El Pinta y sus amigos, cuentos trascendentales para vivir en Cristo y salir de la mentalidad inmanentista
Leandro Blásquez, Leonardo Regensburger, Adrián Bet, Ariel Villarreal y Marcos Díaz Metz son 5 amigos, de diferentes profesiones y diversas ciudades de Argentina, que han unido sus esfuerzos en un proyecto común. Se trata del libro: El Pinta y sus amigos, un libro de cuentos trascendentales.
¿Por qué decidieron escribir un libro de cuentos trascendentales?
Por tres motivos:
«Trascendente», en el sentido de la gravedad o importancia de la materia que se trata: son un grupo de amigos a los que les tocó vivir los tiempos finalísimos, cuyos temas de conversación versan, en última instancia, sobre las cuestiones que hacen a la salvación de las personas; porque como bien se ha dicho: «al final de la jornada, aquel que se salva sabe y el que no, no sabe nada».
También, «trascendentales» en el sentido de que la intención de los cuentos es comunicar la verdad, el bien y la belleza, de la amistad «de» Cristo y «en» Cristo.
Y, por último, «trascendencia», como invitación a salir de la mentalidad inmanentista que, en lugar de Dios, ofrece la Nada.
¿Por qué un libro sobre la típica pandilla juvenil? ¿Se han inspirado en algún clásico de aventuras juveniles?
Nosotros usamos la palabra “Bohemia", pero, en definitiva, la palabra “Pandilla", es otro modo de decir lo mismo: un grupo de amigos que se juntan en torno a ideas y sentimientos afines y se divierten juntos (o, mejor dicho, que practican la virtud de la eutrapelia), a veces, con fines delictivos… Más allá de que pueda resultar un chascarrillo, en tiempos donde se ha ido institucionalizando la maldad (aborto, ideología de género, eutanasia, etc.), lo legal algunas veces, no coincide con lo justo, y la conducta cristiana puede exigir no cumplir la ley, desobedecer.
La palabra “Bohemia", a su vez, está asociada con un estilo de vida no convencional, que se aparta de las normas y convenciones sociales, y en este sentido, este grupo de amigos intenta ser, chestertonianamente hablando, “inactuales” en una sociedad anticristiana; eso intentamos decir con “Santa Bohemia", no es una rebeldía boba, es una resistencia contra un mundo que se ha convertido en el mundo del Anticristo.
“Juvenil", por su lado, destaca más que nada un espíritu y no una cuestión cronológica. Y tiene que ver con el “heroísmo", con “vivir peligrosamente", cuando la virtud de la prudencia así lo exige. Son tiempos recios para los cristianos y, por tanto, el coraje y el arrojo son virtudes que se imponen, hoy más que nunca, para salvarse.
Nos han inspirado grandes maestros como el P. Castellani, Hugo Wast, el P. Meinvielle, Benson, Lewis, Tolkien, Chesterton, y más cercanos en el tiempo, nuestros amigos Javier Anzoátegui con su novela “Las hojas de la higuera”, y Sebastián Randle con sus Charlas de bar.
¿Los cuentos son independientes o guardan un hilo conductor?
Cada cuento es autosuficiente. De modo que se pueden leer salteados. Pero eso no significa que no tengan un hilo conductor, en el caso de que se quiera leer de corrido. Admite los dos tipos de lectura. Los cuentos están dirigidos a jóvenes y adultos, y principalmente a un público católico, aunque no es excluyente. Sin embargo, en nuestro horizonte está esa idea del Padre Castellani de que lo primero que debemos hacer es «convertir a los católicos en católicos». Y podemos agregar: «a los argentinos en argentinos», ya que en algunos cuentos está tratada la cuestión de Malvinas y el amor a la Patria.
¿Cómo se ensalza el valor de la amistad en el libro?
Somos animales políticos y, por eso, no es bueno que el hombre esté solo. Nuestro Señor mandaba a sus apóstoles a predicar de dos en dos y prometió que, donde «dos o más» se juntasen en Su Nombre, Él estaría en medio de ellos. La amistad, por lo tanto, cuando es en la «Verdad», es decir en Cristo, es una especie de sacramental, porque a Cristo le gusta habitar entre los amigos. O sea, siempre es importante la amistad, pero más en estos tiempos, donde la caridad, en todas sus formas, se está enfriando. Es fundamental para sostenernos mutuamente en un mundo que, ya hace un buen tiempo, es «Cristofóbico».
¿Qué otros valores se realzan?
La Santa Bohemia es, como dice el Martín Fierro un “palenque ande ir a rascarse”, para cargar las pilas, cultivando la virtud de la eutrapelia (una de las virtudes olvidadas), para luego volver al «mundo» con más fortaleza, para resistir los golpes y los sufrimientos, y para tratar de salvar mentes y corazones. En los cuentos, los protagonistas evitan que una muchacha joven aborte, se enfrentan con masones, budistas, liberales, islamistas, fariseos, descubren crímenes, realizan viajes de aventuras, siempre utilizando las armas sobrenaturales y, cuando es necesario, incluso los puños, en defensa de la fe y la verdad. Por lo que se realzan distintas virtudes.
¿Cómo está implícita la cosmovisión católica? ¿Cómo puede contribuir a mantener lo que queda de cristiandad?
La realidad es que estamos muy mal. Hay una agenda satánica impulsada desde los más altos centros de poder, que, salvo poquísimas excepciones, es acatada servilmente por todos los gobiernos, quienes hacen jugar a los ciudadanos el perverso juego de la democracia liberal partidocrática. Por otro lado, un enorme porcentaje de la jerarquía eclesiástica, ha abandonado a sus fieles, y gran parte de los pastores se han convertido en lobos que también aceptan la agenda globalista anticristiana. La desacralización de la liturgia, las ambigüedades, el modernismo, provoca que quienes desean ser fieles a lo de siempre, resulten corridos de la escena, y en ocasiones, hasta perseguidos. Ejemplos sobran. Ante este panorama, nos queda resistir y dar testimonio. El rezo del Rosario público, las peregrinaciones tradicionales, los pequeños grupos de estudio, y las santas bohemias, son islotes de cristiandad. Hay que ayudar a fortalecer la resistencia. Además, si Dios quiere, nos dará una nueva oportunidad, pero sin harina no se puede hacer la pizza.
¿Qué es la Santa Bohemia y en qué se diferencia de otras opciones?
Usamos esa denominación para diferenciarlas de otras opciones, como la Benedictina y la de Pelayo. El objetivo del Pinta y sus amigos es propagar la «Santa Bohemia» por todos los rincones de las Provincias Unidas del Sur, como hábitats de fe, oasis de sentido, donde se puedan poner los pensamientos y deseos en común, que eso es la amistad. Pero no se propone una «reconquista de lo temporal», porque creemos que, salvo un milagro, no sería posible en las actuales circunstancias; ni tampoco se postula el abandono de la ciudad. Se trata de reunirse con amigos a conversar de los grandes temas (teología, poesía, filosofía, política, literatura), en torno a unas buenas bebidas, comida, tabacos y, si cabe, guitarreada, para consolidar los vínculos, alentar la Esperanza y resistir los embates del enemigo con más fortaleza. Como dice Chesterton, en el catolicismo, la pinta, la pipa y la cruz, pueden encajar perfectamente. Nosotros la consideramos como la opción más tomista, dado que nos parece la más realista.
Por Javier Navascués
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