Sagrado Corazón (siempre el Sagrado Corazón). Pronto comenzaron las Colonias y los Campamentos, que aún hoy organiza la Unión Seglar, las campañas de reparto de las hojas del mes de María y el Sgdo. Corazón, las reuniones semanales en los sótanos de la parroquia de las Santas Juliana y Semproniana, la fundación de las secciones apostólicas de la asociación juvenil: catequesis, coral, grupo de baile, tuna, rondalla, grupo de teatro, banda de música, grupo ciclista, centros matinales para los más pequeños, visitas a hospitales, y alguno mas que seguro me dejo. Todo era poco para el afán y los anhelos apostólicos del P. Alba.

Lo que mas recuerdo del padre era su penetración de almas, con solo mirarte a los ojos ya sabía lo que pasaba por esa alma juvenil, ansiosa de la palabra de Dios. Era un joven mas entre los jóvenes, especialmente en las salidas a la montaña o en las peregrinaciones. ¡Cuantas veces organizaba batallas de piñas haciendo en un momento los grupos contendientes o se lanzaba con los mas jóvenes por las laderas nevadas! Tenía una personalidad arrolladora.

Pero, sin duda, lo que mas me conquistaba del padre era su caridad sin límites. Si antes dije que se hacía un niño entre los niños, también debo decir que fue el más solicito de los padres para todos nosotros. Su amor paternal se mostraba en todo momento preocupándose siempre por tu familia, tus estudios, todo lo que preocupaba al alma joven. Particularmente recuerdo una ocasión en la que, torturado por una mala acción para con otro hermano de asociación, me dirigí al Padre buscando consejo y consuelo. Me recibió en su casa y estuvo conmigo todo el día; me confesó, me ayudó a redactar una carta de disculpa para mi hermano, me invitó a su mesa e, incluso, me llevó a una de las camas de la comunidad para que descansara unas horas, pues aquella noche no había podido conciliar el sueño, recomido por la culpa. Volví a casa nuevo y con el alma consolada por mi padre.

Recuerdo también como los hermanos que peregrinaron en varias ocasiones a Santiago con él me contaban que, al final de cada jornada, el P. Alba, con su pequeño botiquín de peregrino, recorría los pies de todos los que lo necesitaran para curarles las ampollas del camino. El Padre Alba tenía muy claro que la mayor de las virtudes era la Caridad, por eso siempre nos decía que la nuestra debía ser una comunidad de amor.

¿Por que han decidido celebrar una Hora Santa y una Misa en el centro de Barcelona?

No solo en el centro de Barcelona, si no en la iglesia del Santísimo Sacramento, sede de la Adoración Nocturna Femenina Española (ANFE). En la sede de ANFE, pues, como ya dije mas arriba, el P. Alba era un enamorado de la Eucaristía y, muy especialmente de la adoración nocturna.

En el centro de Barcelona porque nuestra intención es que cuanta mas gente acuda mejor. Sabemos que el influjo benéfico del P. Alba fue muy superior al dejado en la Unión Seglar. Pasó por las Congregaciones Marianas de la calle Balmes, por Cursillos de Cristiandad, por la Obra de Ejercicios Parroquiales. Fueron centenares los fieles que conocieron al padre y que fueron dirigidos suyos, aunque no formaron parte de la Unión Seglar. Muchos también fueron llamados por el Señor por otros caminos apostólicos fuera de la Unión Seglar. Incluso han preguntado por el centenario gentes de otras partes de España, de Madrid, de Mallorca, de Castellón.

Como se puede apreciar en el cartel anunciador, no figura ninguna organización como convocante. No es un olvido. La idea ha surgido de algunos miembros de la Unión Seglar, pero en realidad, quien convoca son los hijos espirituales del P. Alba que, como digo, son muchos mas que los miembros de la Unión Seglar. Es por ese motivo que esperamos una asistencia masiva y que la iglesia se quede pequeña en el recuerdo del Padre Alba.

¿Por que merece la pena acudir a la celebración de éstas ceremonias religiosas?

Entiendo que éstas celebraciones agrandan el corazón, muchas veces comprimido por la rutina. El alma necesita de éstas manifestaciones donde abunda la caridad entre los hermanos, se suelen dar nuevas conversiones de almas alejadas de Dios durante años, el influjo benéfico de Cristo Sacramentado que desde la custodia abierta nos dice “ven a consolar mi Sagrado Corazón. Confíame tus pesares y yo te consolaré, entra en mi Corazón Misericordioso por las llagas de mi costado”.

