Alejandro Criado (Instituto Cisneros): “Es posible que Isabel la Católica fuese la mejor estadista de Europa”
Alejandro Javier Criado Sánchez, abogado experto en Derecho Urbanístico y Derecho Administrativo con más de 25 años de experiencia profesional en el ejercicio de la abogacía, tanto en vía administrativa como judicial. Además, es doctor en Derecho, agente de la Propiedad Inmobiliaria y presidente del Instituto Español de Estudios de Urbanismo. Cuenta con más de 15 años de experiencia en la docencia para universitarios y profesionales. En esta entrevista nos habla del Instituto Cisneros, entidad que preside.
¿Porqué nace el Instituto Cisneros?
El Instituto Cisneros se constituye durante el verano de la pandemia en el año 2020, una época con tiempo para reflexionar sobre las demandas de la sociedad española que desde instituciones públicas, medios de comunicación y la política no se cubre, y que por ello, se hace desde la sociedad civil. No obstante, nuestra actividad, una vez finalizada la fase administrativa de constitución, comienza en febrero de 2021 con el ciclo de conferencias a la hispanidad que a día de hoy tiene una gran actividad, con una conferencia mensual en el Casino de Marbella y que se puede ver en nuestro canal de Youtube (https://www.youtube.com/@institutocisneros).
¿Cuáles son ssus principales objetivos?
Los fines con los que se creó fueron tres fundamentalmente: la defensa de la identidad y tradición católica de España de dos mil años de antigüedad; la defensa y difusión de la cultura e historia de España, una de las naciones más importantes de la historia de la humanidad, así como de nuestros recursos naturales; y finalmente la defensa de la vida y la familia.
¿Por qué es necesario reivindicar una figura tan grande como la del Cardenal Cisneros?
El Cardenal Cisneros reúne los dos grandes objetivos del Instituto. El primero es que es de los más importantes gobernantes de la historia de España, y además de la época de los Reyes Católicos en la que se sentaron las bases de lo que años después constituiría el imperio más importante jamás conocido. Este imperio no tuvo una finalidad meramente económica como el británico, sino que fue un imperio sobre unas bases políticas y sociales de expansión de nuestra cultura, nuestra fe católica y con la creación de infraestructuras, centros educativos, hospitales y universidades por todo su territorio, con una igualdad jurídica de todos los ciudadanos del imperio como súbditos de la corona que incluso tuvieron en la época liberal, representación política en las Cortes nacionales.
El segundo es porque el Cardenal Cisneros fue un humanista, un intelectual, una persona de una extraordinaria austeridad, siendo el fiel reflejo de la identidad católica de España que reivindicamos.
¿Qué aspectos de su vida le hacen ser una gloria de nuestra patria y una figura insigne de la Iglesia de su época?
El Cardenal Cisneros fue uno de los grandes protagonistas de la reforma de la Iglesia Católica frente el empuje que tuvo posteriormente el protestantismo y que no tuvo ningún éxito, afortunadamente, en España. Su labor cultural fue igualmente inmensa, con la creación de la Universidad de Alcalá y la biblia políglota, aunque no fue más importante que su propia labor política en la creación del primer Estado moderno, junto a los Reyes Católicos.
Por todo ello, el Cardenal Cisneros es un símbolo extraordinario para el Instituto, y nuestro logo es la Cruz de Santiago, que simboliza la hazaña más importante de nuestra historia y que nos hace ser lo que somos, que fue la Reconquista frente al islam y Al Andalus.
No se puede separar su grandeza de la de los Reyes Católicos. ¿Hasta que punto se complementaban?
Los Reyes Católicos son sin duda los mejores gobernantes que jamás ha tenido España, y muy especialmente Isabel la Católica, que posiblemente fuese la mejor estadista que ha dado Europa. Entre los méritos de los Reyes Católicos fue el rodearse de los mejores, como siempre han hecho los grandes gobernantes en nuestro pasado reciente, y posiblemente, el mejor entre los mejores que rodearon a los Reyes Católicos fue el Cardenal Cisneros, que fue en el ámbito religioso y político lo que el montillano Gonzalo Fernández de Córdoba fue en lo militar, cuyos éxitos fueron clave para los Reyes Católicos.
