Entrevista a María José Arranz, Blanca de Castilla en el documental de San Luis de Hogar de la Madre TV

María José Arranz Ayala. Licenciada en Derecho, trabaja desde hace 16 años en la revista Misión. Está casada desde hace 33 años y tiene 7 hijos. Conoce el Hogar de la Madre de toda la vida, pero es miembro de los Laicos del Hogar desde hace más de diez años y está al servicio del Hogar en lo que se necesite. Además, lleva participando en pastoral familiar, especialmente en cursillos prematrimoniales, desde hace casi 25 años.

¿Qué supone para usted participar en este docufilm sobre San Luis interpretando a un personaje como Doña Blanca de Castilla?

Cuando la Hna. Teresa María de HM Televisión me propuso participar en el rodaje mi primera reacción fue decirle que no. No había hecho nada parecido y me sentía incapaz. Pero ella me insistió precisamente porque yo había convencido a mi hijo Pablo para interpretar a San Luis. En fin, que para apoyarle a él, me lancé yo también.

Después ya rodando, me impresionaron las localizaciones, especialmente la capilla de la época de los templarios de la escena de mi muerte, lo cuidado de los sets, la profundidad espiritual que se transmite…Todo esto me produjo una sensación de poder hacer algo grande aún con medios pequeños.

¿Cómo le ayudó a meterse en el personaje el hecho de que su hijo en la ficción, San Luis, sea su propio hijo?

Creo que no hubiera podido meterme en el personaje sin mi hijo Pablo enfrente. No habría podido cogerle la mano, mirarle a los ojos, acariciarle la mejilla “con naturalidad”, si no hubiera sido él.

¿Qué momento del rodaje le ha emocionado más?

Sin duda cuando le digo que prefiero antes verle muerto que en pecado mortal. Se lo decía “de verdad”, en el sentido de que para una madre cristiana ver cómo se pierde un hijo es el dolor más grande que se puede experimentar.

¿Qué es lo que le ha aportado a su vida espiritual conocer a este gran santo francés?

He reflexionado en la importancia de una educación cristiana sólida y en cuánto puede hacer en esto una madre. Blanca enfrentó la labor de educar al futuro rey sola tras la muerte de su esposo cuando Luis tenía 8 años.

Del santo me quedo con 3 cosas: su vida de oración como brújula para orientar sus decisiones a la luz de Dios; su espíritu de penitencia en detalles como llevar los zapatos sin suela para que su sacrificio se quede en lo escondido; y su aceptación de las contradicciones permitidas por Dios, dos cruzadas que terminan en fracaso, abrazado a la cruz de Cristo.

¿Cuál es el legado que deja este gran santo a la cristiandad?

Para mí lo fundamental es concebir su reinado como un servicio a sus súbditos buscando su bien en lo espiritual, lo cultural, en la justicia; y un servicio a Dios buscando siempre realizar su Voluntad y la misión concreta que Él le encomienda.

¿Por qué es bueno reivindicar las Cruzadas, hoy tan denostadas por el espíritu irenista?

La figura de San Luis ilustra muy bien el porqué. Él soñaba con reconquistar Jerusalén para recuperar el sepulcro del Señor Resucitado. Era una cuestión religiosa, una motivación espiritual que merecía todos los trabajos, incluso aceptar el fracaso llegado el momento.

¿Cómo valora la iniciativa del Hogar de la Madre TV de desempolvar y sacar lustre a grandes santos medievales?

No puedo ser objetiva con HM Televisión…Diría que es muy valiente, al estilo de San Luis de Francia. Es mostrar una historia, que hoy no se estudia en los libros, con la aportación esencial de la fe católica a nuestra civilización. Es dar a conocer las raíces cristianas de Europa haciendo honor al legado de grandes santos y eso merece todos los trabajos y la creatividad que estén a nuestro alcance.

¿Por qué nuestro mundo posmoderno debe aspirar siempre a recuperar el modelo de esta sociedad teocéntrica que fue culmen de la cristiandad?

Hemos normalizado que la fe y todo lo que se refiere a Dios y la realidad que vivimos son dos esferas distintas que no tienen por qué tocarse. Sin embargo, eso es tanto como decir que, si me pongo de espaldas al sol, el sol deja de existir. Dios es más real que todo lo que percibimos en el sentido de que todo depende de Él esencialmente para existir. Por tanto, nuestro mundo debe desarrollarse hacia el Bien, la Verdad y la Belleza, cuya plenitud está en Dios, y no meramente progresar sin dirección ni meta.

¿Por qué merece la pena ver este documental?

Por conocer a un rey santo que rigió una gran potencia europea. No era un santo de sacristía, sino un rey que vivió su fe en todas las facetas de la vida, atento a la voz de Dios que conducía su vida y, por tanto, la de su pueblo. Fue un gobernante preocupado por la justicia, la cultura y la extensión de la fe católica. Un hombre que supo abrazarse a la cruz, consciente de que era eso lo que Jesús le pedía y lo que le llevó a la santidad.

Por Javier Navascués

1 comentario

  
J, Mauro González-Luna Mendoza
Enhorabuena a la Sra. Lic. D. María José Arranz Ayala por sus maravillosas y puntuales respuestas al entrevistador Don Javier Navascués -siempre trayendo temas de enorme interés-. Me gustó mucho lo de las dos esferas que deben tocarse y no existir aisladas. Hablar de Blanca de Castilla es honrar la memoria de dos insignes y virtuosas madres de santos. Luis IX, rey de Francia y Fernando III, rey de Castilla y León. Ambos nacidos en el siglo XIII, uno en Francia, el otro, en lo que hoy es España.

Los dos, reyes, hijos de hermanas castellanas cristianísimas, Blanca, madre de Luis, y Berenguela, de Fernando. Los dos, varones intachables, y a la vez, monarcas memorables de la Edad Media.

De Luis IX dijo nada menos que Voltaire: «No es posible que ningún hombre haya llevado más lejos la virtud».

Felicitaciones de nuevo a la Sra. Lic. Arranz y a Javier Navascués por esta joya de entrevista.

05/10/24 7:46 PM

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