Estoy sinceramente convencido de que éstas celebraciones impulsan al alma del cristiano por el camino de la salvación.

¿Qué otros actos van a hacer con motivo del centenario?

Al domingo siguiente, 20 de Octubre, celebraremos en el Colegio del Corazón Inmaculado de María, en cuya ermita de San José descansan los restos del P. Alba, un acto en el que uniremos el centenario del nacimiento del padre con el de la revista AVEMARÍA, de la que fue consiliario durante años en las décadas de los ochenta y noventa. Se rezará el Santo Rosario, se tendrá una charla a cargo del actual consiliario de la revista y discípulo del padre, el P. José M.ª. Escudero, mCR, habrá una exposición sobre la historia de AVE MARÍA, para concluir con la celebración de la Santa Misa. Durante el tiempo de convivencia la cripta donde se encuentran los restos del P. Alba permanecerá abierta para que todos aquellos fieles que lo deseen puedan visitarle.

Se ésta pensando también en la publicación de otros libros sobre el pensamiento del P. Alba.

¿Qué gracias pediría por la intercesión del P. Alba en el caso de que ya esté gozando de la presencia de Dios?

Por supuesto que cuidara de su obra, especialmente de la Sociedad Misionera de Cristo Rey. Por otro lado, el Padre siempre pedía por la conversión de Israel y Rusia, y parece que hoy es mas conveniente que nunca esa intención.

Le pediría también por la Santa Madre Iglesia, sometida a tantas y tantas tormentas externas e internas. Y por el Santo Padre y sus intenciones, siempre necesitado, y hoy mas que nunca, del consuelo y la oración de todos los católicos.

Además, siempre están las intenciones particulares. Para ello existe una novena al P. Alba, con aprobación eclesiástica, PARA USO PRIVADO, que me consta es muy efectiva, y que reza así:

Padre de infinita misericordia, que prometisteis dicha sin fin a los que buscan por encima de todo el Reino de los cielos, os pedimos que acojáis al Padre José M.ª. Alba Cereceda, sacerdote jesuita, que entregó toda su vida a vuestra mayor Gloria y bien de las almas, siguiendo el camino trazado por San Ignacio de Loyola, concededle a él contemplar vuestro rostro y a nosotros la fidelidad a la santa Fe Católica y la gracia que pedimos por su intercesión. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.”

Si me lo permite D. Javier, quisiera terminar ésta entrevista con la consigna que nos inculcó nuestro Padre Alba: POR CRISTO, POR MARÍA, POR ESPAÑA, MÁS, MÁS Y MÁS.

Por Javier Navascués

3 comentarios

  
Carles
Conocí al P.Alba de joven, en los cenáculos de la Unión Seglar (acompañaba a mi madre y solía ayudar a misa con un buen grupo de monaguillos) y en los campamentos juveniles. Un santo sacerdote, con un gran celo de almas y un gran corazón. Coincidí con él, por última vez, en los actos que se celebraron en el Colegio de Abogados en favor de la vida y en repulsa a la ley del aborto aprobada por los socialistas. Muy afectuoso.
11/10/24 11:02 AM
  
África Marteache
Yo le debo mucho a la Unión Seglar San Antonio Mª Claret porque asistí a los actos del Quincuagésimo Aniversario de su fundación y conservo y utilizo el libro "Manuel del Pueblo de Dios", además del Sagrado Corazón "Por el triunfo final de Cristo Rey", que me dieron con mi nombre. Por lo tanto cualquier persona que sea miembro de la Unión goza de todo mi confianza y mis buenos deseos de que sigan adelante.
Aunque el Padre Alba sea desconocido para mi, me sumo gustosamente a su centenario.
11/10/24 1:13 PM
  
Jorge López Teulón
Yo lo conocí de niño, y también fui con mis hermanas a los campamentos de la Unión Seglar. Ya he contado muchas veces que mi primera lectura de mártires fue un librito de don Benjamín Martín Sánchez que compré en mi primer campamento. Y todavía lo conservo: "Florilegio de mártires"(1983). También recuerdo las veces que íbamos con mi madre al rosario del último sábado del mes de mayo. ¡¡¡Y siempre el padre Alba!!!
11/10/24 9:06 PM

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