¿Qué actividades han organizado hasta ahora?
La defensa y difusión de nuestra historia y cultura, así como de los recursos naturales es el objetivo que mayor calado tiene en nuestras actividades como son las charlas del ciclo de conferencias a la Hispanidad que se pueden ver en nuestro canal de YouTube o el Premio España para trabajos de jóvenes, en el que llevamos ya dos ediciones, y cuyos trabajos finalistas publicamos en un libro cada año.
La defensa de la familia y la vida es posiblemente el mayor reto de la sociedad occidental y especialmente la europea para poder sobrevivir a los siglos venideros. Por ello, parte de nuestras actividades y conferencias van en esa dirección, pero muy especialmente, en el Premio Familia para trabajos de niños y jóvenes, así como con el ciclo de conferencias sobre Monseñor don Rodrigo Bocanegra, un sacerdote que fue clave en la ciudad de Marbella para convertirla en un referente internacional del turismo, ya que contribuyó decisivamente en la implantación de las grandes infraestructuras públicas y hoteleras .
¿Por qué han apostado por las conferencias, la labor intelectual y por los jóvenes?
Nuestra actividad intelectual de conferencias va dirigida a los adultos que son decisivos en la toma de decisiones públicas y privadas. Sin embargo, la apuesta fundamental es por los niños y jóvenes que son nuestro futuro, y de ahí el Premio España y el Premio Familia, el primero para jóvenes hasta 25 años y el segundo para niños de hasta 18 años.
¿Cómo valora el auge de organizaciones en defensa de nuestra historia?
Es una muestra de lo que somos los españoles. Cuando lo público falla, los españoles surgen con fuerza desde la sociedad civil. Una buena muestra fue el 2 de mayo, cuando los españoles salimos en defensa de nuestra nación frente a la inacción pública ante la invasión de Francia.
En la actualidad es muy difícil ver en las universidades o en medios de comunicación la defensa de España y menos aún de nuestra identidad católica, precisamente porque así han elegido la mayoría de políticos, porque la defensa de España pone en cuestión el Estado de las Autonomías, que es totalmente contrario a España como nación y a nuestra historia. No obstante, no hay que quitar mérito a historiadores muy relevantes que son referentes en la defensa de la historia de España y que han motivado a muchos españoles a defenderla desde la sociedad civil, como es el caso de Pío Moa o Marcelo Gullo. La mejor muestra de este auge es el reciente encuentro del que hemos formado parte organizado por la Fundación NEOS y la Universidad San Pablo CEU, el pasado 14 de junio.
¿Por qué reivindican antes que nada la catolicidad de España, como rasgo constitutivo de su esencia?
La esencia de España consideramos que es doble: la base cultural grecorromana y nuestra identidad católica. La hispania romana, de base cultural griega, fue muy importante, pero era pagana, por eso comparto con el Padre don Santiago Cantera que el nacimiento de nuestra patria se produce cuando se consolida la religión católica en España y que hoy podemos comprobar en tradiciones tan hispanas como la Semana Santa, las peregrinaciones religiosas, los matrimonios católicos, la Navidad, las primeras comuniones y tantas otras tradiciones españoles de base católica.
Defendemos sobre todo una visión positiva de la historia de España frente a quienes defienden una visión negativa y consideran que defender una visión positiva de nuestra nación es incorrecto y lo denominan peyorativamente como corriente del “nacional catolicismo”, es decir, el de España como Nación y nuestra identidad católica. Sin embargo, aunque respetamos que en una democracia cada uno defienda, si lo cree, una visión negativa de sí mismo y de su historia, consideramos más razonable defender una visión positiva de lo que somos como nación, que es lo que hacemos desde el Instituto Cisneros.
Por Javier Navascués
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